La lotería en el Perú: un juego de azar que se inició para reconstruir un hospital limeño en el siglo XVIII
La lotería en el Perú se inició con la intención de reconstruir el hospital San Bartolomé, ubicado en el Centro de Lima. Este hecho nos convirtió en el primer país de Sudamérica en crear este juego de azar.
Era la mañana del viernes 4 de agosto de 1967, cuando El Comercio anunció que la Beneficencia Pública de Lima había recuperado un inédito billete de lotería sorteado en la ciudad tras la independencia del Perú (1821). El boleto fue fabricado en Inglaterra y rifado en nuestro país en diciembre de 1832. Esta reliquia la halló el embajador peruano Pedro Ugarteche en la librería Linardi, en Uruguay.
Es así como este valioso objeto fue entregado a la entidad benéfica limeña. Esta institución se encargó de guardar el ejemplar en sus archivos. Sin embargo, la historia de este juego de azar tuvo un inicio curioso en nuestro país: se empezó a realizar con la finalidad de financiar la reconstrucción del Hospital San Bartolomé (ahora llamado Hospital Nacional Docente Madre Niño San Bartolomé), ubicado en el Centro de Lima.
Primera lotería en el Perú
La primera lotería de Sudamérica se creó en el Perú. Este juego se inició con la intención de financiar la reconstrucción del Hospital San Bartolomé. Este nosocomio quedó en ruinas luego de que un violento terremoto sacudió nuestra capital el 28 de octubre de 1746. El sanatorio estuvo a punto de cerrarse.
Por esa razón, este juego de azar fue autorizado por el virrey Conde Superunda y el arzobispo Pedro de Barrueta. Esto se hizo sin la autorización del Rey. Años después, en 1769, Carlos III, por entonces rey de España, expidió un mandato para que se creara una lotería en América. Es así como el 13 de mayo de 1771, se realizó el primer sorteo en México. Más adelante, se creó la lotería de Lima.
Sin embargo, no fue hasta el 30 de junio de 1826, que las loterías pasaron a ser organizadas por la Beneficencia Pública de Lima. Estos sorteos se realizaron semanalmente en un inmenso estrado ubicado en la Plaza de Armas. Tiempo después, a inicios del siglo XX, este juego se volvió muy popular en la capital y el puerto chalaco. Por eso, en 1906, las beneficencias de ambas provincias crearon el “Ramo de loterías de Lima y Callao”.
Inédito billete de lotería
El 4 de agosto de 1967, el diario decano le contó a todo el país como la Beneficencia Pública de Lima recuperó un histórico billete de lotería sorteado en la capital en el siglo XIX. El boleto fue recuperado por el embajador peruano Pedro Ugarteche. Meses atrás, el diplomático halló este raro ejemplar en la librería Linardi, en Montevideo, Uruguay.
Esta reliquia perteneció al “Ramo de las suertes”, lotería que también realizaba la institución benéfica limeña. El billete fue fabricado en Inglaterra y tenía el número 122. Costó 34 pesos y fue sorteado el 16 de diciembre de 1832. El ganador se llevó dos onzas de oro. Con el dinero recaudado se realizaron varias obras sociales en nuestra capital. Un inédito ejemplar que la entidad guardó en su archivo.
El juego de azar en los años 80
Las loterías limeñas tuvieron un sistema de ventas muy particular en sus mejores temporadas. En los años 80, lograron comercializar sus billetes por todo el país. Esto hizo que las beneficencias compitieran entre ellas. En Lima, las que más destacaron fueron las loterías del Cusco y de Huancayo. Estas instituciones ofrecieron millonarios premios a sus usuarios.
En 1982, la lotería de Lima y Callao tuvo un poso ganador de casi medio millones de dólares. Estos sorteos se realizaron en las mismas beneficencias en presencia de notarios y un centenar de jugadores. Esta institución era recordada por su frase “Prestigio, confianza y seguridad”.
Cabe recordar que, por esos años, estos juegos de azar eran quincenal y los encargados de sacar los bolos ganadores eran los niños del Puericultorio Pérez Araníbar. Los que no acudían al sorteo, cotejaban los resultados en las listas que al día siguiente publicaban los ‘suerteros’, como se le conocía a los comerciantes de loterías. Los premios se incrementaban hasta un 30% para Fiestas Patrias y fines de año.
Según la Beneficencia Pública de Lima, las loterías de Lima y Callao llegaron a vender más de 350 mil billetes por alrededor de 4 millones de dólares en su mejor momento. Esto le permitió a la institución realizar varias obras sociales. Más adelante, en la década de 1990, la liberación del negocio permitió el ingreso de nuevo operadores. Las beneficencias perdieron la exclusividad; por ello, tuvieron que asociarse con empresas privadas.
Es así como la Tinka (operada por Intralot) llegó a un acuerdo con la Beneficencia Pública de Huancayo. Esta empresa se volvió exitosa con el pasar de los años. Más adelante, la era digital hizo que los “apostadores” puedan acceder a cualquier lotería del mundo a través de Internet. Un juego de azar que empezó en el Perú con la intención de financiar la reconstrucción de un hospital limeño hace más de 200 años.