Armagedon - Nunca Digas Nunca - Vigga - 2011
La característica de casi todo el metal clásico peruano es el casi no haber dejado huellas fonográficas de su existencia. Salvando el tempranísmo disco de Tarkus y los consabidos demos de los 80, no hay nada oficialmente registrado hasta los discos de Hadez y Mortem ya en los 90. La situación era diferente en el Perú de entonces, el desastre de 10 años de populismo que llegaron al paroxismo entre 1988 y el 90, la guerra interna y la pobreza masificada de entonces deben haber impedido que las bandas de metal grabasen. (tengo mis didas sobre esta explicación que ya ahondaré algún día). Así que en varios casos hemos tenido que esperar muchos años (en algunos casos seguimos esperando) para poder oír algo oficial de las viejas “glorias” en condiciones decentes. Así, llega a nuestras manos el primer disco de Armagedon, sin contar su lanzamiento en vivo del 2001. Estamos ante un muy correcto trabajo de heavy metal clásico. De hecho estamos ante temas que hemos oído en vivo durante varios años, algunos desde inicios de la década del 90, como Nacido del Pecado y Déjame Soñar, otros ya a fines de esa década. Sus antecedentes son por eso el heavy metal que se hacía en los 80 y que en nuestro país no fue tan prolífico en bandas, como sí lo fue en la Argentina, por ejemplo. Armagedón es en este estilo nuestro crédito más grande y por fin goza de un producción a su altura.
El disco abre con Volar Alto, tema sólido con guitarras muy épicas que recuerdan a Armored Saint, algo que la batería refuerza. Es una excelente elección para abrir el disco. La voz del inefable Lobo luce muy bien en este contundente tema. Lograr la luz sigue en una tonica semejante aunque es posible hallar huellas más hardrockeras. Es una canción melódica muy agradable. Sobre la Brecha es incluso más melódica y me recuerda los tiempos del glam hard rock de los 80, pero las guitarras y la voz rompen un tanto esa imagen por su aproximación fuerte. Armagedon Ahora es uno de sus himnos metálicos que todos cantábamos en los conciertos en la década pasada. Energética y vibrante, es un llamado headbanger para suscitar el apoyo a la banda en los conciertos. Lágrimas de Honor es una pieza instrumenal que comienza con un medio tiempo, de esos que no pueden faltar en un disco de heavy metal que se respete, que desemboca en unos cambios y evoluciones muy interesantes y que elevan bastante el promedio del disco. La intención agresiva aún así no se pierde para nada pues cada pocas notas las guitarras vuelven a marcar el paso. En su último tercio la pieza agarra velocidad y se vuelve casi speed metal. Antes del Fin representa influencias más duras de las oídas hasta este momento, me parece rastrear algo de la huella de Metallica, pero sin salir del heavy metal. ¿Es Más Fácil Huir? es una canción vinculada con líneas más melódicas. cercana al hard rock. No es tan rápida como las anteriores. La canción que da título al disco, Nunca Digas Nunca, es una de las mejores, el nombre no es muy bueno, pero el ritmo es trepidante y me suena mucho a Virgin Steel o a Attacker, puro heavy metal ochentero. ¡Cuánto cantamos este tema en los conciertos de los 90! Recuerdo mucho una noche en un Condorock, en la que casi todas las bandas eran de metal, salvo Leuzemia y G3, y a Lobo cantándola y todo el mundo amontonado adelante, éramos como 2 mil. ¿dónde están ahora? Déjame Soñar debe ser el clásico de todos los tiempos de Armagedon, al menos es el tema que más recuerdo yo y me aprendí la letra solo yendo a los conciertos. Carezco de la objetividad para juzgarla pues se cruza con recuerdos de viejos tiempos que no volverán. Pero creo que la energía del tema ejemplifica mucho de lo que el metal es en el Perú. Si el tema anterior es el clásico de todos los tiempos de Armagedón, esta es el número 2 indudablemente. Tiene además el solo de guitarra heavy más conocido de nuestra historia.
El disco me ha gustado mucho, testimonio de una época y que técnicamente está muy bien. La producción se ha lucido dándole prestancia y calidad a un trabajo que viene de atrás sin traicionar su espíritu clásico.
El único reparo que le haría es que el disco llega década y media tarde. Si este disco se hubiese editado en 1995, hoy sería una obra maestra. Editado ahora se coniverte en un testimonio de lo que pudo ser, tributo nostálgico valioso, pero no sé qué capacidad tenga para influir en otras bandas. Bueno, esa es una consideración un tanto subjetiva, si me atengo solo al disco logrado debo decir que estamos ante un trabajo destacable y que es justo apoyar y promover.
Alineación:
Lobo: Voz
Martín Guizado Gaspar: Guitarra
Eduardo Chinchay Lara: Guitarra
Edward Espinoza Sosa: Bajo
Renato Bar: Batería
Productor: Victor Guizado Gaspar
Sello: Viggo