¿Qué es una de las cosas que más valoramos en nuestros líderes? Que nos respeten. ¿Qué es lo más valioso que esperamos recibir de las personas con las que interactuamos en todos los ámbitos de nuestras vidas? Claramente, respeto. Y es que el respeto se manifiesta de muchas maneras y todas ellas ofrecen dignidad, consideración y valor a quien lo recibe.
Si bien hoy somos testigos y víctimas de muchas faltas de respeto a todo nivel –y quizá especialmente por quienes deberían ser ejemplo de respeto, valores y principios–, creo que es fundamental insistir en la importancia de no caer en la normalización de la falta de respeto. Necesitamos vivir con respeto. Y ya que este se manifiesta de muchas maneras, comparto algunas que creo son especialmente importantes para casi todos.
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Respeto es que nos faciliten las oportunidades de lograr nuestra mejor versión de nosotros mismos para crecer y desarrollar todo nuestro potencial. Respeto es reconocer nuestras diferencias individuales y valorarnos a todos por igual. Respeto es no tener que luchar cada día para no perder lo logrado con tanto esfuerzo por nosotros y nuestras familias. Respeto es allanar el camino hacia la prosperidad individual y colectiva con un plan claro de crecimiento. Respeto es liderar con foco en generar oportunidades de desarrollo para todos.
Respeto es que nos traten “como a gente”, jamás con arrogancia, soberbia o altanería. Respeto es ofrecer y compartir una clara visión del futuro común a construir entre todos. Respeto es que tomen en cuenta nuestra cultura y no tratar de imponer experimentos fallidos de otros lados. Respeto es ser reconocidos como iguales, sin ser discriminados por diferencias creadas para dividir o enfrentarnos. Respeto es unir a la gente en un sueño común de prosperidad para todos. Respeto es no quitarnos la posibilidad de crecer como personas en nuestro propio país. Respeto es ayudarnos a crecer, a lograr metas, a desarrollarnos como personas y profesionales.
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Respeto es no exponernos a innecesarias dificultades para poder trabajar en paz. Respeto es querer el bienestar de todos, no solo de algunos. Respeto es que no nos hagan vivir en permanente incertidumbre e inestabilidad, lo que nos aleja de lograr nuestros sueños y metas laborales, profesionales, personales o familiares.
Respeto es que no nos traten como si fuéramos incapaces de entender lo que está pasando. Respeto es contar con equipos de gente decente y correcta para gestionar con eficiencia. Respeto es no llevarnos a normalizar la incorrección, el abuso o el abandono de las responsabilidades. Respeto es tener un discurso claro, no uno distinto para cada audiencia y en cada oportunidad. Respeto es que no jueguen con nuestro futuro como si no importara.
Respeto es que no nos imposibiliten el poder cumplir nuestras aspiraciones, sueños e ideales por incapacidad, conveniencia o indiferencia. Respeto es dejarnos trabajar hacia la modernidad, el progreso y las oportunidades para todos. Respeto es liderar para avanzar, no para retroceder.