Para "Varado" Norma Martínez ha creado un personaje que le habla a la gente más allá de la pandemia, que invita a mirarse al espejo y –parafraseando a Luis Eduardo Aute– “quitarse el vestido, las flores y las trampas” para enfrentarnos a aquello de lo que tratamos de huir: nosotros mismos. (Foto: Elías Alfageme)
Para "Varado" Norma Martínez ha creado un personaje que le habla a la gente más allá de la pandemia, que invita a mirarse al espejo y –parafraseando a Luis Eduardo Aute– “quitarse el vestido, las flores y las trampas” para enfrentarnos a aquello de lo que tratamos de huir: nosotros mismos. (Foto: Elías Alfageme)

“Meses antes de que llegara la pandemia yo ya estaba varado”. El personaje que lanza esta potente afirmación tiene un tono irónico que no esconde cinismo, sino resignación; su historia llega a nosotros a través de una pantalla en blanco y negro; y su monólogo, que gira alrededor del estancamiento del alma, adquiere un poder aún mayor cuando suena en la voz de .

Varado, el personaje, tiene su origen en el marco de la pandemia, en la pluma de Salvador del Solar, y respira vida gracias a la creatividad de Norma Martínez. La historia, presentada inicialmente como un cortometraje de tres minutos que puede encontrar en YouTube, y convertida en obra de teatro en el Festival de Artes Escénicas (FAE), en su edición virtual 2021.

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Varado es hijo de su tiempo. Un tiempo en el que el confinamiento obligatorio nos ha enfrentado a la idea de normalidad y ha cuestionado aquello que llamamos cotidianidad.

¿La segunda ola de la pandemia afectó de alguna forma a Varado de cara a esta segunda versión?

Varado fue un personaje que nació casi espontáneamente en un intercambio de mensajes con Salvador. Al principio ni siquiera pensaba publicar el corto que grabé, pero cuando decidimos hacerlo vimos que tuvo un impacto, y luego decidió crecer. Lo que descubrimos en este crecimiento de Varado es que es un personaje que tiene más cosas que decir. No solo quiere hablar del estancamiento, sino también del despertar, tiene ganas de decirle a la gente que, dentro del limbo, de la parálisis, uno tiene que salir. Pero la salida no es hacia afuera, sino hacia adentro.

El reconocerse varado desde antes de la pandemia es complejo. ¿A qué recurriste para la creación de este personaje?

La pandemia ha sido como un baldazo de agua fría que nos paralizó de pronto. A mí también me confrontó y me sigue confrontando ¿Qué somos si nos despojamos de todo lo que hacemos, lo que disfrutamos, lo que consideramos valioso? Seguro nos hemos hecho estas y otras preguntas antes de la pandemia, pero ahora sí teníamos tiempo para pensar en ellas y las circunstancias nos empujan a pensarlas. Es cierto que yo, porque yo me dedico al arte, porque soy actriz, quizás estoy un poquito más habituada a enfrentarme conmigo misma, con mis demonios y con mi espejo, pero igual ha sido durísimo.

¿Esta segunda ola te ha afectado desde tu lugar de creación?

Creo que al fin de la primera ola muchos pensamos “ya estamos cerca de la meta”, pero no fue así. Es como el poema de Blanca Varela, “Curriculum vitae”, cuando dice “digamos que ganaste la carrera / y que el premio / era otra carrera”. Nunca pensé que íbamos a volver a la normalidad ni deseé volver a la normalidad porque no me parecía normal esa normalidad. Pero ahora siento como que hay que ejercitar otro nivel de aceptación y de adaptación.

¿Las últimas crisis políticas afectaron a Varado de alguna forma?

Definitivamente, todo lo que pasó las últimas semanas influyó en él. Y también en mí como peruana, como directora, como actriz. Entonces, eso va a estar de todas maneras impreso en la interpretación y seguramente también en cómo la gente recibirá el mensaje.

Para interpretar a Varado te caracterizas como un hombre...

Sí, cuando lo empecé a imaginar pensé en un veterano de guerra. Francamente es un proceso que no pasó mucho por la reflexión, y que fue dominado por el impulso y la intuición. Y salió hombre. Un día agarré la casaca, las gafas, el bigote, puse la cámara y lo hice.

Me causa curiosidad que, al interpretarlo tú misma, no hayas elegido que sea mujer.

Creo que tiene que ver con que el nacimiento fue espontáneo y me sonó a que era un hombre y no me lo cuestioné. Pero ahora que me lo planteas, me atrevo a intuir que puede tener que ver con que las mujeres nos hemos repensado mucho más, nos hemos observado y hemos reflexionado sobre nuestra condición mucho más que los hombres.

Pensé también que tal vez tiene que ver con que imaginamos siempre que el sujeto universal tiene que ser un hombre. Un hombre con determinadas características.

Para mí hoy el mensaje trasciende el hecho de que él sea un hombre, pero me parece interesante pensar que ese hombre universal, blanco, heterosexual, etcétera, también se siente varado. También él está perdido y necesita una señal, un aviso.

Grabación de "Varado". Con Pato Fuster en la cámara y Amador del Solar (hermano de Salvador), en el sonido. Fiorella Penano (de espaldas, sentada adelante) fue la asistenta de dirección. (Archivo de Animalien)
Grabación de "Varado". Con Pato Fuster en la cámara y Amador del Solar (hermano de Salvador), en el sonido. Fiorella Penano (de espaldas, sentada adelante) fue la asistenta de dirección. (Archivo de Animalien)

Esta confrontación emocional fuerte que supuso el trabajar con Varado va acorde con tu apuesta particular por profundizar en ese campo...

Creo que está esto quizás ha ayudado a profundizar en un camino que yo ya venía desarrollando que tiene que ver con cómo entiendo ahora el hecho artístico y que puedes ir cada vez más adentro. Creo que un artista es siempre un canal que trabaja la energía de forma cada vez más cercana. Es como un chamán y un artesano a la vez. Y sí estoy un poco en ese camino. Sea como directora o como actriz, lo que realmente me interesa es tocar al público, sorprenderlo. La sorpresa es algo que me guía mucho mi trabajo. La sorpresa de su propia emoción, de su carcajada, o de su tristeza, de su sensibilidad sin que la vea venir. Yo creo esto que hacemos es un trabajo de servicio.

Hacer teatro en pandemia

Como actriz, directora y productora, no apostaste por el streamig en esta pandemia. sé que hay una discusión sobre si estos trabajos son o no son teatro...

Mira, yo creo que hemos tenido la suerte de ver aparecer una nueva forma que estaba dormida ahí. Si es teatro o no es teatro me parece una conversación que recién vamos a tener todavía cuando esto pase. Ahorita estamos ahí y no podemos verlo. Sí me parece sorprendente que no hayamos visto esta posibilidad antes. Son los más jóvenes los que se han apropiado de esos medios y están creando ahí, y me parece super, super valioso. Pero otra cosa es el contacto directo con el público. Estopara mí es como tener una relación virtual donde intimar virtualmente, pero sabemos que frente a frente es otra cosa.

Norma Martínez y Salvador del Solar durante el rodaje de "Bala perdida" (2001), película dirigida por Aldo Salvini. (Foto: Archivo personal)
Norma Martínez y Salvador del Solar durante el rodaje de "Bala perdida" (2001), película dirigida por Aldo Salvini. (Foto: Archivo personal)

¿Por qué Animalien (la productora que fundó junto a Fiorella Pennano) no se lanzó al streaming?

Bueno, nosotros hicimos como Animalien un proyecto llamado La central de misterios cotidianos. Era telefónico, prescindía por completo de las pantallas e importamos un formato o canadiense. Tuvimos una gran primera experiencia. Primero, porque el ser sólo auditivo despertaba mucho la imaginación. Segundo, porque como autores estuvimos obligados a escribir e inventar nuestros casos. Y, en tercer lugar, hacíamos personajes solamente con la voz. Hacíamos muchos personajes y hacíamos los efectos en nuestras casas. Quedamos sumamente satisfechas con esa primera experiencia y la gente que participó también lo pasó genial. La evolución de Animalien va hacia el audiovisual, pero sin que eso signifique dejar el teatro. No entramos todavía a teatro por Zoom porque no sabíamos muy bien cómo, y no teníamos la desesperación de estar o de hacer. No quería perderme esta oportunidad de como a bajar las revoluciones.

¿Lista para volver con todos los protocolos que el gobierno mande? ¿Cómo crees que encontrará las cosas el teatro cuando volvamos a la vida?

Esperamos poder retomar la apuesta de Solo cosas geniales en un espacio abierto pronto. Por lo demás, no creo que cuando se abran los teatros la gente se vaya a lanzar a ellos. Creo que la recuperación va a ser lenta y creo que se va a tener que elegir muy bien el tipo de obra que se pueda hacer, tanto a nivel de elenco como a nivel de inversión, a nivel de presupuestos. Creo que las experiencias van a ser más reducidas quizás por un buen tiempo, que se apostará por los monólogos, por las obras de dos personajes, de tres personajes.

Pero, como dices, lo virtual no va a desaparecer. El FAE virtual es prueba de eso.

Sí, claro. Y estoy a la expectativa también de ver los otros proyectos, de ver qué ha seleccionado el FAE para mostrar. Yo no he estado pendiente de todo lo que se ha hecho virtualmente durante el año pasado, entonces creo que va a ser una buena oportunidad de ver una selección de espectáculos tanto de aquí como del extranjero, y será una nueva forma de consumir arte y teatro y ver que ocurre.

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