En el preocupante contexto de la pandemia por COVID-19, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, en el Perú el 29,6 % de adolescentes entre los 12 y 17 años de edad presentan riesgo de padecer algún problema de salud mental o emocional. Dato que alarma a las autoridades acerca de su labor al promover directamente servicios a la población peruana.
“Los peruanos aún nos encontramos en pañales”, fueron las declaraciones de Roger Abanto Marín, Psiquiatra del hospital Víctor Larco Herrera y docente de Psiquiatría de la Universidad San Martín de Porres, ante la presente desinformación crónica que persiste en nuestra sociedad. De esta manera, por el mismo estigma presente en la población, los adolescentes se vuelven incapaces de poder acceder a algún tipo de ayuda psicológica, lo cual genera trastornos, siendo los más comunes la ansiedad y depresión, que se agravan a diario por la falta de especialización en los centros de salud de los diversos departamentos del país.
Asimismo, otra de las problemáticas que afecta a la profesión y lo que involucra, es la falta de reconocimiento al trabajo de los psicólogos y psiquiatras. “Necesitamos que se empiece a valorar nuestro oficio, porque durante esta pandemia la salud física tiene el mismo peso que la salud mental”, indicó Liliana Osorio, psicóloga egresada de la Universidad de Lima, agregando que este tipo de prejuicios sería una causa del porqué especialistas no desean participar en El Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (SERUM), un programa de servicio a las comunidades más alejadas.
En el caso de la comunidad de estudiantes de la Institución Educativa Innova Schools Campoy, una encuesta realizada a alumnos de tercer grado de secundaria demostró que el 93,3 % no tiene conocimiento sobre las líneas telefónicas de ayuda psicológica, igualmente, más de la mitad (86,7 %) opina que el Gobierno no promueve propuestas que los asistan mentalmente. Lo que evidencia la inconstante y poca influyente promoción de líneas de apoyo.
La precariedad aún existe en el Sistema de Salud
Actualmente en el Perú, a pesar del reciente aumento del debate sobre la salud mental, presenciamos políticas públicas debilitadas. Frente a la afirmación, Ian Guimaray, regidor de Lima Metropolitana, lo resaltó como un indicador preocupante y destacó que debería haber más sensibilización al respecto. El entrevistado instó a la integración ciudadana al tema a través de la exposición artística y cultural, en la que este tipo de casos puedan ser discutidos por la población.
En síntesis, carecemos de centros de salud capacitados y completos, en vista que en la pandemia requirió atención de emergencias a un 6 % de peruanos. No obstante, el aforo se vio colapsado, por lo tanto, no se encuentran preparados para combatir las nuevas olas de ayuda tanto física, como mental.
Solo queda la posibilidad de que el Gobierno haga algo al respecto y respalde a los establecimientos del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL) para que dejen de lado la etapa de consultoría y comiencen a ofrecer protección psicológica, puesto que la salud mental es el eje de la vida.
Líneas de ayuda psicológicas disponibles en el Perú
- Fundación Anar: Cuenta con una línea de ayuda gratuita y confidencial para niñas, niños y adolescentes, a nivel nacional: 0-800-2-2210.
- Línea 113 Salud o al WhatsApp: 952-842-623 (Opción 5: si deseas orientación en Psicología)
- Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado Hideyo Noguchi”, línea de atención de emergencias y prevención del suicidio: (01) 381-36-95.
Acércate a un centro de salud mental comunitario y observa aquí la lista completa y los horarios de atención: https://www.minsa.gob.pe/salud-mental/