“Rechazamos los actos de corrupción y terrorismo. Que tenemos ideología senderista: falso, totalmente falso. Somos campesinos, maestros y ronderos. Y lo diré en Estados Unidos”, dijo el lunes pasado el presidente Pedro Castillo desde Cajamarca. También indicó que en el país norteamericano reiterará que su gobierno tiene una agenda abierta a la inversión. El mandatario se refería al discurso que ofrecerá en Nueva York el martes 21 ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que hace unos días ha iniciado su 76° período de sesiones.
LEE TAMBIÉN | Silencios prolongados desde Palacio: los vacíos y reacciones tardías del presidente Pedro Castillo | ANÁLISIS
En general, los mensajes que exponen los presidentes (o sus cancilleres) en la asamblea de la ONU no siguen una pauta temática. Sin embargo, en un análisis de los últimos 40 años, cuatro de los anteriores gobernantes peruanos coincidieron en reflexionar y deslindar del terrorismo ante la comunidad internacional. Lo hizo Fernando Belaunde en 1984, con una amplia disertación sintetizada en la frase “A nosotros toda sangre nos preocupa, todo dolor nos alcanza”, en el contexto de los inicios de Sendero Luminoso en el país.
En 1985, Alan García dijo también ante la ONU: “El terrorismo encontró terreno fértil para lucrar con la desesperanza y la tristeza del pueblo”. Su sucesor, Alberto Fujimori, no se presentó sino hasta tres años después de haber iniciado su mandato, en 1993, para enfatizar que en el Perú no habría acuerdo de paz con el capturado cabecilla terrorista Abimael Guzmán. Alejandro Toledo hizo lo propio, llevando además una agenda anticorrupción tras el período fujimorista.
La reciente muerte del terrorista Guzmán, además de los cuestionamientos al ministro de Trabajo, Iber Maraví, por sus presuntos vínculos pasados con la subversión generan el contexto ideal para un pronunciamiento al respecto. Pero no es el único mensaje que se espera de Castillo en el foro mundial.
Cuestión de gestos
El Perú es uno de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. Se adhirió en 1945, año de la creación del organismo. Actualmente, bajo el gobierno de Pedro Castillo, su representante permanente ante la sede es el excanciller Manuel Rodríguez Cuadros, quien fue designado a inicios de setiembre. Si bien los mandatarios no están obligados a asistir a cada apertura de sesiones de las Naciones Unidas, expertos consultados por El Comercio coinciden en que es un buen gesto hacerlo al menos el primer año de gobierno.
No obstante, hay casos de anteriores presidentes que optaron por enviar a sus ministros de Relaciones Exteriores la mayoría de las veces o asistir ellos mismos hacia finales de mandato. Por ejemplo, en su segundo gobierno (2006-2011), Alan García se presentó ante la ONU en el 2010, a poco menos de un año de dejar el cargo. En las demás ediciones, acudieron el entonces canciller José Antonio García Belaunde o el viceministro Gonzalo Gutiérrez. Otros expresidentes que asistieron poco a las sesiones son Fernando Belaunde (1980-1985) y Alberto Fujimori (1990-2000).
Para el director del programa de Estado de Derecho de la organización Diálogo Interamericano, Santiago Cantón, el discurso que lleve el presidente Castillo en esta primera ocasión genera especial expectativa porque se trata de un mandatario nuevo en política y del que se desconocen sus posiciones sobre la realidad internacional.
“Esta es una oportunidad del presidente Castillo para decirle al mundo a dónde va el Perú. Se esperaría que exprese sus ideas, primero sobre la democracia en América Latina –especialmente, las situaciones de Venezuela, Nicaragua y El Salvador– y segundo sobre qué papel juega el nuevo Gobierno peruano con respecto a China, Rusia o Estados Unidos. Siempre es trascendente saber si un país mantendrá su política de años anteriores”, señaló a El Comercio el también exsecretario ejecutivo de la CIDH.
Cantón remarcó como un tema de interés regional la postura del Perú con respecto al Grupo de Lima, formado en el 2017 para debatir soluciones a la crisis venezolana. Desde su punto de vista, cualquier gesto tendrá su peso, incluido el de guardar silencio sobre ese o los otros asuntos.
“Puede pasar que no diga nada, pues no existe una guía obligatoria de temas ni tampoco una duración mínima para el mensaje. La situación es que, en los últimos años, el Perú ha mantenido una política internacional más o menos predecible y por ello habría particular atención si anunciara cambios. El país ha conservado un nivel de estabilidad significativo en los últimos 20 años, pese a sus continuas crisis políticas internas y a los cambios importantes de presidentes, y eso también lo ha seguido de cerca Naciones Unidas”, dijo el especialista.
Los temas y ejes
Renata Bregaglio, profesora del área de Derecho Internacional de la PUCP, también resaltó que en estas cumbres se busca revelar la dirección de política exterior que tomará un Estado, por lo que expresiones sobre coyuntura interna podrían pasar a un segundo plano.
“La Asamblea de Naciones Unidas es un foro eminentemente político y, por lo general, sirve para plantear aproximaciones de política internacional. Entonces, la idea sería abordar problemas actuales y presentar visiones sobre el futuro. En materia de derechos humanos, se esperarían posturas que fortalezcan el multilateralismo para enfrentar problemas actuales. La pandemia es un asunto ineludible, así como la crisis climática y la crisis de refugiados”, refirió.
Bregaglio describe como hecho relevante la reciente aprobación del Perú al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática: “Eso podría entenderse como un reforzamiento de principios de descolonización y lucha contra toda injerencia extranjera”. Sin embargo, la abogada recuerda que, por lo general, los mandatarios peruanos ahondan en muy pocos temas internacionales durante sus apariciones ante la ONU.
El especialista de derecho internacional Alonso Gurmendi indicó a este Diario que será interesante escuchar si el presidente sigue la tendencia progresista de Naciones Unidas o si traerá algo nuevo a debate.
“Será interesante ver hacia dónde lleva la política exterior el gobierno de Castillo porque existe una preocupación de que la política exterior termine siendo ese espacio en donde se relega todo lo que podría estar en la política interna. De otro lado, el Perú ha estado tradicionalmente alineado con Estados Unidos, el mundo occidental, el libre comercio y la protección de inversiones. Es probable que Castillo reivindique otros elementos por encima de los negocios”, explicó. Añadió que el eje de su mensaje podría apuntar a la libre determinación de los pueblos y a los derechos indígenas.
TE PUEDE INTERESAR:
- Pedro Castillo y el asedio a la prensa como una política de gobierno | Análisis | Testimonios
- Bolivia acepta a dirigente de Perú Libre cercana a Cerrón, como embajadora del Perú
- Retroceso en reforma electoral: ¿Qué cambios se aprobaron para las elecciones del 2022?
- Patricia Chirinos: “Hago una invocación [a los testigos] a que digan la verdad” | ENTREVISTA