Hoy se cumplen 34 días desde que Norma Rivera desayunó por última vez con su hija, la ingeniera Shirley Villanueva, en su casa de Villa María del Triunfo. Eran las 6.30 a.m., hora en que la joven de 25 años se preparaba para ir a su trabajo, en la Municipalidad del Callao.
Norma recuerda que la última frase de su hija antes de salir fue “Preparas canchita, mamá, para ver el partido [Perú vs. Venezuela] hoy en la noche”. Shirley nunca regresó.
Ahora, sus tres mejores amigos y ex compañeros de estudios de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos son los sospechosos de haberla asesinado y de haber arrojado su cuerpo al mar, en la playa Marbella, en Magdalena del Mar.
—Escondieron pruebas—
Bryan Arenas, Joseph Velásquez y Édgar Pozo han manifestado a la policía que el jueves 23 de marzo se reunieron con la ingeniera geográfica para ver el partido de fútbol y luego se fueron a la playa, donde tomaron licor. Los tres coincidieron en que la joven se sumergió al mar, en la playa Marbella, y se ahogó. Pero, la familia de Villanueva no cree en esa versión.
“Lo primero que debieron hacer si se ahogó fue llamar por teléfono a mi casa, pero ellos ocultaron la verdad. Primero dijeron que se ahogó en una playa del sur, luego que la embarcaron en un taxi”, sostuvo la madre de la joven.
Ayer los tres jóvenes narraron a la policía y a representantes de la fiscalía lo que hicieron después de que el cuerpo de Shirley supuestamente desapareciera en el mar. Sus declaraciones, según la policía, fueron contradictorias. El recorrido empezó en la playa Marbella y continuó hasta las viviendas de cada uno.
Joseph Velásquez precisó que el pantalón y la blusa de la joven lo arrojaron en un tacho de basura en el parque Aramburú, en las inmediaciones de la universidad.
“Esto ha sido orquestado, sabemos que uno de ellos tomó la decisión de esconder todas las evidencias y los otros dos obedecieron. Quien no tiene nada que temer no oculta las pruebas”, acotó el abogado de la familia, Cahuayne Injante.
Velásquez también narró que el día después de los hechos se reunió con sus dos amigos a la altura de la puerta 7 de San Marcos y decidieron denunciar la desaparición de Shirley en una comisaría. Ese día, él arrojó el chip del celular de la joven. “Ante la presión de la policía, ellos confesaron dónde estaban las prendas. Los hemos denunciado por feminicidio y pediremos su detención”, acotó el abogado.
Norma Rivera contó que aconsejaba a su hija no confiar tanto en sus amigos, pero ella siempre le respondía: “Son como mis hermanos”.
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