Las fiestas terminaron y oficialmente damos inicio a la temporada de verano. Los días son más largos, Lima 'la gris’ deja de serlo tanto y nos brinda días soleados y calurosos; los fines de semana el tráfico se orienta hacia las playas que están en las afueras de la ciudad; y pasamos, en consecuencia más tiempo al aire libre y con amigos.
Usualmente, asociamos el verano con mejores estados de ánimo y humor, aunque para muchos sucede todo lo contrario. De hecho, existe una relación importante entre el verano y la salud mental y emocional de las personas. El clima siempre se ha considerado como un elemento relevante para la salud, tanto física como mental.
Para la mayoría de las personas, el verano y el aumento en la temperatura representan beneficios en su estado de ánimo. En estas personas, la exposición a luz solar estimula la secreción de melatonina y serotonina, que influyen directamente en el estado de ánimo y hace que se sientan más felices y con más bienestar, lo que los lleva a mantener una vida social más activa. Esto puede tener un impacto estimulante en estas personas, y llevarlas a sentirse más positivas y con más energía.
Sin embargo, para otro grupo de personas el verano y el calor tienen los efectos contrarios. Existen las personas llamadas meteorosensibles, que son aquellas a quienes los cambios de tiempo les afectan con más intensidad tanto a nivel físico como mental. Cerca del 30% de la población tiene esta característica y, cuando llega el verano, el calor puede aumentar su irritabilidad y agresividad.
Igualmente, las personas que tienen algún tipo de trastorno mental, padecen de depresión, ansiedad o mucho estrés pueden estar predispuestas a la exacerbación de sus síntomas con la llegada del verano. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las personas con condiciones médicas (mentales) preexistentes son especialmente vulnerables y las personas que viven en regiones costeras – como nosotros, los limeños – son particularmente sensibles. Además, hay estudios que asocian el calor con una disminución en el rendimiento cognitivo y, por lo tanto, con la reducción de la productividad. Esto se debe a que tanto el aumento en la temperatura como el calor extremo pueden empeorar algunos síntomas como la confusión, el insomnio, la fatiga, la irritabilidad y la agresividad, además de ocasionar dificultad para la concentración.
Seamos parte del primer grupo de personas, o del segundo, hay algunas cosas que podemos hacer para prevenir bajones en los estados de ánimos y para promover nuestro propio bienestar y el de las personas que nos rodean. Algunas de ellas son:
· Mantener una rutina estable: dentro de lo posible, intenta que tu rutina no cambie mucho; mantén las horas de sueño, el horario de trabajo y de actividades recreativas lo más estable posible. Tener una rutina clara nos brinda sensación de control sobre la propia vida y lo que sucede a nuestro alrededor, lo que ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad y a mantener la sensación de bienestar.
· Pasar tiempo al aire libre: si te gusta ir a la piscina, la playa o solo estar al aire libre, aprovecha que el clima lo permite y organiza actividades que te permitan disfrutar de tiempo afuera.
· Practicar hábitos saludables y de cuidado propio: mantén una rutina de sueño y descanso estable, come saludable dentro de lo posible, comparte con familia y personas a las que quieres.
· No te compares con el resto: con el verano y el tiempo en la playa y la piscina, tendemos a compararnos, especialmente nuestro físico, con el de otros. Esto puede llevarnos a tomar medidas extremas (como comer menos, hacer demasiado ejercicio y no disfrutar de actividades que nos gustan) con el propósito de vernos diferente. Esto tiene consecuencias negativas no solo a nivel físico, sino sobre nuestro autoconcepto y autoestima también.
· Prueba un nuevo pasatiempo: con el verano solemos darnos más tiempo libre, por lo que es una buena oportunidad para probar nuevas actividades y hobbies o pasatiempos.
· Pasa tiempo contigo y date momentos en los que puedas reflexionar y meditar: la meditación es una herramienta muy valiosa para controlar impulsos y para manejar la agresividad y la irritabilidad.
· Pide ayuda si la necesitas: el verano, como las demás temporadas del año, es una buena época para empezar un proceso de terapia o para buscar ayuda cuando no podemos lidiar con nuestro estado de ánimo nosotros mismos.
La realidad es que a todos nos funciona algo distinto para mantener nuestro bienestar. Sin embargo, es importante que tengamos en cuenta que el verano es una buena oportunidad para exponernos a probar cosas nuevas y a pasar tiempo valioso con nosotros mismos y con las personas a las que queremos. Intentemos buscar la motivación que necesitamos para impulsarnos a probar cosas y actividades nuevas; y no tengamos miedo de decir 'no’ a planes y personas que no nos aportan nada positivo.