Un caso de suplantación que parece sacado de ‘Catfish’, aquel reality de ‘MTV’ que documentaba a ciertas parejas que habían formado una relación en línea, pero sin verse en persona, muchas veces descubriendo un engaño de alguien más, se ha hecho viral en redes sociales tanto en Colombia como en Venezuela.
¿La razón? Una colombiana, que se hacía llamar Sara Manuela Giraldo, actuó como una chica del vecino país durante más de dos años y engañó a decenas de personas para crear una red de apoyo.
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Así lo dio a conocer Martha Hidalgo, dueña de las fotografías, a través de su cuenta personal.
Los testimonios del engaño
La historia, contada por Martha, una profesional de odontología y dueña de un consultorio, parte hace poco más de año y medio cuando una persona ‘random’ (como ella menciona) le escribió a su Instagram para avisarle que alguien se hacía pasar por ella.
”Le escribí, coloqué en mi perfil ‘alguien se hace pasar por mí, por favor denuncien esta cuenta’”, narra. Sin embargo, no le siguió la pista, pues creyó que había borrado la cuenta. Pero no fue así.
En octubre de 2022 otra persona la alertó nuevamente, esta vez adjuntando pruebas: “Algo que me pareció realmente alarmante fue cuando él me envío los mensajes que intercambiaba con ella”, pues no solo tenía cuenta falsa de ella, sino que se hacía pasar por su familia utilizando fotografías muy personales que no habían sido publicadas en redes sociales.
Casi todo coincidía: a excepción del nombre, hasta compartían la misma profesión.
”Me cuenta que la conoció por Facebook y llevaban una relación por internet de cuatro meses”, pero cada vez que intentaban verse sacaba alguna excusa trágica, lo que lo llevó a sospechar. Por eso cuando él la enfrentó ella aceptó la suplantación, pero además le contó que “sufría de depresión, sobrepeso, que había tenido una vida muy trágica y que por esa razón utilizaba fotos de otra persona”, recuerda Martha.
Ocurrió un fenómeno y es que curiosamente el perfil falso se veía más real, apunta Hidalgo, por la cantidad de interacciones, amigos y publicaciones que tenía. Todas las anteriores superaban a las del perfil original.
Luego llegó el testimonio de otro joven, quien incluso terminó a su novia para iniciar una relación con Sara Manuela. Fue tal su interés que le compró boletos para Curazao, una isla paradisiaca del Caribe, pero ella nunca llegó al aeropuerto.
En busca de la impostora
La tarea de dar con la persona detrás del misterioso perfil era difícil: usaba un teléfono exclusivamente para hacerse pasar por ella, con línea y redes sociales diferentes (y además coherentes entre sí). Mas no era imposible.
Toda su familia se unió para dar con la impostora, a pesar de que los tenía bloqueados, y tuvieron una idea: indagar sobre a quién pertenecían los números desde los cuales contactaba a los chicos mencionados.
Así se dieron cuenta de que uno de estos aparecía agregado tanto en la lista de contactos de Martha como de su mamá bajo el pseudónimo de ‘Laura Colombia’: “Mi mamá hace decoraciones de fiesta y aparentemente esta persona le escribió hace tiempo por Instagram para solicitarle un presupuesto. Ella nunca hizo la decoración, pero su número se quedó ahí”, confiesa la joven.
En su caso, se hizo pasar por una paciente que requería una cita en su consultorio, pero nunca asistió. Por ello tenía acceso a los estados de WhatsApp.
Un final ¿feliz?
Ya con ese dato podía dar con ella, con ‘Laura’.
Después de notar que la joven primero la había contactado desde su perfil personal para halagar su aspecto o hacer comentarios ocasionales decidió hablarle; se encontró con alguien que atravesaba por una situación difícil y, de alguna manera, creó su propio refugio.
“Nunca le hablé feo, me di cuenta de que era una persona que estaba pasando por una enfermedad mental, porque ella se atrevió a contarme su historia”, expresa. Por esa razón optó por ser empática y con un mensaje de “mis disculpas Martha, espero sobrevivir a la depresión, no es una batalla fácil, pero no es imposible. Gracias por darme la oportunidad de hablarte” se despidió su otra yo.
Martha, conmovida por su actitud y por la manera en que se disculpó dejó pasar lo ocurrido, con el compromiso de que allí terminaría. No obstante, tomó control de la cuenta de Instagram para contar su versión de la historia y seguir alertando a sus seguidores.
También anticipó que hay una segunda parte, pues una vez se hizo público el caso llovieron más acontecimientos importantes, por lo que miles de personas ahora están pendientes de la continuación.