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Santo Sudario: entre la ciencia y la fe, la eterna polémica

En 2018 un científico sostuvo que las huellas de la Sábana no eran verdaderas, pero que eso no alteraba su fe en Cristo.

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Lienzo considerado sagrado por muchos por haber sido supuestamente la sábana que cubrió el cuerpo de Jesús después de su muerte. (Foto: Agencia AP)
Lienzo considerado sagrado por muchos por haber sido supuestamente la sábana que cubrió el cuerpo de Jesús después de su muerte. (Foto: Agencia AP)
Miguel García

A principios de la década de los ochenta, un investigador manifestó que la imagen que todos vemos en la Sábana de Turín sí era el rastro visual de un hombre.

Samuel Pellicori, miembro del equipo de científicos estadounidenses que en 1978 había iniciado la investigación del llamado “Sudario Sagrado de Turín” estableció, el 22 de diciembre de 1980, de forma categórica, que la imagen de un hombre que se ve en la superficie no es una adulteración, sino que fue causada por el contacto con un cuerpo humano.

En uno de los primeros informes elevados por el proyecto investigador del Sudario de Turín, el físico Pellicori dijo que el estudio incompleto que se inició con la inspección del Sudario por 25 científicos en Turín, Italia, no indicaba que hubiera una capa artificial o pigmentos de pintura en el Sudario, considerado por muchos cristianos como el manto que envolvió a Jesús cuando murió.

“El sudario no es producto de un hábil artista del medioevo”, escribió Pellicori en un artículo para la revista “Archeology”, que publicó junto al fotógrafo Mark S. Evans.

Vista del supuesto rostro de Jesús, algo que no ha sido comprobado científicamente. Aun así, la Sábana Santa es venerada por muchos católicos. (Foto: Agencia Reuters)
Vista del supuesto rostro de Jesús, algo que no ha sido comprobado científicamente. Aun así, la Sábana Santa es venerada por muchos católicos. (Foto: Agencia Reuters)

Pellicori expresa que los científicos aún no poseen una detallada comprensión del mecanismo por el que la imagen fue transferida a la tela del Sudario. Pero señala que llegaron al acuerdo de que fue producto de una acelerada degeneración estructural de fibrillas de celulosa en la tela del Sudario.

“Para nosotros, la idea de que la imagen fue transferida directamente a la tela por contacto de la piel, sigue siendo la teoría más plausible”, manifestó Pellicori. Por ahora sabemos que la sangre de las heridas del hombre crucificado tuvo que ser trasladada al Sudario por contacto directo, y no por algún misterioso arranque de energía”.

Al notar que la sangre que hay en el Sudario debió ser transferida por contacto directo, Pellicori manifestó que los finos detalles en las marcas de sangre procedentes de las heridas reveladas por fotografías fluorescentes ultravioletas, serían imposible de obtener por cualquier otro medio que no fuera por contacto directo entre el cuerpo y la tela.

El científico añadió que una observación visual del área del talón de la imagen, agrandada 500 veces, revela la presencia de muy finas partículas amarillentas, que sugieren suciedad que podría haber sido recogida caminando.

La Sábana Santa de Turín durante una ceremonia dirigida por el arzobispo Giovanni Saldarini, en 1998.  (Foto: Agencia AP)
La Sábana Santa de Turín durante una ceremonia dirigida por el arzobispo Giovanni Saldarini, en 1998. (Foto: Agencia AP)

Manchas de sangre no son verdaderas

En julio de 2018 Matteo Borrini, investigador en la Universidad en la Universidad John Moores de Liverpool declaró a la BBC sobre su investigación: “Nuestro estudio se suma a la evidencia de que el Sudario es un artefacto medieval y no una reliquia sagrada”.

Conocido como el Santo Sudario o la Sábana Santa de Turín, esta es una pieza altamente significativa para el pueblo católico. Para otros es también un documento histórico del cual aún están pendientes de desentrañar muchos datos e información.

El científico explicó que para llegar a esta conclusión, él y su equipo habían puesto en práctica un técnica muy común en la medicina forense llamada Análisis del Patrón de Manchas de Sangre (BPA, por sus siglas en inglés), que consiste en observar el tamaño, la forma y la distribución de los rastros de sangre para revelar cómo se produjeron las heridas.

La sábana, que se encuentra en la Catedral de la ciudad italiana de Turín, muestra la imagen del cuerpo de un hombre con barba, con los brazos cruzados y varias heridas. Muchas personas creen que es el manto de tela con el que se recubrió a Jesucristo para enterrarlo luego de su crucifixión.

El investigador Pellicori afirma que el Sudario no ha sido elaborado por algún ingenioso artista del medioevo. (Foto: Agencia AP)
El investigador Pellicori afirma que el Sudario no ha sido elaborado por algún ingenioso artista del medioevo. (Foto: Agencia AP)

No son pocas las investigaciones que se han realizado para comprobar la autenticidad del Sudario. El objetivo de Borrini no era analizar la veracidad de la Sábana, sino ver de qué manera el BPA se podía utilizar en piezas antiguas.

Para realizar su estudio utilizaron a un voluntario y un maniquí y sobre ellos recrearon las heridas que habría recibido Jesucristo en la cruz. Luego, al observar imágenes en alta resolución del Sudario, se percataron que la forma en la que corría la sangre no coincidía con los patrones que se ven en la tela.

“Los dos riachuelos de sangre en la parte posterior de la mano izquierda del Santo Sudario solo son consistentes con un sujeto de pie con los brazos en un ángulo de 45 grados”, dice el estudio. Es decir, no coinciden con las manchas que la sangre hubiera dejado si al momento de ponerle el manto hubiera estado crucificado o acostado.

Para Borrini, su experimento es un indicativo de que el Lienzo de Turín es “algo que se hizo de manera artificial”, posiblemente con algún fin didáctico o simbólico. Por su parte, la Iglesia Católica no sostiene que el Santo Sudario sea una pieza genuina pero sí lo considera un símbolo que recuerda el sufrimiento de Cristo.

Borrini, un científico católico, sostiene que su descubrimiento no altera en nada su fe en Cristo. “Nuestra fe no se basa en el Sudario, sino en los evangelios”, dice. “No necesitamos ninguna prueba física para creer en Jesucristo y en su resurrección”.

En el año 2000 se inauguró la presentación, en la Catedral de Turín, Italia, de la Sábana Santa, el lienzo de 14 pies de largo venerado por algunos como el paño funerario de Jesús. (Foto: Agencia AP)
En el año 2000 se inauguró la presentación, en la Catedral de Turín, Italia, de la Sábana Santa, el lienzo de 14 pies de largo venerado por algunos como el paño funerario de Jesús. (Foto: Agencia AP)

Benedicto XVI ante el Sudario en 2010

El 2 de mayo de 2010, cuando el papa Benedicto XVI estuvo en Turín, capital de la región italiana del Piamonte, y contempló el mundialmente famoso Santo Sudario, dijo que el misterioso lienzo era un ícono escrito con la sangre de un hombre crucificado, en correspondencia plena con lo que los evangelios dicen sobre Jesús.

Durante su permanencia en la ciudad italiana, el Sumo Pontífice no abordó las interrogantes de la ciencia acerca de la autenticidad del lienzo, a la que algunos califican de falsificación medieval. Benedicto XVI realizó una meditación sobre la creencia de que el lienzo es el sudario de Cristo.

El Papa agregó que la reliquia debería ser vista como un documento fotográfico del misterio más oscuro de la fe: el de la crucifixión y resurrección de Jesús. La Sábana Sagrada fue expuesta al público por primera vez desde su restauración en 2002.

Conservada en la Catedral de Turín, protegida por una urna antibalas y climatizada cuidadosamente, la Sábana Santa había generado hasta ese momento dos millones de reservaciones de peregrinos y turistas deseosos de contemplarla unos pocos minutos.

Benedicto celebró una misa al aire libre en la plaza de San Carlo, ante unos 25.000 fieles. Al inicio, el arzobispo de Turín Severino Poletto, invitó al Papa a sumarse a aquellos que han orado ante el Sudario, y dijo que el lienzo sagrado nos habla de forma impresionante de la Pasión de Cristo.

El Sudario, que mide cuatro metros de largo por uno de ancho, muestra la figura de un hombre muerto, con sangre brotándole de manos y pies. Los creyentes afirman que la imagen de Cristo quedó grabada en las fibras en el momento de la resurrección.

El Vaticano hasta ahora ha sido cauteloso acerca del Lienzo de Turín, llamándolo un símbolo del sufrimiento de Cristo, pero sin hacer afirmaciones sobre su autenticidad.

De rodillas, el Sumo Pontífice Benedicto XVI reza en la Catedral de Turín, durante la exposición de la Sábana Santa, el 2 de mayo de 2010. (Foto: Agencia Reuters)
De rodillas, el Sumo Pontífice Benedicto XVI reza en la Catedral de Turín, durante la exposición de la Sábana Santa, el 2 de mayo de 2010. (Foto: Agencia Reuters)

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