Un pisco sour en Quito
Quito, la capital de nuestro vecino país Ecuador, es una bella ciudad. Llena de colinas, con bosques y áreas verdes, rodeada de una cadena de montañas y volcanes, algunos de ellos coronados de blanca nieve que felizmente duermen.
Entre los atractivos de Quito está el cultivo de rosas de exportación. No he visto rosas más bellas, inmensas, de largo tallo y colores distintos. Todos los ambientes del Swissotel Quito, incluidas las cómodas habitaciones tienen sendos arreglos que resultan un placer casi hipnótico observar.
Otro aspecto que me ha dejado gratamente impresionada es la gastronomía peruana que viene marcando y de seguro influenciando el gusto de los quiteños y turistas que visitan la ciudad.
Conversé con don Marco Vinueza (43 años), Jefe de Barra del hotel, quien trabaja allí desde hace 22 años. Nos contó que cada día crece más el gusto por el pisco sour. En sus palabras “se acopla muy bien con la comida fusión peruana que ofrece La Locanda aunque el bar también ofrece “picadas” (piqueos) entre ellos los anticuchos de corazón, res, corvina y pulpo”.
Otro atractivo del hotel es que organizan con frecuencia festivales peruanos donde reina el pisco sour y viene ingresando con paso firme el chilcano. No existen muchas marcas de pisco por razones comerciales ligadas íntimamente a las leyes ecuatorianas pero se espera que ingresen más bodegas.
Probé el pisco sour que preparó don Marco quien utiliza la receta del 3-1-1. ¡Qué rico estaba! Parecía que no había salido de Lima y es que junto con el pisco, el limón también llega de Perú. El prefiere prepararlo en licuadora pues la altura complica la formación de una buena espuma si lo hace en coctelera.
Se siente bien y alegra el espíritu, escuchar palabras de admiración y gusto por nuestra gastronomía que viene derribando fronteras y uniendo a los pueblos. ¡Salud!.