Series que muerden
Sí, son una constante. Las series de vampiros vienen y van, pero son muy pocas las que verdaderamente lograr calar y posicionarse. Confieso que tengo una debilidad por el tema. El vampirismo, seres extraordinarios condenados a vivir sin luz -no porque no paguen el recibo, sino porque no la toleran- los encuentro muy interesantes. Poseen habilidades, poderes y un sentido de la moda algo dark.
Imagen: www.buffyworld.com
Claro, en el mundo de la televisión, los vampiros son casi modelos de pasarella. Son sexys y hasta pueden presumir de nobleza y buenas intenciones. No necesitan broncearse y toda esa dieta líquida les sienta muy bien. No a todos, claro. Pero los hay.
La sangre es vida, es lo que te mantiene tibio. Es la razón y la locura, la energía escondida de una eternidad negada. La sangre hierve y busca más sangre. Sin ella hay muerte y con ella hay inmortalidad. La sangre vive y ama por sí sola, la sangre domina y se entrega. Es la maldición perfecta. Bueno, me dejé llevar, tal vez exagero, pero entienden la idea, ¿no?
En estas series la sangre es la clave.
Buffy
La primera serie sobre vampiros que vi fue Buffy, la cazavampiros. Previamente, había visto la película. Había sido tan rara y mala que no podía creer que hicieran una serie sobre una película tan pobre. No le di oportunidad, hasta que una noche sin planes me topé con un capítulo. Entendí que no solo habían desechado todo lo malo de la cinta, sino que habían hecho una trama muy buena y potente. ¿Romeo y Julieta?, sí puede ser, pero él no tenía colmillos y ella no usaba una espada cada vez que podía.
Ángel
Luego vino Ángel, el Spin off de Buffy. Ya convertido en seguidor insaciable, debía ver esa serie y resultó buena. Ángel es un vampiro maldito y no me refiero a “Manya, qué paja este vampiro”. Quiero decir que es un vampiro que fue maldecido por lo gitanos. Ellos le devolvieron el alma que perdió al convertirse en una criatura de la noche. Ahora es consciente de las atrocidades que cometió y busca la redención y el perdón. Por si fuera poco, se enamora de una cazadora y cada vez que se acuesta con ella vuelve a ser malo. Pobre tipo, pero que buena serie.
True Blood
Creada por Alan Ball, el mismo de Six Feet Ander. Es la más original de la que he sabido. Los vampiros viven entre la gente común y no se los comen porque los japoneses –cuándo no- han logrado crear sangre artificial. Entonces hay vampiros por todos lados, algunos son artistas, otros taxistas, otros políticos, otros ladrones –que viene a ser casi lo mismo- y otros simplemente viven codo a codo con los humanos, aunque de estos no todos son tan receptivos y abiertos de mente. Sookie Stackhousees, una joven camarera con la facultad de leer la mente y al producirse una serie de asesinatos, decide usar su poder para resolver los crímenes. Ha ganado un Globo de Oro a Mejor actriz de serie dramática: Anna Paquin y nominada a Mejor serie dramática el año pasado.
The vampire diaries
Con toda la onda de Crepúsculo, pero con más, muchos más clichés. Elena Gilbert es pretendida por dos hermanos vampiros. Uno bueno y otro malo. Claro, surgen otros temas, misterios, asesinatos, celos y desconfianzas. Pero, personalmente, no termina de convencerme como buena historia, fresca y diferente.
Moonlight
Esto es lo que pasa cuando las cosas no salen del todo bien. Mick St. John es un detective vampiro que habita en Los Ángeles – hasta allí todo bien -, que vive de tomar la sangre de gente muerta que le suministra un amigo -mmmm- y que fue convertido por su propia esposa, detalle del que no se dio cuenta hasta la noche de bodas -pues, ¿no que era detective?- se adentra en casos enredados y muy difíciles para la policía de Los Ángeles. Basta con decir que fue cancelada en su primera temporada con solo 16 capítulos al aire.