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La ‘Huida del Inca’, obra teatral escrita por un joven Mario Vargas Llosa se estrenó hace 70 años en Piura
Fascinado por la dramaturgia, nuestro Nobel de Literatura debutó como escritor para teatro con una obra que fue anunciada en las páginas de El Comercio, en 1952.
“Los estudiantes de quinto año de instrucción secundaria del Colegio Nacional San Miguel siguen preparando con vivo interés su velada musical con el propósito de arbitrarse recursos económicos para su excursión anual. En esta actuación teatral tomarán parte en el tema central titulado ‘La huida del Inca’, escrito por el alumno Mario Vargas Llosa, destacados artistas del elenco del colegio”, dice la nota publicada en El Comercio el 13 de julio de 1952.
Vargas Llosa tuvo su primer contacto con la cálida tierra piurana en 1946, cuando llegó y se matriculó en el Colegio Salesiano para cursar el quinto grado de primaria. En un episodio que marcaría su vida conoció a su padre, quien supuestamente estaba muerto según le había dicho su madre. Luego de esta revelación continúa sus estudios en Lima, pero retorna a Piura en 1952 e ingresa al centro educativo San Miguel. Desde allí, después de clase, acude hasta el diario “La Industria” a entregar sus primeros artículos periodísticos.
“La huida del Inca”, una obra en tres actos, fue estrenada el 17 de julio de 1952 en el Teatro Variedades, que también funcionaba como cine, durante la celebración de la Semana de Piura. Entre los personajes principales destacaban el Inca, un escritor, un anciano, un sacerdote y dos vestales. El fondo musical estuvo a cargo de Lira Rojas y los decorados fueron preparados por el profesor de Artes Manuel Aldana.
Dos veces en Piura
Junto con la puesta en escena de “La huida del Inca”, la nota en el decano anunciaba además la presentación del Orfeón Sanmiguelino y el coro polifónico de las señoritas Lilia Obando, Lira Rojas y Juan Lamadrid, dirigidos por el maestro Wilfredo Obando. En la parte literaria se había programado la presencia de “Joaquín Ramos Ríos recitando poemas”. Y en los intermedios de la función habría un desfile de ‘Miss Piura’ ante el público asistente.
Tras su paso por el colegio militar Leoncio Prado, donde estudia el tercer y cuarto año de secundaria, en 1952 Vargas Llosa viaja nuevamente hasta la calurosa Piura e ingresa al Colegio San Miguel para culminar el quinto año. Aquí es donde concibe “La huida del Inca”. “Aunque solo fuera por haberme permitido ver en un escenario algo inventado por mí, mi deuda con Piura sería impagable”, dijo alguna vez el escritor.
La ciudad natal de Miguel Grau y la obra literaria de Vargas Llosa tienen una ligazón irrebatible. Su obra “Los Jefes” es un cuento ambientado en el colegio San Miguel durante el estallido de una huelga, y donde los protagonistas son profesores, alumnos y personajes que frecuentaron tanto el antiguo claustro como la tradicional Plazuela Montero y el Malecón Eguiguren, que besa el río Piura.
En “El desafío” el novelista impone aún más el sabor local al dar vida a figuras de raíces piuranas, algo que luego se extendería en su novela “La Casa Verde”, lugar cuya ubicación probablemente haya estado en La Mangachería, barrio popular mencionado varias veces por el literato.
No es más que un hasta luego
En la revista de la promoción de Mario Vargas Llosa del Colegio San Miguel, el futuro Nobel de Literatura escribió: “Al salir de San Miguel llevo dos recuerdos que me acompañarán para siempre: la caballerosidad y altitud de sus profesores de auténtica valía y la sinceridad y bondad de sus alumnos, verdaderos amigos, verdaderos compañeros”.
Alguna vez también declaró -sobre Piura-: “Sumando las dos veces que allí viví, no hacen dos años y, sin embargo, ese lugar está más presente en lo que llevo escrito que cualquier otro del mundo”.
Confesión personal
“El teatro fue mi primer amor”, declaró el novelista peruano en 1999 con motivo de su presencia en Colombia para ser honrado con el Premio Jorge Isaacs a las letras latinoamericanas. Afirmó que de niño soñó con ser dramaturgo, pero que la poca actividad teatral existente en el Perú “mataba la vocación de muchos de mi generación”.
El escritor reveló además en aquella oportunidad que la primera obra teatral que presenció fue en Cochabamba. “Si en esa época me hubieran preguntado qué quieres ser cuando seas grande, habría contestado claramente que escritor de teatro”, afirmó.
Vargas Llosa escribió luego muchas obras más para el teatro como ‘La señorita de Tacna’ (1981), ‘Kathie y el hipopótamo’ (1983), ‘La Chunga’ (1987), ‘El loco de los balcones’ (1993), ‘Ojos bonitos, cuadros feos’ (1996) y ‘Las mil noches y una noche’ (2008), entre las principales.
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