Hay un antes y un después en la vida luego de visitar Japón. Por un lado ofrece tantas oportunidades al turista que cualquier otro destino se quedará corto en comparación; por el otro, su sentido del orden y del respeto a las demás personas se respira desde el minuto uno. Es un lugar que vive su cultura tradicional en el día a día, donde la tecnología está presente hasta en los baños públicos; también es la cuna del manga y el anime, la razón principal por la que estuve allí tres semanas: para buscar historietas, figuras de acción, revistas, y demás cosas que no encontraría en otro lugar.
Cacería en Tokio
Japón tiene varios centros que podrían considerarse como la “capital friki”, casi todos en Tokio. Un punto de partida es Nakano Broadway, ubicado al oeste de la ciudad, más allá de la compleja estación de Shinjuku. Imagina el Centro Comercial Arenales de Lince, pero cien veces más interesante y extenso, con cuatro pisos dedicados a vender artículos de animación japonesa, manga, cine y demás hobbys. Este es uno de los pocos sitios donde todavía se venden celdas de animación originales, láminas de plástico con dibujos pintados que, unidos a razón de 24 cuadros por segundo, ofrecen la ilusión de movimiento. Las hay de desde los 5000 yenes (120 soles) cada una a cifras exorbitantes.
Si buscas figuras de acción, CDs de música y mangas, tu primera parada tiene que ser Book-Off, cadena de tiendas de descuento con sedes por todo el territorio japonés. Hay figuras desde los 2000 yenes (48 soles), lo cual te puede servir como una referencia para lo que encontrarías por las calles principales de Akihabara, donde el mismo producto puede costar el doble o más (el llamado ‘gaijin price’, el precio al extranjero). Similar tienda es Surugaya, donde el presente redactor encontró (con gran alegría) la colección completa del anime “Fullmetal Alchemist” (2003) en DVD a 3400 yenes (80 soles).
Pero si hay una cadena de tiendas que no debe faltar en tu visita es Mandarake, especializada en artículos viejos. Tiene revistas de manga y anime desde los años 60 hasta el presente, libros de arte y demás juguetes a precios para todos los bolsillos; cada tienda está ambientada como si fuese una guarida secreta de superhéroes, en especial la de Shibuya, que está en un sótano. Importante: tanto en Mandarake, Surugaya o Book-Off cada sede tiene inventario diferente, por lo que vale la pena revisar todas las que puedas.
Otro sitio infaltable es el Museo Ghibli, ubicado en la zona de Mitaka, que repasa la historia del legendario estudio de animación que produjo la película “Mi vecino Totoro” (1988) y las ganadoras del Oscar “El viaje de Chihiro” (2001) y “El niño y grulla” (2023), todas dirigidas por Hayao Miyazaki. La web oficial pone a la venta las entradas el 9 de cada mes a las 8:00 p.m. (hora del Perú), para visitar el mes siguiente. Se agotan en minutos.
Más allá de la capital
Tokio no es el único sitio donde se pueden encontrar actividades y sitios para el fan del anime. En la ciudad de Kioto (a tres horas y media de Tokio en Tren Bala) está el Museo Internacional del Manga, que tiene una de las mayores colecciones de historieta japonesa del mundo, en múltiples idiomas, así como una exhibición que repasa la historia de este arte popular donde solo unos pocos son millonarios y los demás tienen que ingeniárselas para llegar a fin de mes. Entre sus curiosidades está una salita donde se exhiben réplicas de las manos de mangakas famosos, entre ellos Tetsuya Chiba (“Joe del mañana”) y Takao Saito (”Golgo 13″). Entrada para adulto a 1200 yenes (29 soles).
También en Kioto está el museo de Nintendo, inaugurado en octubre último, que exhibe artículos clave de la historia de los videojuegos; la entrada es limitada, hay que registrarse para una lotería de ingreso en su web oficial. La ciudad también alberga el TOEI Kyoto Studio Park, que además de incluir calles que recrean el periodo Edo japonés (siglos XVII al XIX) tiene atracciones como una exhibición de Super Sentai (la saga en la que se basó la serie “Power Rangers”), así como una reproducción a tamaño gigante de uno de los robots de la serie “Neon Genesis Evangelion”). Por su parte, la ciudad de Osaka tiene el parque Universal Studios, donde se encuentra el Nintendo World, con atracciones basadas en personajes y videojuegos clásicos.
La ruta clásica
No solo de manga y anime vive el turista. Japón ofrece una amplia oferta de atracciones más tradicionales. Tokio, por ejemplo, está llena de santuarios sintoístas y templos budistas, como el Senso-ji del barrio de Asakusa, una construcción imponente y el perfecto estado de conservación. Si buscas comprar ropa tienes la zona de Harajuku donde están presentes grandes tiendas especializadas (incluyendo marcas de lujo), en Jinbocho hay una amplia oferta de libros y si buscas vida nocturna la puedes encontrar en Shinjuku (atentos con las estafas, recomendamos no hacer caso a los desconocidos). Shibuya tiene una amplia variedad de comercios, incluyendo un Pokémon Center y una sede de Tower Records con nueve pisos dedicados a música (CD, vinilos) y películas (DVD, Bluray).
Akihabara, el barrio especializado en tecnología actual y del pasado. Además de vender artículos para fans del manga y anime, está lleno de máquinas de arcade (recomendación: las torres Gigo.)
El Museo Nacional de Tokio tiene una exposición permanente de arte japonés y de toda Asia.
El cruce de Shibuya (Tokio), el camino pedestre más transitado del mundo (récord Guinness). Es un punto turístico con decenas, tal vez cientos, de personas filmándolo a cada momento.
La ruta del templo Fushimi Inari-Taisha (Kioto) tiene más de 10.000 torii, portales sagrados de la religión sintoísta. El camino va hasta la cima del monte Inari.
A medio camino entre Kioto y Osaka está la prefectura de Nara, famosa por su parque de ciervos.
El castillo de Osaka (Osaka), uno de los edificios tradicionales mejor conservados del país. Su museo explica apasionantes las luchas por poder en el periodo Edo.
Tokio tiene dos parques de Disney a solo 20 minutos del centro de la ciudad. Las entradas están a un tercio del precio que en Estados Unidos.
El Kinkaku-ji, una de las mayores atracciones de Kioto. Es un templo recubierto de oro.
Kioto es el destino turístico por excelencia y se disfruta más en temporada baja (noviembre); de lo contrario hay demasiados turistas, caminar por las estrechas calles de sitios como el barrio de Gion y las inmediaciones del bosque de bambú de Arashiyama se hace imposible. Vale la pena visitar aquí el Kinkaku-ji o Pabellón de Oro (por el material que lo cubre), palacio convertido en templo budista que se ubica al pie de un lago al norte; la entrada está a 500 yenes (12 soles). La ciudad también tiene su “pabellón de plata”, pero no es tan atractivo. Otro infaltable de Kioto es el Castillo de Nijo, un sitio extenso que destaca por sus grandes murallas, por el foso de agua que lo rodea, y por sus interiores, donde se aprecian salones antiguos donde el shogún recibía a sus huéspedes. Si quieres dar un paseo, el Jardín Nacional Kioto Gyoen es ideal para eso; la entrada es gratis.
Osaka por su parte es famosa por su oferta gastronómica, particularmente el distrito de Dotonbori (hay comida a 700 yenes; 17 soles) con sus anuncios de neón, incluyendo el ya famoso “Glico Man”. Aquí tampoco se puede dejar de visitar el Castillo de Osaka, altísimo, con un pabellón de museo en cada piso. En Osaka se encuentra también el parque Universal Studios, donde la entrada para el adulto está a 8.500 yenes (202 soles); una ganga si lo comparamos con el precio en Estados Unidos.
Todo esto es solo una fracción de lo que ofrece Japón. Puede que hasta consideres quedarte mientras haces teletrabajo o estudias el idioma; cada noche, la oportunidad para dar una caminata sin temerle a nada, en uno de los países más seguros del mundo. Para pensárselo.
El pasaje no es barato, pero vuelos con varias conexiones podrían costar menos. Recuerda que cada conexión extra sube las probabilidades de perder el próximo vuelo.
No estaría mal tomar unos cursos de japonés antes de viajar. Hay sitios como la Asociación Peruano Japonesa que los dictan desde el nivel más básico. Aplicaciones como Duolingo, Human Japanese y JA Sensei son buenos complementos.
En el aeropuerto de Haneda venden tarjetas para usar transporte público; se recargan en estaciones de metro. También se puede usar la aplicación Passmo, vincularla a Google Wallet o Apple Pay, y pagar con el teléfono.
En los aeropuertos venden tarjetas SIM para celular, pero hay opciones más baratas. Tiendas como Bic Camera y los ‘conbinis’ (bodegas) Family Mart, 7 Eleven y otros también las venden.
Los turistas que presentan su pasaporte están exentos al pago del impuesto a las ventas en varios establecimientos. Si compras artículos por un precio superior a los 5.000 yenes (119 soles), es probable que te hagan el descuento en la tienda (preguntar antes, no todos los comercios lo ofrecen).