En contextos de crisis e incertidumbre como los que estamos viviendo, muchos nos vemos en la necesidad de cambiar o adaptarnos a nuevas direcciones profesionales, responsabilidades u oportunidades de trabajo. Mantener una mentalidad de crecimiento hará de este proceso algo más sencillo. Recordemos que el aprendizaje es continuo y que nuestras habilidades siempre se pueden desarrollar con el fin de adecuarnos a lo que los cambios conlleven. Sea cual sea el caso, nuestra marca personal es más importante que nunca; y será crítico desarrollarla y fortalecerla. ¿Qué entendemos por marca personal?
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La marca personal consiste en considerarse uno mismo como una marca, que al igual que las marcas comerciales, debe ser definida, comunicada y protegida, con ánimo de diferenciarnos y conseguir mayor éxito en las relaciones sociales y profesionales. No se trata de presumir quienes somos, no es vender lo que haces sino lo que te apasiona y te hace diferente. Nos permitirá ser capaces de comunicar nuestro valor único e irrepetible. La marca personal es como queremos que nos vean, es esa huella indeleble que dejaremos en las personas. Esta incluye nuestra apariencia, reputación, vestimenta, conocimiento, lenguaje verbal y no verbal, nuestra imagen, entre otros. Es la impresión única que nos distingue de los demás y será parte de nuestra presencia ejecutiva.
El desarrollar una marca personal nos traerá diversos beneficios; sobretodo en momentos como los que estamos viviendo. Nos puede ayudar a posicionarnos y conectarnos con oportunidades, audiencias y necesidades de mercado no atendidas.
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¿Cómo podemos construir nuestra marca personal? El construir y fortalecer nuestra marca personal no es un proceso que se logra de la noche a la mañana. Se requiere tiempo y esfuerzo. Les compartimos algunas sugerencias que son importantes en el desarrollo de esta.
1. Definir nuestra marca: Al definir nuestra marca personal hay ciertas preguntas que deberemos responder como parte de un proceso de autoconocimiento e introspección. Será importante realizar un análisis interno y externo de nuestra marca personal.
Desde el punto de vista interno, enfocarnos en qué queremos y cómo queremos que nos perciban. ¿Qué quiero que otros recuerden de mi? ¿Qué nos hace diferentes? ¿Cuáles son las fortalezas que otras personas ven en mí y cuáles necesito desarrollar para lograr mis objetivos? ¿Cuáles son mis habilidades motivantes, las que me apasionan y me dan energía?
Desde el punto de vista externo, prestar atención a las percepciones de las personas que me rodean. Es importante preguntarnos, ¿Cómo me describen mis colegas? ¿Qué han dicho mis jefes o socios de negocio? ¿Qué dicen las redes de mi? ¿Coincide lo que piensan y dicen de mi con lo que quiero que sea mi marca personal? Y si no, deberemos regresar a hacer nuevamente esa introspección y trabajar en comunicarla de manera adecuada.
2. Desarrollar nuestro discurso de marca o “elevator pitch”: En este proceso deberemos concentrarnos en desarrollar un breve pero contundente discurso de nuestra marca. Imaginemos que nos subimos a un elevador con nuestro próximo cliente, empleador o inversionista y sólo tenemos 1 minuto para contar quienes somos y qué nos hace distintos. No será sencillo, pero deberemos estar listos para esta oportunidad única e irrepetible. Nuestro discurso deberá ser breve, intenso, eficaz y con un mensaje clave. Deberá explicar por qué nosotros, nuestro producto o idea es única. ¿Cómo desarrollarlo? ¿Qué decir? Cuatro preguntas claves que deberemos contestar al realizar nuestro discurso:
¿Quién eres? ¿Qué haces? ¿Qué te hace único? ¿Cómo lo haces y a quién afecta?
Es importante demostrar autoconfianza, evitemos frases o palabras trilladas. Hagamos de este discurso una conversación.
3. Comunicar nuestra marca: Una vez que tengamos definido nuestro discurso es momento de comunicarlo. Como cualquier estrategia de marketing y comunicación para productos o marcas, deberemos también contar con una para nuestra marca personal. Deberemos manejar activamente nuestra marca. No queremos que se vuelva el secreto mejor guardado, todo lo contrario. Necesitamos asegurar que las demás personas sepan qué queremos hacer, en qué somos buenos, qué queremos lograr y cómo queremos posicionarnos. Pensemos cómo queremos ser percibidos, definamos y comuniquemos quiénes somos y quiénes no somos, deberemos ser consistentes, y sobretodo definir nuestra audiencia. Todo lo que hagamos y dejemos de hacer comunicará nuestra marca. Desde cómo me presento, cómo me expreso, cómo defino mi presencia ejecutiva, cómo hablo, cómo llevo una reunión, cómo lidero mis equipos entre otras cosas.
4. Proteger nuestra marca: Como cualquier marca, la personal debe ser también cuidada. Será algo de todos los días. Deberemos ser coherentes y consistentes con lo que buscamos transmitir con el fin de posicionarnos como queremos y cuidar nuestra marca a lo largo del tiempo.
Para lograr construir y fortalecer exitosamente nuestra marca personal será clave seguir los pasos antes mencionados y dedicarle el tiempo que sea necesario. Cuando podemos articular nuestros valores y actuar en consecuencia con ellos, entonces nuestra marca personal habrá ganado credibilidad, reputación y confianza, como cualquier marca comercial. Cómo dicen algunos expertos, tenemos que considerarnos como los directores generales de nuestra propia marca y, por lo tanto, nuestro trabajo más importante es ser el jefe de la marca que se llama YO. //
*Raphaela Berckemeyer y Claudia Vallejo son coaches ejecutivas certificadas por la Universidad de Columbia en NY
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