Hora de cuidar la paz
La clave para solucionar los problemas urgentes de la ‘U’ se resumía en una sola palabra: ceder. Eso explica los rostros adustos de Pacheco, Álvarez y Guinea al final de la reunión del último viernes: mucho de lo que cedieron no les gustó. Sin embargo, hacen falta otras acciones para darle firmeza y credibilidad a los acuerdos tomados a instancias de la Trinchera Norte (¡quién lo diría!), a fin de que esta paz sea duradera y el club tome la ruta de la formalidad.
Cuando amainen las tensiones, estoy seguro de que la iniciativa de los barristas de reunir a las partes en conflicto se aquilatará en su verdadera dimensión. Por lo pronto, los compromisos alcanzados sirven para salvar la emergencia, es decir, darle tranquilidad al plantel y solucionar los problemas económicos y legales inmediatos para afrontar con cierto decoro el inicio del Descentralizado.
En general, estoy de acuerdo con las decisiones tomadas. Como expresé en el anterior post, creo que Pacheco no debería seguir siendo presidente. Es obvio que el apoyo del plantel –aunado a las sucesivas metidas de pata de Guinea y sus amigos- pesó para que se mantuviera en el cargo. Tampoco me parece positiva la presencia de Julio Álvarez. En su caso, según ha trascendido, la promesa de atraer capital fresco habría pesado para mantenerlo en la junta.
OTRAS MEDIDAS
- Una medida adicional que, a mi juicio, debería tomarse con urgencia es el nombramiento de un vocero. Universitario necesita volver a ser creíble como institución y para ello requiere manejar un discurso único, coherente. Si Pacheco, Guinea y Álvarez siguen hablando por su cuenta, el caos volverá a desatarse.
¿Quién debe ser esa persona? Si no es un profesional –el año pasado lo fue Gonzalo Iwasaki, pero la inestabilidad lo obligó a renunciar-, la responsabilidad podría recaer en el doctor Carlos Bazán, quien a pesar de algunos errores, sigue siendo la persona más creíble y articulada dentro del grupo que maneja la institución.
Sería un error si el cargo recayera en un miembro de la junta, más aun en el presidente. La cabeza del club debe estar libre de cualquier manoseo. Su voz solo debe escucharse en situaciones excepcionales. Los dirigentes más mediáticos suelen ser los que más problemas tienen y la ‘U’, si realmente quiere cambiar de rostro, necesita alejarse de todo aquello que lo relacione con la informalidad.
- Aunque entre los acuerdos se ha establecido la puesta en marcha de una mesa de diálogo, insisto en la necesidad de convocar a una junta de socios y/o hinchas notables con el encargo de definir cuál debe ser el futuro societario de la institución. Gente como Gianfranco Castagnola, Raúl Diez Canseco o Alfredo Ferrero, profesionales de probada valía, podrían integrarla; en caso contrario, se impone la necesidad de contratar a una consultora de prestigio con ese fin. Lo esencial es que sea un grupo de profesionales competentes el que determine si Universitario de Deportes debe convertirse en una sociedad anónima, someterse a un proceso concursal, entregarse a una empresa para su gerenciamiento o disolverse. Dejar esta decisión en manos de dos o tres personas, no necesariamente confiables, es altamente peligroso.
Cuesta creer que facciones que apenas horas antes estuvieron a punto de agarrarse a balazos, se hayan sentado en una misma mesa a conversar. Cuidar esta paz, aún precaria, debe ser el principal compromiso del hincha crema. Es la única salida para sobrevivir.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.