En 1984 Jody Plauché tenía 11 años cuando fue secuestrado por Jeffred Doucet, su profesor de karate, quien lo llevó desde Luisiana hasta un motel en California; es decir, exactamente, a la otra punta del país. En ese lugar violó al pequeño hasta que éste un día logró llamar a su madre y ser rescatado un mes después de su desaparición. La terrible historia tuvo un desenlace muy sangriento ya que el padre del niño decidió hacer justicia por mano propia y mató al abusador.
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El 16 de marzo de ese año Jody regresó a los brazos de su familia, mientras que Doucet -que tenía 25 años- fue trasladado en avión hasta Luisiana. Una vez que arribó al aeropuerto, fue entregado a la custodia de la Policía. Los oficiales no estuvieron los suficientemente atentos al accionar del padre de la víctima quien, camuflado con una gorra y anteojos de sol, sacó un arma y le disparó un tiro en la cabeza al profesor de karate.
Incrédulos, los miembros de seguridad redujeron a este padre mientras le hacían una pregunta que quedó grabada para siempre en la mente del niño y que, posteriormente dio nombre a su libro autobiográfico: “¿Por qué, Gary, por qué?”. En ese texto que intenta de buscar respuestas a las preguntas sobre lo que ocurrió.
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Tras recibir el disparo en la cabeza, el abusador quedó en coma y murió al día siguiente. Por el crimen, Gary estuvo en la cárcel pocos días y se decidió su libertad condicional a través de una sentencia suspendida por homicidio involuntario. También se le ordenó que realice tareas comunitarias. Era difícil de imaginar que podía suceder algo distinto con él, ya que contaba con el apoyo casi unánime de la sociedad estadounidense por lo que hizo.
Leon Gary Plauché nació el 10 de noviembre de 1945 en Baton Rouge. Sirvió brevemente en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, donde alcanzó el rango de sargento de Estado Mayor. Al dejar el ejército, se convirtió en vendedor de equipos y trabajó como camarógrafo para un canal de noticias local. Formó su familia y todo parecía marchar bien hasta el fatídico episodio de Doucet.
Qué ocurrió con Jody Plauché
En una entrevista con el medio inglés The Sun de octubre de 2021, la víctima habló casi cuatro décadas después del episodio que quedó grabado en la sociedad y se refirió puntualmente al acciones de su padre, Gary.
“Entiendo por qué hizo lo que hizo, pero es más importante para un padre estar allí para ayudar a mantener a su hijo que ponerse en un lugar para ser procesado”, sentenció. A su vez, admitió que, con su acto, el hombre se convirtió en una suerte de “símbolo de justicia” para el país, ante la demanda de una justicia inoperante.
Por otra parte, reveló un diálogo que tuvo con su padre, quien murió en 2014 por un derrame cerebral, acerca de lo que sintió antes de matar al karateka: “Me dijo que pensó que iba a morir, así que sintió que no tenía nada que perder. Me dijo que uno de ellos, o los dos, morirían esa noche”.
Asimismo, contó que su padre “nunca se arrepintió de su acción”. Hasta la religión fue indulgente con Gary. “El sacerdote local le lavó los pies y le dio la absolución y el perdón de Dios, así que creo que eso lo ayudó mentalmente a lidiar con el evento”, afirmó.
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