Fernando Vivas

“Quería hacer un enroque con Betssy [Chávez], pero no sé qué pasó”, me dice un amigo condicional del gobierno. “Bueno, la censuraron [como ministra de Trabajo]”, le digo, para fastidiarlo con la obviedad. “Pero querían ponerla en otra cartera, eso está permitido; y se han echado para atrás”, me replica. Concluimos que Pedro Castillo es tan improvisado que quizá se le pasó renunciarla a tiempo y la censura fue tan contundente -71 votos a favor versus 28 en contra y 12 abstenciones- que ya no quiso provocar a la oposición. Que es su inestimable escudera y operadora, quedó de manifiesto en una visita al departamento de esta, ampayado en Willax. Ahora operará desde el Congreso.

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