Mister Gay China
Como lo pronosticó Madame Patricia (aquí) a último minuto, las autoridades chinas cerraron la pasarela del primer concurso de belleza Mister Gay China, en el exclusivo Club Lan de Beijing.
La policía alegó motivos administrativos para la clausura del primer evento de este tipo en el país. “Un fallo en el procedimiento de solicitud de permiso”, argumentaron los efectivos que con terno y corbata, pasaron desapercibidos entre los asistentes. Llegaron justo antes de que los 8 competidores (presunto número auspicioso) subieran al estrado. El certamen convocó a más prensa extranjera que cuando el presidente chino ofrece un discurso.
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Todo estaba listo… y terminó desfilando la poliFotos: PCO
Así quedó el escenario,
vacío y sin estrenar
Ben Zhang, organizador del certamen de belleza que también es fundador del portal para homosexuales Gayographic, relató el encuentro a los medios extranjeros mientras el personal del establecimiento levantaba la alfombra rosa.
“Llegó la policía. Preguntó el motivo del certamen. Dijimos que era por diversión. Respondieron que no hay nada malo en que sea una evento homosexual pero que no hemos cumplido con el proceso de autorización oficial”, explicó sin creerlo.
Un representante del club aseguró que nunca han enfrentado problemas de ese tipo a pesar de que organizan actividades a diario. La experta en el tema, Li Yinhe, reconocida socióloga de la Academia China de Ciencias Sociales dijo abiertamente “todo indica que la cancelación tuvo que ver por el carácter gay del evento”. Bingo.
El flamante ganador de la corona iba a representar a China en la competición mundial que se celebrará el próximo mes en Oslo, Noruega. Los ocho competidores con edades entre 24 y 32 años, proceden de Liaoning, Chengdu, Mongolia Interior, Xinjiang, Tianjin, Henan, Harbin y Chongqing.
El jurado estaba integrado por el autor de “Coraje” la primera novela de temática gay publicada en China, Xiao Jie, el fundador de la organización gay Queer Comrades, Xiao Gang, el crítico de cine Bei Chenggong, entre otros. La socióloga Li era la invitada de honor.
El programa de dos horas incluía un desfile de moda y otro en ropa interior, además de una sección de preguntas y respuestas confucianas. En la antesala del concurso, cuando la prensa extranjera se disputaba a los candidatos para entrevistarlos, llegó la policía y dio por terminada la fiesta que no había ni empezado.
Los organizadores y las autoridades chinas que aparecieron de imprevisto, ingresaron a un salón privado, cerraron la puerta y al poco tiempo, uno de los portavoces salió para anunciar la cancelación del certamen. Los corresponsales no se movieron y la policía tampoco. Nadie desfiló.
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Concursante, jurado, organizador y presentador. Adivina quién es quién…
Desde el 2008, las autoridades han permitido cada vez más actividades de este colectivo, siempre y cuando no tengan una difusión masiva dentro del país. Con esta misma regla, miden también a las religiones. De lo contrario, intervienen por sorpresa, anulan el evento y aducen problemas administrativos o algo parecido.
No es la primera vez ni la última que los censores intervienen. En junio pasado, los organizadores del primer Festival del Orgullo Gay en China, tuvieron que cancelar dos sesiones de la semana de actividades en Shanghai por orden de las autoridades.
En el 2005, la policía cerró el primer Festival de Cultura Gay y Lesbiana de Beijing, y en el 2006, prohibió la cinta de contenido homosexual “Brokeback Montain” del taiwanés Ang Lee. Sirvió de poco, los chinos la bajaron gratis de Internet saltando la muralla de la censura.
Pese a los avances y retrocesos, la comunidad homosexual china ha dado pasos de gigante desde el 2008, cuando aprovechando el marco de los Juegos Olímpicos en Beijing, organizó la red nacional y entró en contacto con grupos extranjeros.
¿Cuántos homosexuales hay en China? Los estimados son dispares aunque al menos 30 millones de personas lo han asumido en encuestas. Algunos calculan que la cifra podría rondar los 100 millones. La costumbre es NO revelar la opción sexual y vivir dentro del clóset de lunes a viernes. Los fines de semana los bares y clubes para “tongzhi”, “lala” o mixtos, andan repletos.
“Tongzhi” 同志 es camarada, un término que en el mandarín coloquial también se traduce como homosexual. Si ambos caracteres se dividen, el primero significa “igual” y el segundo “voluntad”. A las lesbianas se les conoce como “Lala” 拉拉. Los clásicos estereotipos de “Lala” son “T” para “Tomboys” (butch o chica que parece chico), “Po” para “Laopo” 婆 (lipsticks o chica superfemenina) y “bufen” 不分 (indivisible, o mujeres sin esquemas).
La presión del gobierno no es lo que más les preocupa a los camaradas chinos. Si bien no hay religión, la tradición, la política del hijo único y la sacrosanta familia son las fuerzas que impide a la mayoría abandonar el clóset protector.
A todo chino por igual, la tradición le obliga a continuar el tronco familiar, casarse y tener hijos. Algunos eligen la doble vida, se casan, tienen un hijo y después se divorcian. Pero otros (el 85% según un estudio) optan por el matrimonio pantalla: gays se casan con lesbianas para contentar a las respectivas familias y después, cada uno baila con su pañuelo en las noches de fin de semana. Incluso, existen grupos dentro del colectivo que organizan estos encuentros matrimoniales.
Estos son solo algunos pétalos del mundo rosa en China. Te contaré más en otro post o si tú lo pides.
La revista “ILOOK” dedicó un número especial a la moda y estilo de vida gay en China, titulada “中国真高兴-Gay China” que en realidad se traduce como “China es feliz”. La edición se acabó en tres días.
POSDATA CÓSMICA:
Quiero disculparme con los numerosos viajeros (3 en total, incluyendo mi editor web) que me escribieron para preguntarme por mi ausencia, ya que después de Navidad dejé la nave a la deriva diciendo que me iba al baño y desaparecí. No, no estaba en la Luna (al menos no todo el tiempo), sino en plena mudanza. Se me ocurrió la genial idea de mudarme en medio de la nieve, el día más frío en los últimos 40 años en China, y se me congelaron hasta las ideas. Puedo soportar las inclemencias de temperaturas bajo cero pero al saber que no tenía Internet en mi nuevo departamento, me calenté de lo lindo. Es la quinta vez (ya sé, ya sé, no hay quinto malo) que me mudo en Beijing y lo he hecho de un extremo al otro (lo que prueba que soy extremista). En sintonía con el Budismo, que practico cuando no puedo acceder a las páginas censuradas en la red china, ahora vivo frente al Templo de los Lamas, y mi vecino es el Dalai que nunca está en casa, en el noreste de la capital. Desde la ventana de mi estudio (ex tendedero) puedo ver el segundo anillo por el que transitan como hormiguitas absolutamente todos los automóviles de Beijing. Hay un restaurante cantonés de faroles rojos en la otra esquina que pretendo convertirlo en mi comedor. Y para recordarme que soy extranjera, vivo justo al frente de la oficina de visas. Aquí estoy de nuevo, al mando de la nave en el 2010 y te prometo tanta garra como el Tigre que se nos viene el amoroso 14 de febrero.