De Ferrari y Bellatin llevan 15 años en el mercado educativo. (Foto: El Comercio)
De Ferrari y Bellatin llevan 15 años en el mercado educativo. (Foto: El Comercio)
Redacción EC

Los inicios del nido La Casa Amarilla no fueron fáciles, explica Marisol Bellatin (MB). La clave, afirma Fiorella de Ferrari (FF), fue ser muy consecuentes con la propuesta educativa. Hoy, además del colegio Aleph, se aproxima un proyecto universitario.

— ¿El éxito de La Casa Amarilla fue inmediato?
MB: No, éramos jóvenes las dos. Teníamos 23 años, sin una gran experiencia previa. Apostábamos, sobre todo, por una propuesta muy distinta. Llegamos para competir con otros nidos que ya tenían un mercado consolidado.
FF: Había un paradigma educativo distinto al que proponíamos, por lo cual fue todo un reto.



— ¿Cómo lo resolvieron?
FF: Demostrando tener una propuesta educativa clara y consecuente con los valores que tenemos como institución. Poniendo la imagen de los niños como prioridad en la toma de decisiones. Los padres rápidamente encontraron valor en la propuesta.
MB: Había que demostrar que era un proyecto responsable y serio. De esta forma logramos consolidar el proyecto con un equipo maravilloso.

— ¿Qué aporte sumó a la sociedad el proyecto?
FF: Logramos que la comunidad educativa ponga al niño al centro. Que lo reconozca como un ser curioso, lleno de motivación y que construye sus propias hipótesis. Que esa idea haya traspasado las puertas de La Casa Amarilla es precioso.
MB: Hoy en día muchos nidos trabajan de una forma muy diferente. Marcamos un momento e inspiramos a otras escuelas de diferentes lugares a generar cambios. Hoy las cosas que en ese momento eran locas, como no tener libretas de notas, ya simplemente son así.

(Foto: Facebook)
(Foto: Facebook)

— ¿Qué nuevos planes tienen para este año?
MB: Estamos trabajando un proyecto universitario. Nos hemos asociado con una universidad que está en proceso de licenciamiento y trabajamos para que sea consecuente con los otros proyectos (La Casa Amarilla, Aleph y Transforma). Nos motiva porque sentimos que se puede lograr un proyecto disruptivo e innovador que continúe con la innovación con la que trabajamos hace muchos años.
FF: Poder seguir inspirándonos en otros proyectos alrededor del mundo para, entre otras cosas, lograr que la escuela sea un lugar de creación, de cultura y nuevos conocimientos.

— ¿Qué sienten al ser un Premio LEC?
MB: Estamos muy agradecidas de que reconozcan nuestro trabajo y el de nuestro equipo. Ojalá sirva para inspirar a personas a que hagan proyectos similares y juntos generar mayores cambios en nuestro país.
FF: Es un reconocimiento que se materializa en Marisol y en mí, pero también en un montón de personas que trabajan con nosotros: maestras, directoras, coordinadoras y niños

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