¿Sueñas con emprender?
Publicado en el diario El Comercio ( Perú), el 30/09/2018
Siempre me preguntan si hay un perfil definido que permite predefinir si uno será un empresario exitoso o no. Ya he escrito al respecto, – en promedio el 17% de los ejecutivos se recolocan en sus negocios propios – pero nunca está demás repasar 4 temas vitales a tener en cuenta si uno piensa emprender.
Tener muy buena salud. Quien emprende va a trabajar intensamente muchas horas cada día, sin “respetar” los fines de semana, noches o incluso madrugadas. Trabajar para uno mismo no tiene horario y rara vez vacaciones. Hay que cuidar el negocio, hacerlo crecer, traer clientes, salir a vender, desarrollar los procesos y estar muy atentos a las disrupciones tecnológicas que puedan afectar al sector en el que operamos. Tantas cosas no dejan tiempo muchas veces ni para dormir lo suficiente, hacer ejercicio o incluso, comer sano. Y eso, sin mencionar el stress de los números que no llegan, los inversionistas o bancos que esperan resultados rápidos etc.
Tener mucha estabilidad emocional. Tenerla es fundamental para aguantar el ritmo y sobrevivir a la presión, para no desequilibrarse o sucumbir al estrés: será una montaña rusa de emociones cada día. Buenos momentos donde todo marcha sobre ruedas y el mundo es nuestro, y otros donde las cosas no se dan, se demoran, se empantanan. Hay que tener mucho carácter, nervios de acero y el espíritu bien templado para vivir en esa tensión permanente. Y madurez para no desmayar: eso hace la diferencia entre seguir perseverando o fracasar antes de incluso partir.
Ser muy seguro de uno mismo. Para emprender y vivir resolviendo dificultades y problemas hay que confiar mucho en uno mismo. Muchas veces no hay nadie más con quien contar. El emprendedor planifica, controla, dirige y manda en todo, solo. No tiene jefe, pares ni muchas veces colaboradores a quien culpar por sus decisiones o errores. Pasa mucho tiempo a solas y tiene que hacer todo por sí mismo, grande o chico, importante o no, pero necesario. Todo eso requiere de un ego adaptable y mucha lucidez para no perder el norte. Eso es particularmente retador si el emprendedor viene de ambientes corporativos donde muchas cosas ya están hechas o hay equipos siempre disponibles para ayudar. Como emprendedor habrá muy poco o ningún reconocimiento y muy bajo nivel de estatus – al principio uno es portero y barrendero de su propio negocio. Eso a muchos les afecta la autoestima, la identidad y a veces, hasta la dignidad. El reto es mantener el foco en la meta y la fe en nuestros sueños.
Ser confiable y correcto. Desarrollar y mantener excelentes relaciones de confianza con personas de todo nivel es vital para el éxito del negocio. Actuar siempre con sencillez, calidez y autenticidad – y total ética – es crítico para merecer la confianza de proveedores, clientes, socios potenciales, inversionistas, colaboradores, autoridades.
Hay muchas más, pero estas 4 características son no negociables. ¡Suerte para aquellos que deciden emprender!