
Glisett Blanco Pérez está viviendo una situación desesperante que parece no tener fin. Sucede que su hijo, San Karel Sánchez Blanco, fue detenido a principios de este año por los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y, a pesar de los esfuerzos que ha realizado para conseguir su liberación, aún no ha logrado reunirse con él.
Este joven de nacionalidad cubana fue intervenido por las autoridades migratorias en su intento de cruzar ilegalmente la frontera. Terminó arrestado en un centro de detención para migrantes en Tacoma, Washington D.C., y desde aquel día, se ha acostumbrado a vivir en una celda.

“Mi hijo anda desesperado. Estuvo un mes entero secuestrado en México. Yo le pido a inmigración que tenga consecuencia que mi hijo entró con 18 años y ya cumplió sus 19 ahí preso”, fueron las palabras de Glisett.
La madre afirma que su hijo no está recibiendo la alimentación adecuada en esta prisión de migrantes, ya que ha perdido mucho peso y no cuenta con sus respectivos lentes, lo que le impide tener una mejor visión. En resumen, el adolescente está viviendo una pesadilla durante su reclusión.
Pagó una fianza
Glisett cuenta que su hijo pasó satisfactoriamente su entrevista de miedo creíble (CFI) para que sea liberado y pagó una fianza de US$1,000 a inmigración. Pese a estos esfuerzos, no han tenido éxito alguno.
“Me dijeron que lo iban a liberar y me cobraron ese monto. Hasta la fecha, no lo han liberado. Solo pido su liberación porque estamos en un país de libertad y no me lo han soltado”, dijo.

La situación migratoria de San Karel no es alentadora, ya que existe una alta posibilidad de que sea deportado a un país desconocido. A pesar de la adversidad, la madre aún sigue en pie lucha exigiendo la libertad de su hijo.

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