Exactamente hace un año, era el vigente campeón del fútbol peruano y no tenía equipo. Estaba desempleado. A cientos de kilómetros de Lima le llegó una propuesta irrechazable: dirigir a Juan Aurich. Roberto Mosquera se mudó a Chiclayo y consciente de que corría un riesgo grande: el equipo chiclayano peleaba el descenso. Él no lo vio así. Al contrario: era la oportunidad de demostrar que sus ideas llevan al éxito.
¿El título es una revancha personal por cómo salió de Cristal?
Es la reivindicación de una forma de jugar. Hace cuatro años mi estilo mantiene un equilibrio que va en contra de lo que sienten otras personas. Mis palabras son tomadas a broma a veces. No respetan la forma como siento el fútbol, que es como se expresan mis equipos futbolísticamente. Acá se cree que no se puede jugar bien y ganar cosas. Después de haber sido objeto de burlas, somos el comando técnico más eficaz por puntaje, goles a favor y en contra de los últimos cuatro años. Somos un comando técnico que proyecta una forma de jugar que agrada.
¿Se considera el mejor técnico del medio?
No. No lo soy. Pero los últimos cuatro años he cumplido con los objetivos que me han dado. Tenemos los mejores números, sí. Eso no se puede negar. Yo espero nunca ser el mejor técnico. Espero no serlo nunca, para siempre buscar serlo. Cuando piense que soy el mejor, de repente me va mal. Nunca he trabajado para eso. Yo no trabajo para ganar. Yo estoy buscando la esencia del fútbol.
¿Ante la ‘U’ vimos otra versión de Aurich, menos ofensivo y más efectivo?
Sí, pero ya jugamos bien los 14 partidos anteriores. Aquí entendimos la necesidad del rival. También he ido agregando ingredientes y madurando como entrenador. Algunos me llaman el último romántico, no sé. Ese es Armando Manzanero. Pero acepto lo que me dicen. Es difícil haber jugado con Uribe, Cubillas, y cuando te haces técnico pensar en no jugar bien. Si te dan todos los ingredientes para un lomo saltado, no puede salir una chanfaina. A mi me dan un grupo de jugadores, y yo los hago jugar bien. Eso es lo que hago. Ese es mi trabajo.
¿Este Aurich es mejor que su Cristal campeón?
Juan Aurich es un equipo versátil, podemos jugar de varias maneras. Claro, cuando hablo algunos creen que me creo virtudes. Pero entren a google y miren mis números. Miren la cantidad de goles que anotan mis equipos. Miren los videos y se darán cuenta lo agradable que es para la vista. Estamos en ese camino.
SOBRE LA SELECCIÓN
¿Dónde se ve usted de aquí en cinco años?
Esas proyecciones las tengo en mi mente y me las guardo para mí. Yo sé donde voy a estar, obviamente.
¿En la selección?
Solo te digo que yo sé donde voy a estar. La selección es el sueño de todos.
¿Fue un error aceptar dirigir a Perú ante País Vasco?
No. Ahora ya me redimí con este campeonato. Otra vez estoy en la pelea por entrar a la Videna. Pero no quiero entrar por la ventana, sino por la puerta. Tuve una prueba que no pasé con buena nota. Hay un empresariado cautivo que no te quiere porque no le has contratado jugadores. No soy del agrado de muchos. Como no era fecha FIFA, terminé jugando con lo que tenía en ese momento.
¿Pizarro tiene que seguir en la selección?
Lo de Pizarro para mí no debería generar polémica. Para mí es un crack. Es uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol peruano, quizá el mejor. Es un portento técnico, un capo jugando, ha prestigiado al país. En la selección ha hecho lo que tenía que hacer. Hablamos como si hubieras ido a todos los mundiales o como si Perú tuviera un juego brillante como para que Pizarro anote muchos goles.
¿Tenemos jugadores para pensar en una clasificación a Rusia 2018?
No tenemos jugadores. Pero podemos jugar como siempre hemos jugado. Acercarnos al 78, 82 y jugar de alguna manera. Porque no jugamos a nada. Quisiera que jugaramos a alguna manera. Bueno, el técnico no tiene mucho tiempo tampoco. Hay que dárselo y respetar su trabajo.