A nivel global, las personas pueden expresar emociones de diversas formas, pero cuando hacemos hincapié en el miedo, las fobias suelen aparecer como tema central de conversación entre especialistas. En ese sentido, resulta importante que nos conozcamos a nosotros mismos, y terminemos logrando identificar si estamos padeciendo ese trastorno de ansiedad reflejado en el temor a las alturas, por ejemplo, entre otras situaciones donde evidencias inseguridad.
Según lo revelan expertos en la materia, la presentación de un cuadro con dichas características, revela emociones que tienden a manifestarse mediante síntomas tanto físicos como psicológicos e incluso conductuales.
De acuerdo a la información compartida por la Clínica Universidad de Navarra, una fobia es aquel tipo de trastorno de ansiedad que demuestras a través del temor por algo o alguna situación en particular, siendo el psiquiatra el especialista encargado de brindar diagnóstico tras realizar evaluación clínica.
Al respecto, resulta importante identificar en qué consisten, y puntualmente si desde la niñez o adolescencia empiezas a evidenciar los siguientes signos:
- Pánico y miedo
- Taquicardia (el corazón late muy rápido)
- Falta de aire
- Temblores
- Un fuerte deseo de huir
Con respecto a los miedos que traen consigo la fobia como tal, te compartimos el listado integrado por las más comunes, y hasta extrañas cuyas consecuencias podrían repercutir sobre tu salud si no te evalúan a tiempo:
- ACROFOBIA
- Miedo a las alturas
- AEROFOBIA
- Miedo a volar en avión
- ASTRAFOBIA
- Miedo a los truenos y relámpagos

- CLAUSTROFOBIA
- Miedo a los espacios cerrados
- DENTOFOBIA
- Miedo a las consultas odontológicas
- HEMATOFOBIA
- Miedo a la sangre o heridas en sí.
Otras que quizá podrías estar experimentando, son por ejemplo el temor a los insectos calificado como entomofobia, la glosofobia siendo una fobia asociada al miedo hasta irracional de hablar en público, y también la gimnofobia vinculada a la desnudez.
En relación a todo lo que conlleva el tema del pánico por volar o simplemente mirar un insecto, Mayo Clinic refiere que si bien hoy todavía no existe explicación lógica o especializada acerca de dichas sensaciones negativas, éstas podrían partir siendo consecuencia de alguna mala experiencia vivida, genética o comportamiento aprendido, o funcionalidad del propio cerebro.


