El Día de Acción de Gracias se caracteriza por una cena protagonizada por el pavo al horno, pero no es lo único que se presenta a la mesa (Foto: Freepik)
El Día de Acción de Gracias se caracteriza por una cena protagonizada por el pavo al horno, pero no es lo único que se presenta a la mesa (Foto: Freepik)

Cuando llega noviembre, hablar de es casi inevitable en Estados Unidos. No solo porque se vive como una de las festividades más importante del año, sino porque su gastronomía ha empezado a viajar por el mundo. En ciudades tan distintas como Madrid, Ciudad de México o Londres ya es común encontrar menús especiales para esta fecha, algo impensado hace unas décadas. Y, aunque muchos relacionan este día con el , lo cierto es que la mesa suele estar llena de recetas que tienen un largo recorrido histórico. Si bien esa ave es la protagonista, no es la única que deleita los paladares de millones de norteamericanos.

Si uno se detiene un momento en los orígenes del Día de Acción de Gracias, es fácil entender por qué los platos tradicionales están tan ligados a la tierra y a la cosecha. La celebración tiene su raíz en 1621, cuando colonos ingleses y nativos americanos compartieron una cena en Nueva Inglaterra para agradecer la buena temporada agrícola. Nada de hornos modernos, mantequilla o pasteles. En aquella época lo que abundaba era la langosta, los gansos, las frutas de temporada y los tubérculos. Con el paso del tiempo —y con figuras como George Washington o Abraham Lincoln impulsando la festividad— la mesa fue transformándose hasta convertirse en el símbolo culinario que hoy conocemos.

LO QUE SE COME EN EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS

El pavo, el gran protagonista

Aunque no aparecía en aquella primera cena del siglo XVII, el pavo terminó convirtiéndose en el icono absoluto de la festividad. Su presencia se consolidó, en parte, gracias a Sarah Josepha Hale, una escritora que dedicó años a pedir que Thanksgiving fuera declarado festivo nacional. En sus cartas describía la celebración ideal, pavo incluido, y esa imagen terminó por asentarse en la cultura estadounidense. Hoy, el pavo asado —sí, ese mismo que vas a devorar con tus seres queridos en una mesa— es casi infaltable, aunque hay chefs que animan a explorar alternativas como el pato, el cerdo o incluso opciones veganas a base de tofu y champiñones. Al fin y al cabo, no es una obligación comer solo una cosa en todas las familias. Siempre es bueno variar un poco.

El pavo es el gran protagonista de la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Pexels)
El pavo es el gran protagonista de la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Pexels)

Relleno o stuffing

El stuffing es uno de esos platos que parecen sencillos, pero que cambian totalmente según la región o la familia. Se prepara tradicionalmente con pan tostado, cebolla, hierbas aromáticas y caldo, aunque también existen versiones con pan de maíz, semillas de calabaza o castañas para quienes buscan algo más otoñal. A veces va dentro del pavo y otras veces se hornea aparte para que cada uno se sirva a su gusto. Recuerda, no hay regla estipulada sobre cómo se cocina o como se presenta en los platos.

Muchas familias rellenan sus pavos con vegetales que luego sirven en la cena (Foto: Freepik)
Muchas familias rellenan sus pavos con vegetales que luego sirven en la cena (Foto: Freepik)

Cazuela de judías verdes, un clásico que nunca falla

En casi cualquier mesa de Acción de Gracias aparece la green bean casserole, una guarnición cremosa que combina judías verdes con crema, cebolla y, en muchas ocasiones, champiñones. Es un plato reconfortante, de esos que parecen pensados para ayudar a llenar el estómago antes de pasar al postre. Además, sus sobras suelen aprovecharse muy bien al día siguiente, desde versiones salteadas con panceta hasta ensaladas con pistachos y piel de naranja. Eso sí, esto es más rico cuando se come al instante, como la mayoría de platillos.

Un plato con judías verdes no puede faltar en la cena del Día de Acción de Gracias. Además, se puede cocinar de diferentes maneras, así que puedes sorprender a tu familia con recetas totalmente innovadoras (Foto: Freepik)
Un plato con judías verdes no puede faltar en la cena del Día de Acción de Gracias. Además, se puede cocinar de diferentes maneras, así que puedes sorprender a tu familia con recetas totalmente innovadoras (Foto: Freepik)

Puré de patatas y boniato, la textura que une todo

No hay Acción de Gracias sin puré de patatas. Suave, mantecoso y con un punto cremoso, funciona como base para casi cualquier bocado. También aparece el boniato —o sweet potato en inglés o camote como se conoce en otras partes del mundo—, normalmente asado o en forma de puré más dulce. Hoy existen versiones modernas como puré de patatas con calabaza o recetas con mantequilla de salvia que buscan darle un giro al clásico. Como la mayoría de las comidas, con el tiempo han ido variando y adaptándose al paladar de las personas.

El puré de patatas le agrega una buena textura a la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Freepik)
El puré de patatas le agrega una buena textura a la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Freepik)

Maíz, uno de los ingredientes más simbólicos

El maíz es una de las entidades más importantes dentro del menú, ya que se trata de un cultivo fundamental para las comunidades indígenas norteamericanas desde mucho antes de la llegada de los colonos. En Thanksgiving puede verse en forma de guiso horneado con huevos, queso y mantequilla; en corn pudding o en soufflés que recuerdan a una lasaña dorada y suave.

Una buena ración de maíz suele acompañar la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Freepik)
Una buena ración de maíz suele acompañar la cena del Día de Acción de Gracias (Foto: Freepik)

Coles de Bruselas

Aunque no siempre gozan de buena fama y no les guste a todos, las coles de Bruselas se han ganado un lugar casi tan fijo como el pavo. Las versiones más habituales incluyen preparaciones crujientes al horno con miel y balsámico, o salteadas con vino, caldo de verduras y castañas. Su sabor intenso complementa bien los platos más cremosos de la mesa.

Puede tener sus detractores, pero las coles de Bruselas no pueden faltar en la cena de Thanksgiving (Foto: Freepik)
Puede tener sus detractores, pero las coles de Bruselas no pueden faltar en la cena de Thanksgiving (Foto: Freepik)

Salsa de arándanos rojos: el toque ácido necesario

La cranberry sauce es uno de esos acompañamientos que sorprenden por su simpleza. Con arándanos rojos —una fruta autóctona de Norteamérica—, azúcar y agua se obtiene una salsa vibrante que rompe la grasa del pavo. Algunos cocineros añaden naranja o manzana para darle más complejidad, pero su esencia sigue siendo la misma.

Una buena salsa de arándanos es la favorita de muchos (Foto: Freepik)
Una buena salsa de arándanos es la favorita de muchos (Foto: Freepik)

Pasteles de calabaza, manzana y nuez pecana: el final perfecto

¿Aún tienes espacio para más? Para cerrar la cena llegan los postres más tradicionales: pumpkin pie, apple pie y pecan pie. Aunque, lógicamente, no existían en las celebraciones del siglo XVII, hoy representan como pocos la identidad de Thanksgiving. La calabaza, la manzana y las nueces pecanas reflejan la temporada otoñal, y se sirven con nata, helado o simplemente con un toque de sirope de arce.

Después de una riquísima comida, siempre hay espacio para un delicioso postre (Foto: Freepik)
Después de una riquísima comida, siempre hay espacio para un delicioso postre (Foto: Freepik)

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SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con más de 10 de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

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