
Le arrancaron a su pequeño de los brazos el día de su detención y desde ahí el miedo se apoderó de ella. Las historias de inmigrantes capturados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos y que son separados de sus hijos continúan llenando de impotencia a quienes están en contra de la ofensiva migratoria de Donald Trump. Hoy te traigo el caso de Laura Fonseca, una madre colombiana que terminó recluida en el centro de procesamiento de ICE en Adelanto, California, durante 2 meses y antes de su deportación logró reencontrarse con Dante, de 2 años, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Aquí los detalles.
Desde que asumió el poder, el republicano puso en marcha el mayor programa de deportaciones masivas en la historia del país, por lo que agentes federales han centrado sus operaciones en granjas, sitios de construcción, calles, restaurantes, talleres de reparación de automóviles o ‘car wash’ y, sobre todo, en la corte, a donde muchos indocumentados llegan con intención de regularizar sus papeles.
Es ahí donde personal de la agencia federal encargada de los delitos relacionados con la frontera estadounidense y la inmigración ilegal, y que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), captura no solo a quienes tienen antecedentes penales por delitos violentos, sino a todo aquel que esté de forma ilegal en el país.

El emotivo reencuentro tras 2 meses separados
El día de su deportación, Laura Fonseca no solo afrontó el tener que dejar todo lo logrado en Estados Unidos, sino que vivió un emotivo reencuentro con su hijo Dante de 2 años a quien no pudo ver durante 2 meses, que fue el tiempo que estuvo detenida y bajo custodia de ICE.
Todo empezó cuando la madre se presentó a la corte migratoria en Santa Ana y fue arrestada al finalizar su Entrevista de Miedo Creíble (CFI), que es una conversación con un oficial de inmigración donde el solicitante de asilo explica su temor de regresar a su país de origen. En ese momento, los oficiales le arrebataron a su pequeño y la llevaron al centro de detención.

Según explican desde Univision Los Ángeles, ahí sufrió de depresión y tuvo un cuadro de parálisis facial por el estrés de estar alejada de su hijo. Esto motivó la firma de su deportación voluntaria.
Gracias al apoyo legal del consulado de Colombia, la madre pudo reunirse con su hijo y darle ese esperado abrazo mientras era custodiada por personal de inmigración en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Ambos abordaron un vuelo con destino a su país natal.

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