El Estado y los números
Cuando se habla de infraestructura pública, se presta mucha atención a los niveles de eficiencia de dicha inversión, es decir: que el gasto corresponda al beneficio esperado… Pero cuantificar el beneficio utilizando solo los números es una tarea imposible. Nadie niega su importancia, dado que el Estado debe ser sumamente cuidadoso a la hora de invertir el dinero de todos; al final de cuentas, un edificio cuesta lo que vale el terreno más su construcción, pero el valor que aporta a la sociedad puede sobrepasar ampliamente la estimación costo-beneficio inicial.
Un edificio público no debería buscar una rentabilidad, sino un beneficio social y humano a largo plazo, que solo puede ser respondido mediante una arquitectura apropiada.
Poco se habla de la calidad de obra desde un punto de vista humano y el valor agregado que puede aportar mediante adecuadas decisiones de diseño durante el desarrollo de su arquitectura. Las construcciones tienen la capacidad de generar cambios positivos en la sociedad, no por su función y economía, sino por su diseño.
El buen diseño de un edificio multiplica el valor de su inversión al brindar a sus usuarios mayores incentivos a usarlo; además, el mantenerlo en el tiempo mejora el entorno urbano, crea sentido de ciudadanía y construye el paisaje de nuestras ciudades y memoria colectiva. El edificio puede conectar el lugar y su público, el espacio y la ciudad, la experiencia y el programa.
Una buena solución arquitectónica siempre va a ser una mejor inversión. Entonces, las preguntas que saltan a la vista inmediatamente son: ¿Por qué el Estado no está buscando las mejores propuestas para sus edificios? ¿Cómo obtener, entonces, el mejor diseño para una edificación?
Los Concursos de Arquitectura
Los concursos de arquitectura son una práctica común en muchos países para encontrar la mejor propuesta de construcción. Es una práctica democrática que ha permitido que existan importantes edificios, diseñados incluso por jóvenes y visionarios arquitectos, tales como: El Centro Pompidou, La Opera de Sídney, El Terminal de Yokohama, y un largo etcétera, que con su arquitectura han incrementado el valor de su entorno y la experiencia de los usuarios.
Dentro de la región, se encuentra el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, convocadas a concurso arquitectónico, teniendo gran impacto en la recuperación de zonas urbanas afectadas por la violencia. Localmente, encontramos, el Museo Nacional de Arqueología (MUNA) en Pachacámac, a la espera de ser inaugurado, cual construcción hubiera sido inimaginable sin un concurso de arquitectura.
Dentro del sector privado se convocan, aunque con poca frecuencia, concursos de arquitectura para encontrar a la propuesta idónea a sus intereses.
El Estado, con mayor capacidad de convocatoria, constantemente requiere construir infraestructura de diverso tipo, como: centros educativos, centros de salud, comisarías, instituciones públicas, administrativas, culturales, militares, etc. En amplias palabras, instalaciones que sirvan al bienestar y desarrollo de la población, que actualmente solo se consideran como un número dentro de un presupuesto de inversión pública.
VIDEO:
Aprobación de Concursos de Proyectos Arquitectónicos para Obras Públicas – Perú
Teniendo en cuenta lo mencionado, es hora de permitir que las mejores ideas sean construidas. Evitemos perder de vista, que, al diseñar y construir, buscamos no solo edificaciones de fácil uso, sino que, además, se buscan oportunidades para proponer un mundo mejor, mejorando a su vez, la calidad de vida de las personas…Tratándose de eso la Arquitectura.
Pier Baracco
Estudio: CNTRL Arquitectura