Ha pasado una semana desde aquel fatídico martes 29 de octubre y aún no hay cifras exactas. La letal DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que arrasó gran parte de la Comunidad Valenciana por ahora deja más de 200 muertos –hasta el último domingo 214, según compartió en ‘X’ el ministro de Transportes, Óscar Puente-, aunque se estima que con el transcurrir de los días y el avance de las labores de búsqueda de desaparecidos, el escenario empeore.
El devastador impacto de este fenómeno, conocido en España como gota fría, generó sorpresa por el daño en infraestructura y la cantidad de fallecidos en un país supuestamente preparado como el europeo. A pesar de la alerta emitida por la Agencia Estatal de Meteorología, que la mañana del pasado martes avisó de “un nivel de riesgo para la población muy alto”, no se tomaron las medidas pertinentes, quedando a merced de las precipitaciones excepcionales que se dieron ese día. Las lluvias torrenciales y las tormentas rompieron los registros que se tenían, a tal punto que en algunos lugares en solo ocho horas llovió más de lo que normalmente cae en un año.
También en octubre, el Senamhi informó sobre una DANA que se presentaría del lunes 21 al martes 22, generando nieve, aguanieve, granizo, lluvia de manera localizada e incremento de la velocidad del viento en la sierra centro y sur oriental del país. En la nota de prensa del sábado 19, se indicó que la DANA ‘Maura’ –así la denominaron- se desarrollaría sobre el Océano Pacífico al sur de Perú y se preveía “precipitaciones localizadas acompañadas de descargas eléctricas en la sierra centro y sur oriental, granizo en zonas por encima de los 2600 m s. n. m. y nieve en localidades sobre los 4000 m s. n. m. Además, se esperaría el incremento de la velocidad de viento con ráfagas cercanas a los 45 Km/h”.
Son las siglas de 'Depresión Aislada en Niveles Altos' y es la denominación técnica del fenómeno meteorológico, que consiste en una "masa de aire que se desprende de una corriente muy fría y que desciende sobre otra de aire caliente produciendo grandes perturbaciones atmosféricas acompañadas de precipitaciones muy intensas", según la Fundeu.
¿Un evento como la DANA, que arrasó con Valencia, y el estrés hídrico en Piura tienen alguna relación?
Aquí nos referimos al fenómeno como tal, no al caso excepcional que ocurrió en España. Aparentemente, son dos situaciones aisladas, aunque de acuerdo a los especialistas consultados, tienen algunos puntos en común que podrían relacionarlos.
Para Bram Willems, especialista en recursos hídricos de la Universidad Cayetano Heredia, se trata de dos cosas distintas. Por un lado, el caso de Valencia que es un tema de tormentas muy fuertes, algo que se da con regularidad en Europa. Mientras que lo de Piura es una situación de gestión. “Lo que ha tenido que ocurrir hace 20 años en Poechos, principal reservorio, es el dragado. Los ríos arrastran sedimentos, entonces cuando el agua llega a una represa estos sedimentos se van depositando en la parte baja y esto lleva a que el volumen que se pueda almacenar la represa se ve disminuido. Por ello, lo que sucede en Piura es porque no han hecho la limpieza de la represa para que tenga la totalidad de su capacidad de almacenaje, ya que siempre ocurre que las lluvias se pueden atrasar. Lo que sí es digamos un parámetro en común es que los eventos extremos y la variabilidad se está acentuando”, comenta.
En cambio, Ian Vázquez, docente en la PUCP de la especialidad de Ingeniería Ambiental, cree que a pesar de ser fenómenos distintos, sí tienen alguna relación, sobre todo analizando las zonas en las que se dan.
“Toda la zona del Levante español, Alicante, Valencia, Almería, Murcia, todas esas provincias del sureste de España son zonas muy áridas de la península ibérica con pluviometrías muchas más bajas que el resto. Si pensamos en Piura sucede lo mismo. Básicamente, es la prolongación del desierto de Atacama, pasando por Nazca y esto ya es el desierto de Sechura. Es una de las zonas más áridas del planeta, donde normalmente no hay mucha agua y la que llega es de lluvias que ocurren en otras zonas geográficas pero son parte de la misma cuenca hidrográfica. Entonces, en estas zonas muy áridas también se da otro fenómeno que cuando llueve, llueve por estos procesos explosivos y de manera muy intensa en muy poco tiempo, pero gran parte de esa agua no es recuperable”, asegura el docente, quien en el 2021 fue considerado en el ranking “The Hot List” de Reuters de los 1000 científicos climáticos más influyentes del mundo.
Por su parte, María Cárdenas Gaudry, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Científica del Sur (Científica), deja en claro que todavía no hay evidencias científicas de relacionen ambos fenómenos, pero tanto la DANA como lo que sucede en Piura “reflejan un desafío global compartido: el aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos asociados con el cambio climático. La situación en Europa debe servir como un recordatorio para regiones como Piura sobre la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de adaptación y resiliencia ante un clima cada vez más variable y desafiante”.
1) Aymara, 2) Bernardo, 3) Carmen, 4) David, 5) Esther, 6) Fausto, 7) Grinia, 8) Héctor, 9) Ivana, 10) Julio, 11) Katia, 12) Lorenzo, 13) Maura, 14) Nicolás, 15) Oriana, 16) Paqari, 17) Qori, 18) Ramón, 19) Sandra, 20) Tomás, 21) Úrsula, 22) Velentino, 23) Wara, 24) Xavier, 25) Yuri y 26) Zeus.
"No podemos descartar la aparición de una DANA de condiciones extremas"
A primera impresión, se pensaría que el suceso que golpeó a la Comunidad Valenciana está muy lejos de aquí, como la distancia que separa a Perú de España. Sin embargo, al tener la presencia de danas en el país y bajo un contexto que potencie el desarrollo de este fenómeno, no se podría descartar un escenario como el que se dio en Europa.
Van 13 DANAs en Perú desde 2022: ¿qué puede convertir este fenómeno natural en un evento tan devastador como el de Valencia?
“La configuración de una DANA puede variar y sí, en algún momento, podría desarrollarse una que nos genere condiciones adversas extremas. Hemos tenido danas que nos han generado precipitaciones muy intensas y vientos bastante fuertes en la sierra sur, de 60 km/h. Sin embargo, estos no se han dado de forma generalizada. Entonces, no podemos descartar la aparición de una DANA de condiciones adversas muy significativas o extremas”, indica la ingeniera Bremilda Sutizal.
Sobre lo ocurrido en Valencia, la especialista en meteorología del Senamhi explica que este fenómeno puede propiciar varios acontecimientos meteorológicos pero con distinta intensidad. Algunas podrían generar condiciones más intensas que otras, dependiendo de las condiciones que encuentre cuando se desarrolle. “La DANA en sí es una circulación de vientos en sentido horario que se desarrolla en la atmósfera media alta, principalmente, pero esta es dinámica, es decir, no tiene una dimensión ni intensidad establecida. En nuestro caso, cuanto más intensa o grande y se aproxime más al territorio peruano, podría generar condiciones más adversas”.
“Cuando la DANA se presenta sobre el Océano Pacífico, donde usualmente se origina, suele afectar con mayor frecuencia a Chile, pero cuando lo hace más hacia el norte llega a afectar más a Perú, principalmente la parte sur y central. Hace algunos años, la presencia de una frente a nuestra costa generó descargas eléctricas en Lima”.
Bremilda Sutizal, especialista en meteorología del Senamhi
En tanto, Vázquez explica que este evento es “cualquier fenómeno de bajas presiones que es así súper explosivo”, que puede darse en Perú, en el Mediterráneo –como en el caso de Valencia- o en la costa atlántica europea, por citar algunos ejemplos. Recalca, como factor clave, el encuentro entre épocas de calor y frío.
“Coincide cuando el Mediterráneo está muy caliente por fenómenos ligados a la absorción de calor durante todo el verano y se genera un contraste porque empiezan a llegar las primeras bolsas de aire frío. Ese contraste genera una explosividad y salida de energía que muchas veces provocan estas situaciones de gota fría. Normalmente, suceden entre setiembre y octubre, justo al final del verano y comienzo del otoño. Además, como los niveles medios del aire en el Mediterráneo son más calientes, por efecto del cambio climático, la expulsión de energía puede ser mayor, con un dato adicional: el aire caliente tiene mayor capacidad de absorber agua, en comparación a un aire frío, haciendo que las precipitaciones explosivas que se dan puedan ser más copiosas”, detalla.
Sobre la posibilidad de una situación similar en el país, el docente de la PUCP considera que sí puede darse ya que en época de avenidas (*) tenemos fenómenos de huaicos, de lluvias extremas, que originan el desborde de ríos, lo cual pone en peligro a la población y trae como consecuencia daños en infraestructura.
“¿Por qué hubo tantas muertes y destrucción en España? Porque hubo una explosión de precipitaciones muy fuertes en zonas en donde normalmente la pluviometría (*) es baja. Esto lo vemos, por ejemplo, cuando viene el fenómeno de El Niño en Piura o en ciudades como Chiclayo o Trujillo, en donde vemos que puede haber grandes aluviones, puede arrastrarse lodo, etc., y se generan huaicos. Huaico es una palabra muy peruana, pero realmente lo que hemos visto en algunos de estos valles en la provincia de Valencia donde hubo estos aluviones, no dejan de ser huaicos que tienen ellos allí. Entonces, al tener estas precipitaciones pico, lo que ha sucedido es que hubo un desbordamiento de varios ríos de la provincia de manera conjunta y eso ha colapsado la red de carreteras”, puntualiza.
(*) Avenidas: cuando se registra el incremento del nivel de agua y caudal de los ríos como consecuencia de las lluvias en zonas altoandinas. [Fuente: Senamhi]
(*) Pluviometría: es la medición de las precipitaciones que caen en un lugar y tiempo específico, así como el estudio de su distribución. [Fuente: RAE]
El impacto del cambio climático
Luego del desastre visto en Valencia, hay una realidad que con el paso del tiempo aumenta su influencia en este tipo de situaciones: el cambio climático. Si en el punto anterior, no todos los expertos encontraban alguna relación, aquí sí coinciden en que este problema está generando que eventos como una DANA o el estrés hídrico sean más recurrentes y fuertes.
“A nivel global lo que tenemos es que debido a la excesiva emisión de dióxido de carbono y otros, se está generando un efecto invernadero. Es decir, la radiación térmica que normalmente sale al espacio, lo que nos permite un balance de temperatura, se queda almacenada. Esta situación está cambiando los patrones del clima y como consecuencia de ello, la temperatura global se está asentando, lo que genera que los eventos extremos se intensifiquen, tanto en intensidad como frecuencia. De esta manera, vamos a tener cada vez tormentas más fuertes. Esa es un poco la tendencia que se está observando y hacia a donde apuntan los estudios”, opina Bram Willems.
En esa línea, Ian Vázquez también apunta a las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales están calentando el planeta, por ello, la “temperatura promedio de la atmósfera ha aumentado un grado y medio con respecto a los valores preindustriales (*). Pareciera muy poco, pero lo que estamos viendo, concretamente en el Mediterráneo, es que el incremento promedio de las temperaturas en verano en los países de esta zona y también la del mar son muy superiores a ese grado y medio”.
¿Qué quiere decir esto? De acuerdo al investigador español esa temperatura es energía y lo que la convierte en una bomba de tiempo. “Eso, sumado a este fenómeno tan particular que es la gota fría, hace que en esta zona del planeta deberíamos esperar que, si no revertimos el calentamiento global, estos fenómenos sean más frecuentes e intensos, con mayor descarga de agua porque al haber más temperatura, la atmósfera va a estar absorbiendo más agua, que en algún momento explosiona en forma de lluvias torrenciales”, agrega.
Finalmente, Cárdenas Gaudry ratifica lo mencionado por los otros profesionales, señalando al calentamiento global como responsable de intensificar los fenómenos climáticos extremos. “A medida que las temperaturas globales aumentan, se generan más desequilibrios en la atmósfera que potencian tormentas, lluvias extremas y periodos de sequía prolongados. Así, fenómenos como la DANA y el estrés hídrico pueden volverse más comunes y extremos en muchas regiones del mundo, incluyendo zonas vulnerables de Perú”, sostiene.
Y concluye: “El clima peruano se caracteriza por otros tipos de eventos extremos, como El Niño; pero el cambio climático podría incrementar las anomalías atmosféricas, acercando las condiciones para fenómenos como la DANA en la región andina o costera. Las montañas de los Andes generan variaciones atmosféricas que pueden, en casos específicos, imitar los efectos de una DANA”.
(*) Nivel preindustrial: se refiere a la temperatura global antes de la Revolución Industrial para referenciar los efectos del calentamiento global. Se define como nivel preindustrial el período de varios siglos antes del inicio de la actividad industrial a gran escala. [Fuente: El Tiempo de España]
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