Aunque efectivamente se puede recurrir a los medicamentos para tratar el síndrome del colon irritable, no todos los que padecen esta afección los necesitan.
Para controlar los síntomas de esta trastorno, algunas personas, especialmente quienes tienen síntomas leves, tan solo tienen que hacer ajustes en el estilo de vida, como modificar la alimentación, controlar el estrés y hacer ejercicio con regularidad. Sin embargo, en el caso de que los síntomas sean entre moderados y severos, tal vez sea necesario combinar estos ajustes en el estilo de vida con medicamentos para controlar el síndrome del colon irritable.
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El síndrome del colon irritable afecta al intestino grueso y, a veces, también al intestino delgado. Las paredes de los intestinos están revestidas de capas musculares que se contraen y relajan a ritmo coordinado, a medida que transportan los alimentos a través del tracto digestivo.
En este síndrome, esas contracciones pueden ser más fuertes o más notorias de lo normal. Por ello, la persona puede sentir calambres abdominales y dolor mientras pasan los alimentos, los gases o las heces por el intestino. El síndrome del colon irritable también se relaciona con irregularidad intestinal, como diarrea y estreñimiento. Otros síntomas pueden ser de gases y distensión abdominal.
En las personas diagnosticadas es importante tener presente que ciertos tejidos abdominales no están relacionados con este trastorno y pueden señalar otro problema escondido.
Los siguientes síntomas, en particular, requieren atención médica de inmediato: sangre en las heces, pérdida de peso inexplicable o rápida, dolor abdominal incesante o severo, vómito inexplicable, mucho dolor o dificultad para tragar y una masa o bulto en el abdomen.
El síndrome del colon irritable es una afección crónica, cuyos síntomas tienden a aparecer y desaparecer con el tiempo. No existe cura, pero generalmente la alimentación, el estilo de vida y el control del estrés pueden aliviar los síntomas.
Más del 60 % de las personas con síndrome del colon irritable dicen que existe algún tipo de conexión entre los síntomas y la alimentación. No obstante, debido a que los síntomas varían considerablemente entre una y otra persona, es difícil dar recomendaciones alimentarias específicas que funcionen con todos los que padecen este trastorno.
De manera general, comer alimentos con alto contenido de fibra y beber mucha cantidad de líquido es provechoso para muchas personas con esta condición.
Hay que evitar los alimentos y las bebidas que contribuyen a la producción de gases y a la distensión abdominal, tales como las bebidas carbonatadas y alcohólicas, la cafeína, la fruta cruda y algunas verduras como la col, el brócoli y la coliflor. Además, reducir o eliminar el gluten, por su parte, pueden aliviar la diarrea relacionada con el síndrome del colon irritable.
Los estudios muestran que ciertos carbohidratos fermentables, conocidos como oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles (FODMAP, por sus siglas en inglés), pueden llevar a que las personas con síndrome del colon irritable sientan dolor en el abdomen, distensión abdominal y gases. Estos carbohidratos se encuentran en ciertas frutas y verduras, en el trigo, en el centeno, en las leguminosas, en los alimentos con lactosa, como la leche, el queso y el yogur, así como en los edulcorantes artificiales.
Alimentarse con muy poca cantidad de estos compuestos puede aliviar los síntomas del síndrome del colon irritable, pero debido a que varios alimentos los contienen, para muchos pacientes puede resultar difícil elaborar por sí solos un plan alimentario. Por lo tanto, valdría la pena buscar un especialista en dietética que conozca sobre esta condición. Ese dietista puede revisar los síntomas y las necesidades alimentarias del paciente, hablar sobre los cambios recomendables en la alimentación y elaborar un plan alimentario personalizado que alivie los síntomas.
El estrés también puede afectar al síndrome del colon irritable, pues existe una relación entre períodos de mucho estrés y más síntomas de la afección. Aplicar las técnicas para reducción del estrés y participar en aquellas actividades destinadas a aliviarlo, como el yoga y la meditación, puede disminuir esos períodos de recrudecimiento relacionados con el estrés. De igual manera, buscar un terapeuta o un consejero con experiencia en atención plena, control del estrés y modificación del comportamiento también puede ayudar a manejar mejor el estrés y aliviar los síntomas de quienes sufren del síndrome del colon irritable.
Además, a las personas que sufren esta afección se les recomienda hacer ejercicio con regularidad, porque la actividad física diaria alivia el estrés, estimula las contracciones normales del intestino y promueve el bienestar en general.
Si los ajustes en el estilo de vida no bastaran para evitar que el síndrome del colon irritable perturbe la vida diaria, entonces consulte al médico acerca de otras alternativas, pues existen varios medicamentos de venta libre o bajo prescripción para el tratamiento del síndrome del colon irritable.
Fuente: Clínica Mayo
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