El Paseo Colón alberga un edificio que por muchos años se creyó tenía una estructura desmontable. Nos referimos a la sede del Centro de Estudios Histórico-Militares. El otrora palacete tiene una singular historia, pues fue construido para representar al Perú en Francia. Una vez concluida su misión y de regreso al Perú pasaron muchos años para que parte de su estructura encontrara su ubicación final en Lima.
Viajemos en el tiempo hasta finales de 1899 cuando el mundo entero se preparaba para celebrar la llegada del Siglo XX. París se convirtió en el epicentro de las celebraciones, pues sería sede de la Exposición Universal donde cada país participante debería llevar sus productos de bandera y adelantos técnicos.
El entonces presidente Eduardo López de la Romaña encargó al arquitecto francés Fernando Gaillard el diseño de un pabellón que albergara a la delegación peruana.
El fierro y la piedra artificial fueron los elementos usados para que este palacete pueda ser desarmado y transportado en barco hacia Francia. Resaltaba su cúpula central y las dos torres cuadradas de estilo morisco, ubicadas en los extremos, en los que flameaba la bandera peruana. Plata, lana de alpaca y vicuña, trabajos de ebanistería, plantas medicinales, vinos y dulces fueron algunos de los productos que presentó el Perú.
La cita internacional comenzó el 14 de marzo de 1900. “Hoy a mediodía Francia abrió la mejor exposición universal que ha habido en el mundo. Las condiciones atmosféricas eran buenas y las innumerables cúpulas de los edificios brillaban heridos por los rayos del sol”. La de nuestro país no sería la excepción. Cuando terminó la exposición, que duró hasta noviembre de ese año, el gobierno peruano decidió desarmar el palacete para traerlo a Lima. La complicada labor estuvo a cargo del científico arequipeño Pedro Paulet, entonces miembro del cuerpo diplomático del Perú.
El 18 de enero de 1902 El Comercio denunció que las estructuras estaban abandonadas a su suerte en el Paseo Colón.
“Continúan abandonadas y a la intemperie las columnas, balcones y techo del que fue pabellón del Perú en la Exposición de París, en el Paseo Colón, obstruyendo el paso y deteriorándose de día en día. Pronto no quedará sino un poco de hierro viejo, que habrá de venderse al peso, sino se toma alguna medida para levantar ese edificio, que constituirá un verdadero adorno del lugar donde se le construyera”.
Un año más tarde, parte de la estructura del palacete por fin tendría un lugar en el Paseo Colón, pues allí se construiría el Instituto Municipal de Higiene.
“A fin de adaptar el edificio actual a las necesidades de un instituto higiénico, ha sido pues necesario ampliar las dimensiones del original agregándole dos alas y llevando a cabo un ensanche proporcional y armónico que no hiciera desmerecer en nada la belleza arquitectónica del conjunto ni se apartara del modelo”, publicaba el decano en su edición del 4 de enero de 1903.
Años más tarde, en 1949, sería sede de la 30 Comandancia de Tránsito hasta que en 1960 se donó este local al Centro de Estudios Histótico-Militares del Perú. Uno de sus grandes atractivos es justamente su Archivo Histórico Militar donde son conservados documentos y bandos de los virreyes Abascal y Pezuela, una copia del acta de independencia del Ayuntamiento de Lima, copias del mapa del Perú de Antonio Raimondi, la partitura del Himno Nacional, entre otros documentos y fotografías valiosas que encierran parte de nuestra historia.