Príncipe Andrés antes de las graves acusaciones: cuando conoció Machu Picchu y recibió una chompa de alpaca para la reina Isabel II
El cuarto heredero a la corona británica llegó a Lima en marzo del 2002. Durante su estadía en el Perú, conoció Machu Picchu y realizó bastantes actividades sociales. Esta fue la primera vez que el príncipe Andrés llegó a nuestro país.
La misma noche que el presidente de Ecuador, Gustavo Noboa, llegó al Perú como parte de una visita oficial, un personaje de la realeza británica alborotó las calles de Lima. El 7 de marzo del 2002, el príncipe Andrés, segundo hijo varón de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, arribó a nuestro país para realizar diversas actividades sociales.
Durante su estadía, el duque de York entregó donativos a los bomberos, recorrió Moquegua para supervisar los trabajos de reconstrucción tras un terremoto e inauguró la nueva embajada de Gran Bretaña en Lima. También conoció Machu Picchu y recibió una chompa de alpaca como regalo para su madre. Esta fue la primera vez que el príncipe Andrés estuvo en el Perú.
Llegada a Lima
Eran las 8 y 15 de la noche del jueves 7 de marzo del 2002, cuando un avión privado con la bandera británica aterrizó en el Grupo Aéreo N°8, en el Callao. De allí bajó el príncipe Andrés, segundo hijo varón de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo. El cuarto sucesor al trono británico fue recibido por una reducida comitiva. Tampoco tuvo acceso a la prensa peruana.
Segundos después, el duque de York se subió a una camioneta plateada Range Rover con matrícula diplomática. Recién a las 8 y 25 p.m. el vehículo salió del terminal aéreo escoltado por tres motorizados de la Policía Nacional del Perú (PNP) y un furgón. Luego de 40 minutos, la comitiva real llegó a la residencia del embajador británico, ubicada en la Villa Tomasal, en Monterrico. Esta era la primera vez que el príncipe Andrés llegaba al Perú.
Al día siguiente, minutos antes de las nueve y media de la mañana del 8 de marzo del 2002, el heredero al trono británico llegó al colegio Markham, en Miraflores. Allí fue recibido por un puñado selecto de alumnos y profesores. Luego, firmó un libro de visitantes ilustres y recorrió varias aulas al azar. Además, se quedó cautivado con un ensayo de landó y alcatraz que se realizó en el coliseo.
Cabe resaltar que la última vez que un miembro de la realeza británica llegó al Perú fue en 1957. Aquella vez, la duquesa de Kent inauguró un pabellón con su nombre en el segundo piso de ese colegio. Tras esta primera actividad, el príncipe se reunió por una hora con el presidente del Consejo de Ministros, Roberto Dañino. Luego, se fue hasta el local de la Compañía de Bomberos Victoria 8, en La victoria. Allí saludó a unos niños y entregó un equipo de rescate hidráulico. También recibió una placa recordatoria.
Más tarde, compartió un almuerzo en su honor realizado por la Cámara de Comercio Peruano Británica en el Miraflores Park Hotel. En el recinto, presenció un concurso de chompas de alpaca. Una de estas prendas se le entregó como obsequio para la reina Isabel II, quien cumplía cincuenta años de su ascenso al trono. Esa noche terminó sus actividades con la inauguración de las nuevas oficinas de la embajada británica en ese distrito.
La mañana del 9 de marzo del 2002, el también piloto de la Real Fuerza Aérea visitó la cuna- jardín “Niños de Belén”, en Moquegua. Horas antes, estuvo en Ilo supervisando las obras de reconstrucción del sur ocasionadas por un terremoto el año anterior (2001). Ya en el nuevo local del jardín, construido con apoyo británico, el príncipe recibió varias cartas de niños del lugar y una placa recordatoria. También un sombrero típico de la zona.
Después, el alcalde de Moquegua lo nombró huésped ilustre, le puso la medalla de la ciudad y le regaló dos botellas de pisco. Luego, el duque de York disfrutó de un almuerzo en el lugar y viajó a Samegua, uno de los distritos de la ciudad más maltratados por el sismo. Allí recibió más regalos, un fajín y miniaturas de una tinaja y del cerro baúl, símbolos de la región.
Antes retirarse, el príncipe Andrés decidió donar 59 mil dólares para la conclusión de una planta de tratamiento de agua de la zona. Su noble gesto hizo que un campesino le regalara un par de paltas. Luego, retornó a Ilo. En la noche, estuvo nuevamente en Lima. Al día siguiente, viajó a Cusco y conoció Machu Picchu. De esta maravilla del mundo moderno quedó enamorado. “Es un sitio impresionante, hasta diría romántico bajo la lluvia”, dijo el hijo de la reina Isabel II.
El martes 12 de marzo del 2002, regresó a Lima e inauguró el noveno local de la Asociación Cultural Peruano Británica, en Surco. Luego, se reunió con el personal de la embajada de su país en privado. Esa noche, terminó sus actividades con una cena con el presidente Alejandro Toledo. Es así como finalizó la visita al Perú de seis días del príncipe Andrés hace 20 años.
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