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Cientos de miles de personas se conectaron a la transmisión en vivo que Ron DeSantis había anunciado vía Twitter la semana pasada. Él quería arrancar su campaña a la presidencia de los Estados Unidos luciéndose como un político moderno y ‘cool’ que le habla a su audiencia usando las nuevas tecnologías. Pero algo falló. En realidad, todo falló: la red social de Elon Musk –otro al que no le liga ninguna– colapsó, el discurso se entrecortó, el intento de reconectarse fracasó y un grupo grande de seguidores se aburrió. Joe Biden, actual presidente y víctima diaria de las críticas de DeSantis, aprovechó el pánico y tuiteó “Este link sí funciona”, con un enlace que llevaba a su web. En segundos, Twitter se inundó de un ‘hashtag’ apropiado para la ocasión: #RonDeSaster.