Villanueva adelanta que, si el Congreso considera que un eventual rechazo de la confianza sería el primero en este gobierno, el Ejecutivo presentaría otro Gabinete con los mismos planteamientos. (Foto: Juan Ponce/El Comercio)
Villanueva adelanta que, si el Congreso considera que un eventual rechazo de la confianza sería el primero en este gobierno, el Ejecutivo presentaría otro Gabinete con los mismos planteamientos. (Foto: Juan Ponce/El Comercio)
Diego Chirinos

A menos de seis meses de jurar el cargo, el primer ministro solicitará hoy la cuestión de confianza. Aunque duda que esta sea rechazada, el titular de la PCM enfatiza que si fuera así ello facultaría al Ejecutivo a cerrar el . “Es el mismo gobierno que empezó en el 2016”, advierte.

— ¿Cuándo la cuestión de confianza se convirtió en el camino por tomar? ¿Tras la abstención de Fuerza Popular en la Comisión de Justicia?
Sí. Uno podía esperar que demoren un poco, pero esa fue una muestra evidente para el resto de propuestas. En ese momento el presidente dijo que esto no iba para más. No podemos poner en juego intereses nacionales por intereses subalternos, así que pedimos la confianza. El resto de ministros estaba advertido sobre esa posibilidad.

— ¿La decisión, entonces, se tomó el domingo o el mismo viernes?
Se decantó cuando la Comisión de Justicia discutió el tema [el viernes]. Desde ahí hasta el domingo estuvimos viendo escenarios. Fue una decisión difícil.

— El lunes envió un oficio al Congreso del cual se desprende que la cuestión de confianza se presenta por los lineamientos de la Política General del Gobierno y no por las cuatro reformas constitucionales. ¿Es así?
Sí. Lo que estamos buscando es únicamente que el Congreso entienda que la urgencia de las reformas es porque vivimos una crisis de corrupción. Necesitamos hacer una reforma judicial y política para buscar la estabilidad.

— ¿Pero la aprobación de la cuestión de confianza implicará para el Gobierno una aprobación automática de los cuatro proyectos enviados al Parlamento?
No. Este es un pedido de confianza con compromiso de plazos de aprobación y de definición sobre la fecha en la cual se puede realizar el referéndum. Este es necesario para darle legitimidad a las reformas.

— Es decir, los proyectos de ley se aprobarán en el pleno del Congreso independientemente de la votación de la confianza.
Sí. Pero no nos basta la confianza, sino también que se fijen plazos para aprobar las reformas y no deben pasar del 4 de octubre. Eso implica respetar los 60 días que se necesitan para pedir el referéndum al JNE. Así lo voy a pedir, para que quede absolutamente claro que no se puede ir más allá ni tampoco desnaturalizar lo presentado.

— ¿Además del plazo para las reformas, solicitarán fijar diciembre como la fecha máxima del referéndum?
Sí, porque eso empata perfectamente con la segunda vuelta de las elecciones regionales. Siempre aclaramos que pedimos el voto de confianza, pero no para cerrar el Congreso. A nadie le conviene cerrar una institución como esa. Pero la urgencia del país, con el grado de corrupción, el vacío del CNM que debe elegir jueces y fiscales, y la inestabilidad de un Congreso que no es capaz de aprobar las leyes con urgencia nos ponen en ese papel.

— El titular del Congreso, Daniel Salaverry, atribuyó la demora a que, al ser reformas constitucionales, estas no pueden aprobarse de la noche a la mañana.
Eso no es exacto. Esas reformas que hablan sobre lucha contra la corrupción las tienen pensando hace años y no se atrevieron a hacer una reforma judicial. Lo mismo sucede con la reforma política.

— ¿Reconoce, sin embargo, que los proyectos presentados pudieron ser mejores?
Por supuesto. Jamás tuvimos la soberbia de decir que no se podían cambiar. Planteamos un CNM con cinco miembros y ellos han planteado uno con siete; está bien. Hemos planteado 30 años de experiencia y ellos ponen 25; también está bien. Eso no desnaturaliza las reformas, tal vez hasta las mejora.

— ¿La cuestión de confianza demostró que el Congreso pudo ser más célere?
Están demostrándolo. Ha sido apatía, juego, y hasta ahora creen que pueden seguir en eso. Muchos esperan que el Tribunal Constitucional nos deje sin piso con el fallo sobre los cambios en la cuestión de confianza. Si ellos van a esos artilugios, será el suicidio político para el Congreso y la democracia. Uno no puede utilizar artimañas para resolver problemas como los planteados. Eso obligaría al presidente a disolver el Gabinete que yo tengo y estamos dispuestos a eso.

— El Ejecutivo contabilizaría el rechazo de la confianza como el segundo en el mismo gobierno.
Para nosotros es la segunda cuestión de confianza y lo señalaré ante el pleno claramente.

— Algunos congresistas ya ensayan interpretaciones señalando que este es un nuevo gobierno. ¿Quién resolvería esa controversia ante un eventual rechazó de la confianza?
Es muy fácil. Presentamos un segundo Gabinete que plantee las mismas cosas o incluso más y se verán obligados a rechazar o aceptar.

— Si el Parlamento interpreta lo contrario al Ejecutivo, ¿no procederían con el cierre pese a que para ustedes sí se justificaría una disolución del Parlamento?
No. Utilizaremos al máximo los recursos que permita la Constitución. Fuerza Popular, que se está quedando sola, no puede seguir jugando a la soberbia política por su número [de votos]. El presidente puede presentar dos gabinetes al día siguiente. Se pide la confianza otra vez y, si no la dan, se cierra el Congreso igual. Jamás vamos a poner tanques. Tenemos la razón de las cosas.

— ¿Cómo interpretaría el Gobierno que el Congreso lo escuche para, luego, postergar la votación de confianza? Porque podrían intentar apelar a la figura de la sesión permanente.
Tomaríamos el plazo conversado del 4 de octubre. Si eso no se da, habiendo agotado todo, se volvería un Congreso increíble. Si este Congreso no cumple con lo que debe cumplir y no le interesan los problemas nacionales, hay que cerrarlo, pues.

— ¿Ve alguna posibilidad de que le rechacen la confianza?
No creo. Tengo optimismo de que tenemos una clase política con sus propias peculiaridades, pero que, al final, va a entender que el Ejecutivo habla firme y serio en lo que plantea. Necesitamos las reformas. Si no lo entienden, que lo digan, pues.

— Será acompañado por todo el Gabinete a la sesión del voto de confianza. ¿Acudirá también el presidente Martín Vizcarra?
Probablemente. Aunque no es necesario, puede ir. Todos estamos unidos en un solo fin que es buscar las reformas.