O morir en el intento
Digo que cómo llegó esa pelota mal despejada por los aliancistas justo a la pierna derecha de Piero Alva y este empalmase de manera casi perfecta de bolea, algo que casi nadie esperaba del ‘Zorro’, quien a través de su carrera ha tenido otro tipo de virtudes, no la prolijidad.
Y estaría resignado a reconocer de una vez a Universitario como campeón del 2009 si al menos hubiesen tenido un par de jugadas más parecidas a lo que terminó dentro del arco de Salomón Libman en una acción aislada. Pero no. Entiendo que en la euforia los rivales den por sentado que ya son campeones, pero incluso, a los que son amigos míos entrañables y casi hermanos, les he dicho que no canten victoria antes de tiempo.
Alianza Lima no hizo su trabajo de manera correcta en los primeros minutos y se dejó encimar con el juego que la ‘U’ proponía por el sector derecho a través de Alva y su lucha contra Fleitas. Los cremas escondieron la pelota y eso es lo que menos le gustó al equipo de Costas, al que le costó recuperarla y más si es que su mejor hombre en esa labor -Juan Jayo- estaba con descanso médico.
Casi cuando Alianza ya estaba asentándose en el campo y recuperando el terreno perdido vino el gol de Piero tras un desafortunado rebote, de esos que suceden cada cien años al entrellarse la pelota en la cara de Solís y desacomodar a la zaga que había dado ya el primer paso para salir.
Ese golpe anímico fue difícil de asimilar para los aliancistas que durante algunos minutos más estuvieron imprecisos en el toque.
Creí en el orden de Universitario durante el primer tiempo y pensé que no habría acceso a ese terreno en el que gobernaba Carlos Galván y al que Johnnier Montaño no podía ingresar porque era trabado a varios metros de ahí.
Pero la segunda mitad me demostró que Alianza y Universitario son fuerzas distintas, pero muy parejas y que el sistema defensivo crema también podía ser vulnerado de varias maneras. Los íntimos provocaron cerca de una decena de sofocones que hasta ahora muchos cremas agradecen al cielo por tener a un Raúl Fernández inspirado y magistral. Un cabezazo de Quinteros, dos achiques a Aldo Corzo, un remate violento de Montaño, dos sumergidas de Gonzales Vigil y la última de Óscar Vílchez son una demostración que la pelota rondó con peligro ese arco y que en la mitad de veces estuvo el golero 10 puntos y en otras simplemente los grones fallaron en la estocada final.
La derrota merece el análisis de todos ustedes, pero el partido del domingo se puede presentar distinto desde algunas características que podría tener ese choque y que empiezan por las dimensiones del estadio Monumental, que son propicias para que los íntimos desarrollen un juego rápido, y si Universitario pretendiera arroparse atrás les costará hacerlo más que en Matute, reitero, por la mayor cantidad de espacio.
Y si la superioridad crema no admitiera discusiones, este post sería el primero en no invitar al optimismo de que se pueda forzar un tercer partido en este play off: ¿Es imposible hacerle un gol a la ‘U’? ¿Es devastador el ataque de los cremas? ¿Son dueños de una inventiva a prueba de balas? Y es que a pesar de y con todos los defectos que posee este equipo aliancista como la falta de un definidor y una zona defensiva que se suele equivocar cuando menos se imagina uno, creo que la posibilidad está al alcance de los grones a pesar de que el camino esté cuesta arriba. Raúl Fernández tendrá que repetir una faena tan memorable como la de Matute y si eso es así, entonces Alianza tendrá que conformarse con el vicecampeonato. Antes no.