El efecto mariposa

Fue Ray Bradbury en “El ruido de un trueno” quien nos introdujo al llamado “Efecto Mariposa”. Un solo hecho, por más nimio que sea, puede modificar la estructura del universo. El aleteo de una mariposa, por ejemplo.

Quizás los hechos están concatenados unos a otros y rige la unidad de los elementos, lo que llamamos “cosmos”, a contrapelo del caos. El profesor X recomienda considerar este encadenamiento de hechos en la trama de nuestra nueva novela.

Desde la ucronía puedo asumir que un solo instante en el pasado es suficiente para cambiar el destino de un hombre en todas sus complejidades y dimensiones. Desde el matrimonio a la muerte, todo se define por cada decisión o elección que tomamos.

Ejemplo al canto. Un hombre se aburre y entre darse una vuelta o quedarse en casa elige lo primero. Luego elige un parque entre varios y dentro del parque una banca entre diez. No repara que precisamente allí (en esa banca elegida) un niño ha dejado los restos de un chocolate solo dos minutos antes. Se ensucia. Al notarlo corre a casa y sale a buscar quien le limpie la prenda. Elige una lavandería del distrito entre las cinco existentes. En aquella  lavandería conoce a su futura esposa, hablan, ríen, se conectan en un instante, decide invitarla a salir. Se conocen, se casan, tienen un hijo y el hijo llega a ser Presidente de la República. Enloquece en el poder y asesina a dos millones de personas. Es decir, dos millones de personas son muertas porque otro hombre, 50 años atrás, eligió darse una vuelta antes que quedarse en casa y porque eligió darla en determinado lugar y no en otro. y así…Quince minutos nimios que definieron el destino de millones de vidas en el futuro.

De no haberse dado una vuelta hubiera conocido a otra mujer otro día cualquiera o a nadie quizás. Ese es el juego de la cadena de circunstancias y decisiones que construyen, en conjunto, aquello que llamamos “destino”.

Nadie puede prever las consecuencias de sus actos (ni de los más intrascendentes) ni controlar las fuerzas del futuro, que solo se generan a partir de los actos individuales en una situación de espontaneidad,  falta de manejo y de conocimiento del azar.

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