En los últimos 15 años, la economía peruana ha logrado más que duplicar su tamaño. Su vertiginoso crecimiento propició que el mundo hablara del “milagro peruano”, aunque ese término dejara bajo la alfombra varias falencias estructurales.
Una de las reformas pendientes claves para el Perú es mejorar el clima de negocios. Es un determinante tan importante del crecimiento de los países que, todos los años, el Banco Mundial elabora un ránking sobre esto, denominado Doing Business.
►Impulso monetario y fiscal: ¿Políticas en carriles opuestos?
►¿Cuáles son los vientos externos de la economía peruana para el 2020?
La última edición del reporte da cuenta de que el ambiente para hacer negocios en el Perú se viene deteriorando hace seis años.
¿Pero cuánto afecta esto al crecimiento? La literatura económica ha explorado poco esta arista. Por esta razón, en la Unidad de Análisis Económico de El Comercio realizamos un ejercicio econométrico para cuantificar cuánto crecimiento se pierde por tener un ambiente de negocios relativamente malo.
Una primera conclusión del modelo es que, en promedio en los últimos 15 años, el clima de negocios explica 0,7 puntos porcentuales del crecimiento del PBI. Sin embargo, el dato en sí mismo no nos permite observar cómo sería la foto hoy en otro escenario.
MIRANDO EL REFERENTE
El modelo que desarrollamos nos permite controlar las múltiples variables que inciden en el crecimiento de la economía. En términos simples, esto significa que podemos simular cómo hubiera sido la trayectoria de crecimiento con el Perú, manteniendo todo lo visto en los últimos 15 años, excepto el ambiente de negocios.
En esta simulación, elegimos imaginar un Perú con el clima de negocios de Singapur, que lidera el ránking Doing Business desde su primera edición.
El ejercicio dio como resultado que la economía crecería 1,1 puntos porcentuales más cada año con el ambiente de negocios de Singapur. Así, tener el mejor clima de negocios del mundo tendría un aporte total de 2,8 puntos porcentuales al crecimiento del PBI peruano.
Este resultado es consistente con las conclusiones de Simeon Djankov, Caralee McLeish y Rita Ramalho, investigadores del Banco Mundial. En un estudio encontraron que si un país cuyo clima de negocios está entre los peores del mundo, podría ganar hasta 2,3 puntos porcentuales de crecimiento al año si tuviera un entorno para negocios comparable con los mejores del globo.
LAS IMPLICANCIAS
Crecer menos es, a todas luces, un problema importante porque tiene incidencia en la generación de empleo e ingresos de los trabajadores.
Utilizando los resultados de nuestro modelo, proyectamos cuánto sería el PBI hoy en un escenario en que el clima de negocios fue comparable al de Singapur.
El resultado es muy relevante: el PBI peruano al cierre del 2018 hubiera sido 15,7% superior al que se registró.
Aún más relevante es analizar la trayectoria del ingreso por habitante, medido como el PBI per cápita. Al final del año pasado, un peruano promedio tenía un ingreso anual de US$12.655, ajustados por paridad de poder de compra.
Si hubiéramos tenido el clima de negocios de Singapur, el PBI per cápita sería de US$14.660. Así, un peruano promedio sería más rico que un colombiano promedio (US$13.238) e incluso que un brasileño (US$14.360).
Facilitar el hacer negocios sería un ‘driver’ importante de crecimiento para el país, sobre todo en un contexto de desaceleración. El problema es que no se han hecho reformas en ese sentido y la inacción es cada vez más evidente.
En la última edición del Doing Business, el Banco Mundial señalaba que el Perú apenas implementó una sola reforma para facilitar hacer negocios en el país.
En los últimos cuatro años se habían implementado dos reformas anuales y, antes del 2014 (que fue el año en que el Perú alcanzó su mejor puesto en el ránking) se hacían tres o más acciones de política cada año. El reto sigue ahí y, conforme nuestros vecinos avanzan, el costo de la inacción crece.