Con enfrentamientos callejeros, acusaciones de fraude electoral por un lado y denuncias de un intento de golpe de Estado por el otro, la crisis por definir quién gobernará Bolivia por los siguientes cinco años parece estar lejos de encontrar una solución.
► La OEA envía a Bolivia 30 expertos para auditar el cómputo electoral
► Carlos Mesa rechaza la auditoría electoral “unilateral” entre el gobierno de Bolivia y la OEA
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En medio del lío entre Carlos Mesa y Evo Morales, la Organización de Estados Americanos (OEA) intenta fungir como una tercera parte imparcial que permita definir los resultados de los comicios mediante una auditoría electoral vinculante que iniciará este jueves 31.
- CRONOLOGÍA DE LA POLÉMICA-
El 20 de octubre unos 6,4 millones de bolivianos acudieron a las urnas para elegir entre el regreso al poder del expresidente Mesa o un cuarto periodo consecutivo de Morales. Las encuestas difundidas las semanas previas señalaban que la contienda requeriría ir a segunda vuelta para definirse.
Los primeros datos arrojados por el sistema TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares o simplemente conteo rápido) seguían la tendencia mostrada por los sondeos. Sin embargo, promediando las 8:15 p.m. (hora boliviana) la transmisión se suspendió sin mayor explicación de parte del organismo electoral.
El grupo de observadores enviados por la OEA denunció esa misma noche las “irregularidades” en la transmisión de votos.
La siguiente actualización llegó más de 20 horas después y la tendencia había cambiado en favor de Evo Morales, otorgándole la victoria al obtener más del 40% de los votos y 10 puntos de diferencia sobre su más cercano perseguidor, Carlos Mesa.
En este punto ya se registraban diferentes protestas callejeras denunciando fraude electoral a favor de Morales.
Un día después, el 22 de octubre, el canciller boliviano Diego Pary invitó a la OEA a “establecer una comisión que haga una auditoría al proceso de cómputo oficial de los votos”. Esa misma tarde, el secretario general Luis Almagro envió una carta de respuesta aceptando a la invitación.
“Respondiendo a una solicitud del Canciller Diego Pary, el Secretario General ha aceptado realizar un análisis de integridad electoral que comprenda entre otros aspectos, la verificación de cómputos, aspectos estadísticos, verificación del proceso y cadena de custodia. Con la finalidad de asegurar la máxima seriedad y rigurosidad, las conclusiones del mismo han de ser de carácter vinculante para las partes actuantes en el proceso", señalaba la misiva.
Dos días después, la OEA convocó a una sesión extraordinaria donde los representantes de Colombia, Brasil, Argentina y EE.UU. recomendaron celebrar una segunda vuelta electoral al considerarla la “salida más democrática”. México, por su parte, criticó que el organismo se haya pronunciado antes de conocerse el conteo completo de los votos.
El 25 de octubre el Tribunal Supremo Electoral (TSE) oficializó la victoria de Morales con el 47,08% de los votos mientras Mesa alcanzó 36,51%.
Mientras tanto, desde Bolivia aceptaron la celebración de una auditoría por parte de la OEA. El 28 de octubre, el canciller Pary invitó al “candidato perdedor” Mesa a sumarse a la auditoría. El líder opositor condicionó su participación a que el gobierno de Morales desconociera su victoria en primera vuelta según los resultados del TSE y reconociera el carácter vinculante de la auditoría.
- QUÉ ES UNA AUDITORÍA ELECTORAL-
Un artículo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), escrito por la politóloga Maria Helena Alves, explica que una auditoría electoral “no es una fiscalización, sino más bien una evaluación con el objetivo de corregir errores”.
En ese sentido, este procedimiento busca determinar si el proceso cumplió con las diversas reglas financieras, administrativas, la legalidad del padrón electoral, el registro de las organizaciones políticas, entre otros puntos.
En el caso boliviano, la auditoría estaría avocada a determinar “si el proceso para contar los votos permite asegurar la ausencia de fraude en el escrutinio” y “si los resultados finales presentados a los ciudadanos reflejan la suma de los resultados obtenidos en cada mesa de votación”, de acuerdo al artículo de Alves.
-ACUERDO ENTRE LA OEA Y EL GOBIERNO-
Esta mañana el canciller Pary anunció que el gobierno de Morales aceptaba el carácter vinculante para ambas partes de la auditoría y que en las próximas horas firmarían el acuerdo con la OEA.
Además, agregó que entre el miércoles y jueves 30 expertos de la OEA arribarían al país altiplánico para dar inicio al proceso.
El diario “El Deber” de Bolivia detalló los puntos que incluirá el acuerdo. Entre ellos, Bolivia se compromete a “garantizar las facilidades para el cumplimiento de la auditoría al cómputo de voto de las elecciones del 20 de octubre así como la verificación de las actas, verificación del proceso, datos estadísticos y cadena de custodia”.
Además, precisa que “la auditoría se centrará en la jornada electoral y las fases posteriores”. Finalmente, “cualquiera de las partes que firman el acuerdo (la OEA y el Gobierno de Bolivia) podrá dar por terminado el acuerdo sin necesidad de justificar la causa de su decisión”.
Tras conocerse esto, el candidato opositor Mesa anunció que no participaría del proceso porque consideraba que se había llegado al acuerdo de forma “unilateral”.
“Nosotros no aceptamos la auditoría en los actuales términos, pactados unilateralmente”, señala el comunicado emitido por Comunidad Ciudadana, alianza opositora a la que representa Mesa.
Hasta el momento, ni la OEA ni el Gobierno de Morales se han pronunciado sobre la decisión de Mesa.