Conversar con Jorge ‘Coco’ Herrán es una experiencia que nutre. Para comunicarnos con el artista, una persona sorda de nacimiento, necesitamos una intérprete que se coloca justo frente a él y a nuestro lado para transmitir nuestras preguntas y, al mismo tiempo, decirnos todo lo que tiene por contarnos. Coco se expresa a través de la lengua de señas peruana (LSP), y es muy locuaz y expresivo con ella. Es fascinante verlo relatar con sus manos la historia de sus metas de vida: hacer arte, luchar por la accesibilidad para las personas sordas y, finalmente, actuar en un escenario grande y prestigioso. Hoy, esos tres sueños se han hecho realidad, todo a la vez.
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El próximo mes, el Gran Teatro Nacional (GTN) presentará por todo lo alto una obra original, “La sonata de Odiseo”, escrita por el dramaturgo Mateo Chiarella, basada en las distintas experiencias que recogió de miembros de la comunidad sorda pertenecientes a diversos Cebas (Centros de Educación Básica Alternativa) de la capital. Serán funciones especiales, concebidas para el disfrute de personas sordas o con hipoacusia, gracias a herramientas como intérpretes de señas y otras ayudas tecnológicas. Sin embargo, las personas oyentes también podrán disfrutar de la obra de igual manera. Ahí, Coco brillará en el rol protagónico de Odiseo.
Él nos cuenta que empezó haciendo circo en Brasil y luego estudió pedagogía de lengua de señas, para poder desempeñarse como profesor. También nos dice que la piel se le erizó cuando la gente del GTN le alcanzó el guión de “La sonata de Odiseo”. “Sentí como un llamado de Dios. Era demasiada casualidad. La historia del personaje es mi historia, no lo podía creer. Me sentí completamente identificado. Ustedes son oyentes, yo lo sé, pero este personaje representa mi vida. En la historia, es alguien que viene de abajo y que termina presentándose en un teatro hermoso. Es mi vida. Es lo que me está pasando”.
Cuando Coco vino al Perú de aprender artes escénicas en Brasil, quiso hacer lo mismo acá, pero solo encontró barreras. “Eso me enojaba mucho, porque veía cómo en Brasil había tantas oportunidades para personas sordas. Todos aquí me decían que tenía una discapacidad auditiva, pero no veían que simplemente soy una persona sorda”, cuenta, con palpable frustración.
El camino en esta obra no ha sido fácil. Algunos ensayos fueron complicados, lo que lo obligó a esforzarse el doble. Fue con dedicación que supo entender la historia y desarrollar su actuación. “No he ido a la universidad, no porque no quisiera, sino porque no había opciones accesibles para mí. Ahora, estar aquí, con docentes que me enseñan a actuar y bailar, es increíble”.
Su contraparte en la obra es la actriz Patricia Barreto, persona oyente, que también se sintió tocada de alguna forma por el destino con esta obra. “Justo a comienzos de año empecé a estudiar lengua de señas, por una búsqueda personal, sentía que quería compartir el arte con más personas, no solo con el público al que ya conocemos”. Por eso, cuando recibió la invitación hace unos meses para participar en esta obra, pensó que se trataba de una señal del universo.
“La sonata de Odiseo” es el primer proyecto de función didáctica accesible que realiza el Área de Públicos del Gran Teatro Nacional, enfocado en la formación de nuevos espectadores de artes escénicas. “Lo importante de estos espectáculos es involucrar a las comunidades de personas sordas y ciegas para que puedan ser cocreadoras, reconociendo su derecho a disfrutar de espectáculos accesibles”, señala Melissa Giorgio, responsable del Área de Públicos.
En el GTN, el trabajo de funciones accesibles se realiza desde hace tres años, con los conciertos de música con diversas ayudas como audiodescripción para personas ciegas, chalecos vibratorios, pantallas de subtítulos, intérpretes de lengua de señas y más recursos. El éxito fue tal que han llevado el formato a Arequipa y Trujillo, logrando varias distinciones. Para Giorgio el deseo ahora es que asistan tanto personas sordas como oyentes, que se sienta una convivencia, y que se reconozca que todos tenemos los mismos derechos de acceder y participar en la cultura. //
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