Adaptarse nuevamente a las clases presenciales se ha convertido en un reto para estudiantes y maestros. Desde la comunidad pedagógica, se propone enfrentar las diferentes casuísticas con métodos de enseñanza innovadores que no solo se basen en transmitir conocimientos al escolar, sino también impulsarlos a adquirir estos aprendizajes y emplearlos en su vida cotidiana.
En declaraciones para Corefo, la docente con especialización en Pedagogía de Educación Inicial, Karina Borbor, explica cinco retos que enfrentan los docentes en esta nueva normalidad post pandemia.
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1. Aprendizaje cooperativo. En este método, el trabajo académico individual se cambia por el trabajo interdisciplinario y se integran distintas áreas en los proyectos académicos con la finalidad de tener un enfoque multidisciplinario.
2. Aprendizaje basado en la práctica. Primero es la enseñanza de conocimientos de una materia para luego contribuir al desarrollo de competencias. Esto se puede realizar mediante la creación de nuevos proyectos y la vivencia de experiencias.
3. Educación en valores. Formación de estudiantes conscientes sobre la importancia de la diversidad cultural, social y el cuidado del medio ambiente.
4. Brindar confianza y motivación. En este enfoque, se busca formar estudiantes integrales los cuales se proyecten y tengan metas a futuro.
5. Visión centrada en la innovación. Nos focalizamos en impulsar a los estudiantes a desarrollar habilidades más allá de las materias académicas, en las cuales sean agentes del cambio en su entorno y utilicen sus conocimientos para construir mejoras que supongan un impacto positivo. Asimismo, un desafío persistente son las nuevas tecnologías. “En un mundo altamente digitalizado, es indispensable saber usar las herramientas que brinda la tecnología, ya que sirven como apoyo en el proceso de enseñanza y aprendizaje”, detalla la experta.
Sin embargo, el cambio no solo depende del personal docente, sino también de los gobiernos de todo el mundo para fortalecer el sector educativo.
“La construcción de sistemas educativos sólidos requiere una inversión adecuada y una distribución equitativa de los recursos, así como la eliminación de políticas y prácticas discriminatorias, la adopción de planes para mejorar el derecho a la educación de millones de estudiantes y la provisión de una conexión a Internet asequible y fiable para todos los estudiantes”, precisa Borbor.
Finalmente, la especialista señala que, si se integran nuevos enfoques en la enseñanza y el uso de las nuevas tecnologías por parte de los docentes, se podrá mejorar los puntos débiles que nos dejó la pandemia en el sector educativo, reforzando el proceso de aprendizaje de la comunidad estudiantil a nivel mundial.
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