Víctor Delfín: "El día que deje de amar me muero"
Un día como hoy, hace 20 años, se inauguró el Parque del Amor y se develó una de las esculturas más famosas de Lima “El Beso”. Su creador Víctor Delfín sigue vigilante la coyuntura del país, y creando obras con alta sensibilidad social. Huellas Digitales conversó con el artista sobre el amor, la amistad y el parque que alberga cada 14 de febrero a miles de enamorados.
Se imaginaba en Buenos Aires, pero cuando llegó a Lima a los 14 años, la Escuela de Bellas Artes lo impresionó. Recuerda que de pequeño leía muchas revistas extranjeras, y desde entonces Buenos Aires lo cautivó. De allí su fascinación por el tango. Para este hombre de carácter rebelde, la cultura es una cuestión de coraje: “Se hace o no las cosas” enfatiza. Su escultura “El Beso”, donde él aparece besando a su compañera Ana María Ortiz, es un claro ejemplo.
¿Qué es lo que buscaba transmitir con la escultura?
Yo veía la cantidad de enamorados que llegan a la playa, se besaban, se peleaban y luego se amistan. Todo ese tema lo iba ilustrando. Hice varias parejas en diferentes poses y la que más me gusto fue esa. La realicé en un tamaño de 70 x 30 cm me gusto tanto que lo mandé fundir en bronce y lo tenía en mi taller.
¿La hizo mucho antes que se la pidiera el entonces alcalde de Miraflores, Alberto Andrade? /strong>
Espera un ratito déjame terminar de contar. Un día vino un amigo a visitarme que conocía a Alberto Andrade, y resulta que yo quería sembrar algunas plantas en este terreno muy árido y me dice: ¿Por qué no haces lo que está haciendo Andrade en Miraflores? Algún día te lo traigo para que te explique cómo siembra, ok formidable le dije.
¿Vino Andrade a su casa?
Pasaron meses hasta que un miércoles vino mi amigo con Andrade. Fue una simpatía a primera vista, pasó a mi casa y vio la escultura de El Beso y me dijo: ¿La puedes hacer más grande? En ese momento nos olvidamos de sembrar [risas]
¿Qué le contestó?
Le dije que sí, pero había que hacerlo inmenso en una montaña o en la isla. El sábado siguiente nos fuimos a dar una vuelta por los acantilados, empezamos a buscar el espacio, de pronto llegamos a un lugar donde había una escultura abandonada de mi amigo Campos, alrededor estaba sucio ¡Parecía un basural! Recuerdo que también había una pareja, haciendo lo que hacen los enamorados y cuando vieron al alcalde salieron disparados.
¡Es que los ampayaron!
Yo les dije: “No se vayan, acá les vamos hacer un lugar para que los respeten, para que nadie los moleste, para que nadie los joda” El alcalde escuchó y se quedó sorprendido con el discurso y le pusimos el Parque del Amor.
¿Usted también diseñó todo el parque?
Claro todo, un lunes empezamos a trabajar, pero de pronto se paralizó la obra en agosto, la escultura ya estaba pero los alrededor del parque todavía no. Hasta que un día se aparece un funcionario del municipio y me dice que el parque tenía que estar listo para el 14 de febrero, faltaba solo un mes. Contratamos a 150 personas entre albañiles, jardineros, electricistas, los chicos de bellas artes, etc. Desde las 5 de la mañana hasta las 7 de la noche, con un calor insoportable.
¿Alguna anécdota?
Claro, me acuerdo que los chicos hacían su negocio cuando colocaban los nombres en las mayólicas. Yo les decía que colocaran nombres de parejas famosas como Romeo y Julieta o Humareda y Marilyn por ejemplo, pero ponían Rosita y Juan es que las parejitas les pedían y a cambio les daban su sencillo, era su cachuelo [risas]
Luego vinieron las críticas
Claro recuerdo que un intelectual dijo sobre los versos: “Mezclar a Pinglo con Vallejo ¡Qué barbaridad!”. Ellos decían que era el fin de Delfín. Dijeron de todo, pero el historiador Antonio Del Busto dijo algo muy cierto, esta obra es la primera escultura mestiza que se hizo, pero colocarlo en ese espacio fue lo que les chocó, muchos decían que era grotesco.
Hablemos del amor ¿Se considera romántico?
Todos los de mi generación somos románticos. Hay dos cosas que importan mucho en la vida, el amor y dinero. El día que deje de amar me muero, soy de las personas que necesita del contacto de una pareja para poder vivir. He tenido muchas relaciones y curiosamente mis tres esposas murieron, casi todas han muerto muy joven. No creo en el amor hasta la tumba.
Y sobre la amistad ¿Tiene muchos amigos en la política?
Soy muy amigo de Alejandro Toledo, amigo de Alan García y a Ollanta Humala solo lo conozco. En ese orden. Hace 6 meses no leo periódicos, pero me informan mis asistentes. Yo pienso que Lima se detiene en minucias, deberían concentran esa energía del chismorreo y la mala leche, en lo que realmente le falta al Perú. Debería haber una escolaridad uniforme para todos ¡No jodan! Tengo tres niños pequeños, y cuestan un montón de plata ¡Pobres padres de familia!
¿También ha tenido buenos momentos con sus amigos bohemios?
Pregúntame a quién no conozco, recuerdo que con Raúl Porras Barnechea nos íbamos al cine en Breña y las pulgas nos comían. Caminaba con Martín Adán bien curado, pasando de una vereda a otra porque no podía. También he conocido a gente muy difícil como Alfonso Tealdo y mujeres difíciles como Doris Gibson, ella nos cuadraba.
¿Hoy la pasará en el ´Parque del Amor?
No lo sé. No planifico nada, yo soy un aventurero, si me preguntas qué hubiera querido ser, te diría que un pirata. Detesto la tranquilidad, de tranquilo no tengo nada, no busco la seguridad, esas cosas me apestan ¿Qué cosa hay seguro en la vida? Solo la muerte, si quiere puede venir esta tarde a buscarme [risas]
La ficha
Nací el 20 de diciembre, bajo el signo de Sagitario. Soy de Lobitos, Piura. Tengo 9 hijos. Estudié hasta tercero de primaria. Soy una especie de autodidacta infinito. En mi casa no había lujos solo libros y revistas. No puedo creer que “El Beso” cumpla 20 años. Es como un hijo mío, su madre es Ana María Ortiz y su padrino es Alberto Andrade. Para mí se ganó un espacio para la sociedad, ese es el mérito de la obra. Detesto el fútbol. Soy muy solidario y un campeón en defectos. Picasso ha sido un referente para mi obra, está en todas partes. Me encanta el tango, antes de morir quiero viajar a Argentina para bailar con la presidenta Cristina Kirchner, sería mi último tango en Buenos Aires.
(María Fernández Arribasplata)
Fotos: Alessandro Currarino/ El Comercio