Diego Maradona no está, pero al mismo tiempo sigue vivo. Y vive en miles de imágenes felices de él jugando al futbol. Y vive en cientos de postales de él marcando goles. Y vive en un dato que es a la vez argumento de cualquier maradoniano que, vida personal del Diego al margen, quiere poner al 10 como el mejor de todos. El Mundial 86 del argentino fue casi perfecto, desde lo hecho con la pelota y desde lo logrado en las redes. Diego, en ese sentido, fue más importante para Argentina que Pele para Brasil. Los verdeamarillos tuvieron versiones donde O Rey se apoyaba en genios tipo Garrincha o Didí. En el caso de aquella Argentina, necesitó mucho de Maradona para ganar la copa.
El seleccionado argentino se llevó ese torneo tras jugar 7 partidos y anotar 14 goles y recibir solamente 5. Maradona actuaba como el 10 armador que la vez como una suerte de volante/delantero que picando desde atrás tenía como socios del gol a Jorge Burruchaga y Jorge Valdano. Un poco más atrás (el esquema era 5-3-2), estaban el resto de soldados, entre los que destacaba el volante central Sergio Batista, el libero Jorge Luis Brown (que tomó el puesto del histórico Daniel Passarella, enfermo antes del debut) y el stopper Oscar Ruggeri, hoy comentarista de ESPN.
Los aportes de Maradona fueron rotundos: tres asistencias ante Corea del Sur (triunfo de 3 a 1), un gol ante Italia (empate 1 a 1), una asistencia ante Bulgaria (triunfo 2 a 0), dos goles a Inglaterra (triunfo 2 a 1), dos goles a Bélgica (triunfo 2 a 0) y una asistencia ante Alemania (triunfo 3 a 2). Se puede decir, entonces, que Maradona participó directamente en 10 de los 14 goles de su equipo en el torneo. Solo no lo hizo en el de Valdano ante Bulgaria (centro de José Luis Cucciuffo), el de Pedro Pasculli a Uruguay (inició jugada, pero antes del gol la tocaron 2 argentinos más), el de Brown a Alemania (saltó con el zaguero, pero no toca pelota y solo acompaña jalando marca) y el de Valdano a Alemania (no participa).
Son solo datos que no hablan de la belleza de cada o de cada pase, pero que sirven para ejemplificar por qué hay tanto elogio a un jugador decisivo en el segundo titulo de mayores de los argentinos. Cabe anotar que entrando a México 86, el seleccionado platense “solo” había ganado el Mundial de mayores de Argentina 78 (Maradona no ingresa a la lista final de 22 jugadores y se queda en la prelista de 25). Hasta esa fecha el único titulo de Maradona con la albiceleste había sido el Mundial juvenil del 79, con César Luis Menotti de entrenador.