El pan es uno de los alimentos más consumidos por los peruanos. Su preparación requiere no solo de buenos ingredientes, sino también de maestría, la misma que demuestra Armandina Calderón de Zevallos, una reconocida panadera de la región de Tacna. Durante una entrevista con El Comercio, como parte de la campaña “Peruanos que Suman” en colaboración con el BCP, Armandina compartió sus experiencias en el mundo de la panificación.
Armandina fue recomendada por varias personas de la plaza principal de Tacna. De esta manera, el equipo de El Comercio llegó hasta su taller. Su esfuerzo y crecimiento profesional es la clave de su historia.
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Cuando una joven Armandina llegó a Tacna siguiendo la recomendación de su padre, inició una pequeña panadería que poco a poco fue ganando reconocimiento entre el público. Con los consejos de su esposo, lograron construir la reputación que tienen hoy en día.
“El sabor de nuestros productos no solo es apreciado por los peruanos, sino que también atrae a personas desde Chile, específicamente para comprar nuestra marraqueta”, comentó Armandina con gran alegría al saber que sus sabrosas creaciones son valoradas en otros lugares fuera de Perú.
La fama le llegó de forma inesperada y Armandina se mantuvo humilde a pesar del reconocimiento. Participó en un concurso de panes en Tacna y se llevó el primer lugar. Confiesa que nunca esperó tal premio, ya que su objetivo principal era participar y aprender.
A partir de ese momento, Armandina comenzó a cosechar éxitos en concursos regionales, lo que la llevó a participar en eventos importantes como Mistura. Ahí pudo exhibir su pan estrella: la marraqueta, su más grande especialidad.
Hoy por hoy, Armandina espera que cada vez más personas se acerquen a su taller para aprender a hacer pan artesanal, siguiendo su estilo y continuando con su legado. Su deseo es compartir sus conocimientos y preservar la tradición de la panadería en Tacna.