El lado pintoresco de la Gran Parada Militar
En este 189 aniversario de nuestra independencia, la Gran Parada Militar se llevará a cabo a lo largo de las cuarenta cuadras de la avenida Brasil, donde el sentimiento patriótico y el ingenio peruano serán los invitados de honor. Como todos los años, los militares marcharán al ritmo de la banda musical para arrancar aplausos y gritos a su público fiel, que desde el amanecer pugnará por encontrar la mejor ubicación.
Desde el siglo XIX hasta 1937, el desfile militar por Fiestas Patrias se realizaba el 28 de julio en la Plaza Mayor de Lima. Al llegar el centenario de la independencia del Perú se trasladó a la Plaza Bolívar en el Congreso de la República. Con el paso de los años el escenario para su realización cambió irregularmente entre el Campo de Marte y la emblemática avenida Brasil.
Inclusive en 1984, con ocasión del sesquicentenario del nacimiento de Miguel Grau, la avenida que lleva su nombre fue el lugar escogido para llevar a cabo la parada militar. En 1986, el desplazamiento de las fuerzas armadas fue trasladado a la Plaza de Armas como una medida de seguridad por los continuos atentados terroristas.
A través de estas postales queremos recordar aquellos momentos particulares, las incidencias, lo que no se ve en las transmisiones de televisión, pero que el lente travieso de los reporteros gráficos de este diario lograron capturar.
En camiones. La gran parada militar despierta la pasión de los peruanos por admirar el poderío bélico de las fuerzas armadas. Presenciar este espectáculo es una tradición que mueve a miles de personas que, en este caso, utilizan un par de camiones como tribunas sin importar que estuvieran repletos de gente.
El “hijo” del presidente. Desde muy corta edad, los padres incentivan el amor a la patria a sus pequeños.En 1971, al mismo estilo del hijo menor del presidente Alan García, Federico Danton, esta cámara captó a este inquieto niño muy cerca a la pista de desfile.
Cobertura periodística. En la década del 60 este intrépido camarógrafo de Panamericana Televisión demostraba su valentía al subirse sobre este soporte para obtener la mejor toma del evento.
Alquilando los altos. Alquilar los techos y las ventanas era un buen negocio para los suertudos vecinos que tenían sus casas cerca al escenario del desfile, que ese día era invadido por cientos de limeños.
Ingenio criollo. Los peruanos siempre aprovechamos la oportunidad de negocio. Con unos pedazos de madera y un pequeño espejo, los vendedores ambulantes han creado un periscopio artesanal, que asegura una mejor visión del desfile en especial si no eres alto. El alquiler de sillas, la venta de comida y souvenirs forman parte del paisaje de fiestas patrias.
No eran los tanques chinos. Estas pequeñas no imaginaron que estos descomunales tanques del ejército les provocarían tanto miedo y eso que no eran los tanques chinos del desfile pasado que causaron más molestia.
Para verte mejor. Cada año unas 30 mil personas abarrotan las calles aledañas al estrado principal. Con tal de encontrar la mejor vista, estos intrépidos limeños, no tuvieron mejor idea que subirse a un árbol, allá desde lo alto era imposible perderse cualquier detalle.
(María Fernández Arribasplata)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio