(Foto: El Comercio)
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Redacción EC

No considera al colegio Altair como un negocio, ya que en todas las decisiones que tomó desde el inicio nunca escatimó gastos si se trataba de mejorar la educación de los niños. Gina Mantero explica los planes de educación expansiva para el presente año.

—¿Cuál es la filosofía en la que se basa el colegio Altair?
Todos los niños son únicos y diferentes, partimos de ahí. Nos dimos cuenta de que había niños que tenían una forma diferente de aprender y eso funcionaba fantástico. Ahí nació la idea. Y creo que hay que ser empáticos con los padres, sobre todo cuando vienen y te dicen que no aceptan al niño en ningún lado y tú les respondes: “Yo creo que sí puedo hacer algo con él”. Es mirar el mundo y la educación de manera más humana y comprometerte con las personas.



—¿A qué te refieres con una educación más humana?
Es crear una educación que potencia las habilidades de cada uno. Es decir, yo aquí en este colegio voy a darle a tu hijo las habilidades para que esté al 100% y no negar a un niño por el hecho de que tiene, por ejemplo, espina bífida. 

—¿Con ese mensaje el éxito fue inmediato?
Ahora se ve como un valor agregado, pero en esa época se tomaba como “la educación que tú vas a darme, de repente, no va a ser tan buena porque vas a tener que atender a niños que requieren más ayuda”. Les costó entender que podemos dar educación de calidad y a la vez ser humanos. 

—¿Cuánto tiempo tomó dar a conocer este mensaje? ¿Cómo lo resolvieron?
Demoró bastante, los primeros 10 años (se inició en 1995), pero las cosas han cambiado mucho. Nosotros trabajamos con los tres programas de bachillerato internacional y es una exigencia muy alta.

—No consideras al proyecto como un negocio, ¿por qué?
Porque siempre todas las decisiones que han pasado por el colegio han pasado primero, lo más importante, por lo que necesitan los chicos. Y nunca hemos escatimado un costo o un gasto en educación. Y eso se ha sentido en el colegio: la educación está por encima de cualquier tema económico, de los costos.

—¿Qué nuevos planes tienen para este año?
Nos hemos asociado con un grupo internacional, Inspired, y con ellos aspiramos a crecer, a tener más espacio, más infraestructura. Tuvimos un crecimiento muy alto: de 18 alumnos con los que empezamos, ahora estamos en 950. El modelo como tal se siente muy exitoso. En el 2018 empezaron a conocernos y ahora dicen que les gusta nuestro sistema porque genera mucho valor. La idea es que este modelo se repita en otras partes del mundo. 

—¿Qué sientes al ser un Premio LEC?
La verdad que un poco sorprendida, porque nosotros en el colegio nunca hemos hecho publicidad. No soy una persona muy conocida, pero siempre hemos tratado de hacer las cosas bien desde nuestro pequeño mundito. Y en algún momento, cuando empezamos a trabajar en la educación inclusiva y éramos pioneros en esto, nunca lo hicimos muy público, por eso nos sorprendió un poco.

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