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El caso del cruel asesinato de un diplomático en Cieneguilla en 1951

En un desolado paraje de la llamada “carretera a Huarochirí”, Jorge McLean y Estenós fue baleado y apedreado por un hombre que conocía íntimamente. La Policía capturó al asesino en 24 horas.

Rodeado de investigadores aparece el criminal Juan Perazo Cáceres, al centro, vestido de negro y con la cabeza baja. Terminaba de confesar su crimen en la Dirección General de Investigaciones. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Rodeado de investigadores aparece el criminal Juan Perazo Cáceres, al centro, vestido de negro y con la cabeza baja. Terminaba de confesar su crimen en la Dirección General de Investigaciones. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Carlos Batalla

Acababa de ser nombrado embajador del Perú en Ecuador, pero no pudo ocupar el cargo porque una mano asesina se regodeó con él. Jorge McLean y Estenós conocía a su homicida. Eso lo dedujo la Policía desde el inicio porque a unos 50 metros de donde hallaron su cuerpo, había un auto en cuyo interior la sangre teñía todo. Allí habría sido ejecutado, y luego arrastrado hasta el lugar donde lo dejaron abandonado.

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