

Los alemanes irán a las urnas este domingo 22 para celebrar unas elecciones federales claves en momentos en que la economía más grande de Europa enfrenta importantes desafíos. Cuatro aspirantes se postulan para ser el próximo líder de Alemania, entre ellos el canciller, Olaf Scholz, de los socialdemócratas de centroizquierda, y cuyas opciones de ganar están disminuidas.
MIRA: Cómo la crisis de la economía alemana se llevó por delante el gobierno de Olaf Scholz
Cuatro aspirantes se postulan para ser el próximo líder de Alemania: Scholz; Friedrich Merz, del partido conservador Unión Demócrata Cristiana; el actual vicecanciller, Robert Habeck, de los Verdes, y Alice Weidel, del partido de ultraderecha y antiinmigración Alternativa para Alemania, o AfD.
Estos comicios se celebran siete meses antes de lo previsto originalmente luego del colapso de la coalición tripartita de Scholz mientras discutía cómo revitalizar la economía, que se ha contraído en los últimos dos años. También coinciden con un reordenamiento de la geopolítica internacional debido al retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, que ya representa serios desafíos para Europa.
Javier Carbonell, profesor asociado del Sciences Po de París e investigador doctoral en la Universidad de Edimburgo, considera que una estrategia de negociación con AfD puede normalizar a la ultraderecha y debilitar a la derecha tradicional. Añade que una coalición entre la CDU y los socialdemócratas podría ser más estable que la actual, pero su éxito dependerá de la gestión económica.
- Las encuestas señalan que la coalición conservadora de Merz podría ganar, pero no le sería suficiente. ¿Se romperá el cordón sanitario y podrían pactar con el AfD?

Creo que no. Creo que lo que ha pasado es que la CDU alemana, del mismo modo que Ursula von der Leyen, que es del mismo partido a nivel europeo, han pasado de una estrategia de rechazo a la extrema derecha a una estrategia de utilizar la amenaza de que pueden pactar con la extrema derecha, y hacerlo en algunos momentos para disciplinar a la izquierda y a los verdes.
Para decirles “sí, nosotros estamos en la gran coalición con la izquierda y los verdes, pero ustedes no pueden pedir demasiado, básicamente dominamos nosotros como partido, el partido de centroderecha, porque en cualquier momento que ustedes me pidan algo más, lo que hacemos es decir que me voy con la extrema derecha”. Creo que esta es la línea que se está llevando, creo que esa es la estrategia. No creo que en estas elecciones se rompa el cordón sanitario, pero es que puede que para las siguientes sí se haga, y es un paso más en la normalización de la extrema derecha. No sabemos si al final se acabará beneficiando a la extrema derecha, porque los votantes suelen preferir el original a la copia, y en muchos países europeos ya se ha sustituido la derecha tradicional por la extrema derecha. Entonces, es una estrategia que puede resultar efectiva a corto plazo, pero que es muy peligrosa a largo plazo.
- Si no pactan con la ultraderecha, se avizora una nueva gran coalición en Alemania. ¿Una alianza así se podrá sostener en el tiempo, teniendo en cuenta que la coalición tripartita fracasó?
Parece que será una coalición un poco más estable que la que existe actualmente, que es una coalición que ha tenido algunos elementos bastante positivos, pero que básicamente ha fallado en dos temas: la economía y la comunicación para dar la imagen de seriedad y unión. Y creo que, en ese sentido, la siguiente coalición sí dará esa imagen de unión y veremos qué hace con la economía. Creo que va a depender bastante de este último punto. Si consigue que la economía funcione bien, la imagen de unión será mucho más fácil de dar y habrá menos problemas dentro del gobierno. Y, si no se consigue, probablemente veremos las mismas tensiones que hemos visto hasta ahora. Es difícil porque los problemas de Alemania son estructurales, pero creo que es difícil que no sea mejor que lo que ha pasado hasta hace poco.
- ¿Qué tan influyente será la AfD en la próxima legislatura?
Creo que la AFD va a ser influyente, sobre todo por dos elementos. El primero es que seguramente se convierte en el principal partido de la oposición, lo que significa que va a tener una posición súper importante para poner sus marcos y sus ideas. En segundo lugar, creo que la CDU tiene una estrategia de girar a la derecha en ciertos temas, especialmente en el migratorio, para acomodar a esos votantes que están yendo a la extrema derecha, y que por tanto va a influir sobre todo en los temas y en el encuadre de los problemas.
Si al final se gobierna con los socialistas es bastante difícil que se haga elecciones con la Alternativa por Alemania. Va a depender sobre todo del gobierno coalición. Creo que sobre todo va a ser un nivel discursivo.
- ¿Cómo se avizora la relación del nuevo gobierno con Estados Unidos, luego del discurso que dio el vicepresidente Vance en Múnich, en el que habló específicamente de las elecciones alemanas?
Claramente la nueva administración de Estados Unidos, lo ha dicho JD Vance, asegura que la mayor amenaza que tiene Europa no es Rusia, sino los partidos democráticos y liberales dentro de Europa. Y claramente hay un apoyo muy evidente de Washington a los partidos de extrema derecha en toda Europa. Esto se va a concretar en apoyo explícito a nivel de discurso, apoyo logístico, colaboraciones y seguramente, aunque eso sea más difícil de comprobar, a nivel de financiación.
Creo que claramente Estados Unidos quiere influir en Europa para que sus interlocutores sean los partidos de extrema derecha, quiere que esos sean los que llegan al gobierno, y no los partidos tradicionales de centro izquierda o de centro derecha. Entonces, creo que en ese sentido va a depender bastante lo que vaya a pasar con AFD, con lo que vaya a hacer la administración Trump y cómo vaya a apoyarlos.
- ¿Alemania seguirá ejerciendo el papel de liderazgo en la Unión Europea?
Es evidente que nos acercamos a una situación de no relación, es decir que haya colaboraciones puntuales con Estados Unidos en algunas cosas y que en otras sea literalmente un adversario. Una relación parecida a la que tenemos con China. Y creo que eso es un cambio histórico de lo que suponía Estados Unidos con respecto a Europa, pero creo que es bastante evidente que ahí es a donde nos acercamos y que Europa tiene que ponerse las pilas. En ese sentido, Merz parece que está en línea que apoya que hay que ponerse las pilas y seguramente cuando sea canciller veremos qué sucede. Recuperar algo de liderazgo en Europa con respecto a la era Scholz es muy fácil y es muy probable que Merz lo consiga. Ahora, que volvamos a la dinámica en la que Alemania dominaba con Angela Merkel es bastante improbable porque ahora mismo hay otras potencias que sí que están aumentando dentro de Europa, como España o Polonia. Creo que sí va a aumentar el liderazgo de Alemania con el nuevo gobierno, pero todavía no sabemos si va a ser suficiente para lo que Europa necesita.
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