Un nuevo episodio de tensión se escribe en torno a la extensa guerra entre Rusia y Ucrania, luego de que Moscú divulgara una conversación secreta en la que oficiales alemanes discuten sobre el entrenamiento de soldados ucranianos, posibles ataques a objetivos en la anexada península de Crimea y la potencial entrega de los misiles de crucero Taurus que Kiev ansía desde hace meses.
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Desde el Kremlin han calificado dichas conversaciones secretas como una clara muestra de “la implicación directa de los países del llamado Occidente colectivo en el conflicto en torno a Ucrania”, según el portavoz del gobierno Dmitri Peskov.
En consecuencia, además, el lunes 4 fue citado el embajador alemán en Moscú, Alexander Lambsdorff, al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso para dar explicaciones sobre el caso.
Desde Alemania, mientras tanto, se confirmó que la conversación fue realizadas por altos mandos militares de la Fuerza Aérea, pero se acusó al gobierno de Putin de utilizar este episodio para “desestabilizar” al país.
“Se trata simplemente de utilizar esta grabación para desestabilizar” y dañar “la unidad del país”, sostuvo el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius.
Un día antes, el jefe del gobierno alemán, el canciller Olaf Scholz, había prometido una investigación “exhaustiva” sobre el caso.
En su rueda de prensa del lunes 4, Peskov también se refirió a esto, planteando dos escenarios: que se trate de una política de Estado o de que el Ejército alemán actúe por cuenta propia.
“Queda por ver si el Ejército alemán lo hace por iniciativa propia. Entonces la pregunta es qué tan controlable es el Ejército alemán y hasta qué punto el señor Scholz controla todo esto, o si esto es parte de la política estatal de Alemania”, comentó el vocero.
- Estrategia de la ambigüedad -
Este nuevo pico de tensión entre Rusia y un país occidental en el marco de la guerra con Ucrania se produce pocos días después de que estallara una polémica a causa de unas declaraciones en las que el presidente francés Emmanuel Macron dejaba abierta la posibilidad de enviar tropas de la OTAN al terreno, en apoyo a Kiev.
Aunque tanto el gobierno galo como los principales miembros de la alianza militar se apuraron en descartar esta opción que representaría una participación directa en el conflicto, Rusia no dudó en advertir que una decisión de ese tipo podría desencadenar un conflicto de grandes proporciones, sin descartar un escenario nuclear.
Desde que Putin ordenó la invasión a Ucrania, en febrero del 2022, el Kremlin ha buscado mantener como mensaje que esta “operación militar especial” es la forma de mantener protegido a su territorio frente a la amenaza occidental.
Para el novelista, historiador y analista de política internacional, Rodrigo Murillo, esta filtración iría en esa misma línea.
“Creo que Rusia lo saca en este momento para fortalecer su tesis, en complemento con las frases de Macron, de que no solo Francia pensaría escalar el conflicto sino también Alemania. Es decir, la Unión Europea adquiere una postura agresiva y Rusia, de acuerdo a esta manera de ver las cosas, es una víctima. Todo esto contribuye a sustentar la explicación de Putin sobre el conflicto”, comenta Murillo a El Comercio.
Sin embargo, el experto tampoco descarta que tanto el mensaje de Macron como la conversación militar alemana interceptada forme parte de un plan occidental mucho más grande que buscaría cambiar el tono de la conversación con Moscú.
“Lo que está emergiendo entre líneas es una posición europea de ambigüedad estratégica. Hoy el complejo militar europeo ha decidido que la confianza en el aliado norteamericano no es la que había antes, con las perspectivas de las elecciones es probable que tengamos a un Estados Unidos que no entrará en el paraguas de defensa europeo para limitar el expansionismo de Putin sino que, por el contrario, en caso sea electo Donald Trump, entrarán para acabar con el conflicto lo antes posible. Incluso si ello implica ceder a algunas de las reivindicaciones de Putin. Este concepto de ambigüedad estratégica lo que pretende es que los rusos empiecen a considerar que los europeos pueden pelear directamente sin el apoyo de EE.UU.”, señala el experto.
- Tambores de guerra -
Sobre el caso particular del Ejército alemán, y la tesis deslizada por Peskov de un posible mando paralelo entre las filas, Murillo explica que esto respondería a una particularidad que vienen arrastrando las fuerzas germanas desde la Segunda Guerra Mundial.
“Alemania es el único país europeo cuyas fuerzas armadas comparten la épica de los dos bandos de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que las fuerzas alemanas son las más penetradas de Occidente por los rusos. Hoy en día, en las FFAA de Alemania hay dos bandos: el tradicional con un pasado prusiano y una parte oscura del Tercer Reich, pero también está uno más inclinado al Ejército Rojo y la épica de liberación de Alemania por parte de la Unión Soviética”, explica.
“No tengo la menor duda de que al interior de las fuerzas armadas alemanas hay un grupo fuerte que busca recuperar esa tradición militar alemana y, consciente de la debilidad rusa, esos militares sí podrían tener un espíritu revanchista. Eso puede ser muy peligroso para la estabilidad de Europa. Scholz se refiere a tener controlado a este pequeño grupo extremista que aún existe”, agrega Murillo en referencia a la preocupación del canciller alemán por investigar a profundidad el caso.
El lunes 4 Berlín se apresuró en indicar que la filtración sería un reflejo de las intenciones del gobierno alemán por iniciar una guerra contra Rusia. Para Murillo, este episodio no sería lo suficientemente grave como para trascender más allá de lo diplomático; sin embargo, habría otros factores que sí podrían contribuir a que la guerra se expanda en algún momento.
“Yo no creo que vaya a haber alguna consecuencia más allá de lo retórico. La reacción de Putin a la estrategia de ambigüedad europea es amenazar a escalar aún más el conflicto. Sin embargo, el odio o resentimiento contra Rusia está muy extendido en todos los países ocupados en la Guerra Fría, tales como los países bálticos, Polonia o Hungría. En todas esas sociedades hay un gran ánimo revanchista contra Rusia. Y eso es muy peligroso, porque si a este discurso se le da la razón las posibilidades de una guerra con Rusia son mucho más altas”, señala Murillo.
Al experto, además, le preocupa el impacto que podrían tener los problemas internos que las naciones europeas vienen enfrentando durante los últimos años, pues para muchos gobiernos la salida a estas discusiones sociales podría ser una muestra de unidad regional frente a un enemigo común.
“Incluso si los líderes europeos descartan este nuevo exabrupto y el canciller Scholz sanciona a un responsable, eso no quita el hecho de que la ambigüedad estratégica ya se está aplicando en Europa. Ha ganado la interpretación de que Putin solo entiende una posición de fuerza y los europeos han empezado a mutar su discurso para que lo piense dos veces antes de continuar. Me preocupa que los estados europeos están tan atosigados de problemas internos que no pueden resolver y para evitar una discusión al respecto, muchos gobiernos parecen apuntar a la suerte de nacionalismo europeo para ocultar lo que no saben cómo resolver. Occidente, a nivel retórico, no va a retroceder sino que continuará aplicando el lenguaje de ambigüedad estratégica. Yo no descarto el envío de militares a Ucrania, pero sí dudo de que Rusia responda militarmente a eso porque no está en capacidad de hacerlo”, reflexiona.
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