Hijo del icónico actor argentino Guillermo Francella, Nicolás ha sabido construir su carrera con pasos firmes, alejándose del peso de su apellido para consolidarse por su propio talento. En una entrevista en exclusiva con Saltar Intro de El Comercio, el actor de 33 años se confiesa sobre su relación con su padre, el astro artístico de Argentina, y habla de las bendiciones de una carrera que lo hace viajar por el mundo. Su última participación en la cinta de David Schurmann tiene como protagonista a Jean Reno y se trata de una tierna y aventurera película.
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“Acompañé a mi papá a Perú, porque lo invitaron a hacer una charla. Le dije: ‘yo te acompaño y me voy a comer la vida’”, sonríe Nicolás Francella detrás de la pantalla del Zoom. Con la misma mirada templada y risueña de su padre, aprovechó el minuto uno para mencionar su estancia en Perú meses atrás. “¡(Perú es) Impresionante! (Comí) hasta que me agarró una pataleta al hígado. Me parecieron muy amorosos (los peruanos), muy dulces y nos atendieron todo el día. Nos llevaron a lugares muy lindos, que no me acuerdo los nombres, pero comí en... desde los lugares más auténticos hasta los más ‘top’ del mundo”.
Desde los 9 años, ‘Nico’ siguió un viaje artístico por diversas películas y series, como “Corazón de León”, donde actuó junto a su padre Guillermo Francella, o “Aliados” de Cris Morena. “Papá en apuros” fue su debut en la televisión, donde hizo compañía a su padre en el elenco, y desde ese momento ha estado en otros espacios actuando a su lado. Pero el nuevo proyecto de “Mi amigo el pingüino” (Brasil y Estados Unidos) es algo diferente: un guion que le apasionó desde el primer momento y la oportunidad de convertirse en un biólogo marino que trabaja en la Patagonia.
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Trailer de “Mi amigo el pingüino”
Relación padre e hijo
Mira la entrevista completa aquí:
Entrevista con Nicolás Francella
Durante la entrevista, Nicolás parecía nervioso al principio, una reacción comprensible considerando que muchas veces en conversaciones públicas las preguntas de los periodistas giran en torno a su padre. En una ocasión, en el programa “La divina noche de Dante”, el entrevistador Dante Gabel no pudo evitar preguntar: “Tu viejo es muy grande, ¿no te da pánico trabajar con él?”.
“Obviamente tengo al mejor consejero en actuación (Guillermo) y me encanta verlo”, dice Nicolás a este diario. Recuerda con nostalgia cómo a los 11 años disfrutaba de los ‘sketchs’ del mundialmente famoso programa de televisión argentino “Poné a Francella”. “Sí, lo veía, me encantaba”, agrega.
“Con mi padre, nos aconsejamos y tenemos muchas críticas constructivas. Nos gusta decirnos las cosas, principalmente, porque nos exigimos en el sentido de… ‘¿te gustó?’. ‘Sí, sí, pero me gustaría verte un poquito por acá… o por allá’. ‘Ya lo vi eso, ¿por qué no cambias?’. ‘Me faltó esto’. Pero siempre diciéndonos las cosas desde un lado muy sano de exigirnos un poquito más, porque conocemos demasiado el trabajo del otro”, explica Nicolás.
Es consciente del camino que debe recorrer por sí mismo, pero nunca evade hablar de su padre. Tampoco refuerza una perspectiva sobre cómo le gustaría que lo conocieran en Perú, ya que admite no ser tan conocido en el país.
“No sé si me pregunto cómo me gustaría que me conozcan. Siempre intento sentirme acompañado y que me guste el proyecto. Estoy seguro que les va a gustar esta película. Tengo ventaja de estar contenido por el elenco y el equipo americano (EE.UU.) y brasilero que quieren contar esta historia. Significa mucho para la inversión privada que sea una película con mucho corazón, porque está basada en una historia real. Entonces, si en el momento en que están viendo ‘Mi amigo el pingüino’ averiguan quién es cada personaje, y encuentran mi nombre y disfrutaron de la película, ya está, me parece suficiente”, añade Nicolás.
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La comedia no siempre es el género de los Francella
Nicolás Francella espera que, con el estreno de su primera película en Hollywood junto a Jean Reno (de “El perfecto asesino”), el público disfrute de un filme basado en la experiencia real de João Pereira de Souza, un pescador que se reencuentra con su amigo Magallanes, un pingüino, en la costa de Brasil. En la ficción, Reno conserva el nombre original del brasilero, pero el tierno animal se llama DinDim.
Los primeros años de carrera de Guillermo Francella sobrevivieron a las comedias televisivas más exitosas, como “Poné a Francella”, pero los pasos de su hijo tienen otra estructura. En 2024, mientras su padre resalta con éxito en “El encargado” de Disney+, Nicolás mide muy bien los pasos en su carrera.
“Mi amigo pingüino”, una película que incluye al ganador del Oscar en fotografía por “Slumdog Millionaire”, Anthony Dod Mantle, es un drama con melodías tenues y contemplativas, tal vez, con algún toque de comedia inocente. De hecho, Nicolás parece seguir la racha de películas de este tipo, incluidos los géneros de crimen y suspenso, como sus últimas apariciones en las cintas “En la mira” (2022) y “Una flor en el barro” (2023). A pesar de las buenas oportunidades, aún tiene espacio para hacer comedia, un género donde casualmente su padre es leyenda.
“No sueles encontrarte con cosas muy bien escritas. Eso es una charla eterna sobre la oportunidad de elegir, es lo que hago yo. A mí me gusta estar contento en una producción y tener un lindo sentimiento sobre lo que un proyecto puede ser. Soy muy perceptivo. En esta película, me sorprendió la participación que tenía la Patagonia en esta historia. A veces también disfruto no analizar tanto y solo confiar. A veces, he luchado por analizar mucho las cosas y dices… Si esta vez, primera, tuve la oportunidad de viajar, conocer, trabajar con un director de fotografía que me encanta, hablar en inglés por primera vez en una película, que sea un proyecto internacional, que sea un estreno afuera como una gran experiencia, y que eso sea una semillita para una puerta de algo en el futuro, entonces por eso acepté estar en esta película”.
En conclusión, los Francella son una familia talentosa. Nicolás, al igual que su padre, cuida la honestidad de su actuación y evita desnaturalizar la representación de los personajes. “Hace mucho que no tenemos un consejo con mi padre, pero siempre es sobre tratar de ‘no actuar’. Cuando uno actúa tiende a sobreactuar un poquitito”, comenta el joven actor.
“No es una búsqueda especial mía hacer géneros fuera de la comedia. Son las oportunidades que llegaron y con las que me sentí cómodo. Capaz si ves mis últimos proyectos he hecho más thriller, drama, suspenso, pero no es algo panificado. Si me llega una comedia o una historia de amor, sí, estoy abierto a todo. Me encantaría hacer comedia, pero bueno… tendría que ver quién la dirige y ver si los compañeros que tengo me dan seguridad. La comedia es muy difícil de hacer”, sentencia cruzando los brazos.