Jonathan Castro

Más de dos mil candidatos se encuentran en carrera para ser elegidos congresistas en las . Un reducido grupo de ellos obtendrá una curul en el próximo Parlamento.

¿Cuáles han sido las características de los legisladores en los últimos cuatro períodos parlamentarios? El Comercio hizo un perfil de los 500 congresistas elegidos desde el 2001. El resultado: el Congreso ha estado dominado por políticos –mayoritariamente hombres– sin mucha experiencia ocupando cargos de designación popular.

Entre el 2001 y el 2016, la mayoría de los congresistas elegidos había postulado antes a algún otro cargo público: la tasa de los que lo hicieron está por encima del 69%. Esas campañas sirvieron para que sus nombres o rostros se hicieran conocidos en sus circunscripciones antes de ingresar al Parlamento.

Como ha señalado el politólogo Mauricio Zavaleta a este Diario, “los políticos son como tiburones que tienen que estar nadando constantemente. ¿Qué es lo que les permite seguir nadando? Las elecciones. Ellos tienen que estar postulando constantemente porque no hay un sostén mínimo para tener trayectorias de mediano plazo”.

El resto –entre el 22% y el 31%, dependiendo de la elección– ingresó al Parlamento en su primera competencia electoral. “La lógica institucional debería ser que cuando postulas al Congreso es porque el partido ve que tienes una chance real y has hecho otros méritos. Acá sabemos que se arman al guerrazo, por aportes, no hay mucha identidad; el objetivo de los candidatos es posicionarse”, señala el analista político Jeffrey Radzinsky.

Pero si bien muchos habían postulado, son pocos los que efectivamente ganaron una elección antes de entrar al Congreso. En los tres últimos períodos, los parlamentarios que nunca habían ejercido un cargo de elección popular fueron más de la mitad. En el 2001, el resultado no fue mucho mejor: alcanzó el 48%. Es decir, fueron congresistas sin experiencia en cargos públicos.

Para el politólogo Jorge Aragón, es llamativo el bajo porcentaje de congresistas que fueron elegidos más de una vez por la misma organización: en el 2016, solo el 17% de legisladores había sido elegido antes congresista por el mismo partido o alguno relacionado a este.

En tanto, el politólogo Eduardo Dargent señala que muchos de los candidatos que fracasan en las elecciones regionales y locales acuden a los partidos nacionales con el resultado del respaldo que obtuvieron para ver si los incluyen en sus listas al Congreso.

De hecho, alrededor del 20% de los legisladores de los últimos cuatro períodos alguna vez postularon a alguna alcaldía provincial o distrital. La incorporación de exgobernadores regionales en las listas ha ido aumentando en las últimas elecciones, como lo mostró este Diario en la edición del 25 de noviembre. Prueba de ello es que también se ha ido incrementando la cantidad de congresistas electos que han sido candidatos a escala regional.

—Experiencia legislativa—

Las listas de candidatos para el 2020 incluyen a varios exlegisladores como Omar Chehade, Mauricio Mulder y Rosa Bartra. La experiencia en el Parlamento agiliza la adaptación, sobre todo en un período tan corto como el que será el 2020-2021.

Pero la elección de congresistas con experiencia no ha sido la regla. El período en el que hubo más legisladores con experiencia fue el 2001-2006: el 38% de los elegidos había sido parlamentario anteriormente, incluidos los que integraron el breve Parlamento 2000-2001, que tuvo la tarea de decidir la vacancia por incapacidad moral del expresidente Alberto Fujimori; mientras que el 31% había sido elegido antes por el mismo partido o alguno vinculado con aquel con el que postuló.

En los últimos tres períodos, solo se ha elegido entre el 23% y el 28% de legisladores con experiencia previa en el hemiciclo. Si bien la mayoría de ellos se ha mantenido relacionado con el partido o alianza con el que postuló –sobre todo en el Apra y Acción Popular–, son varios los que abordan barcos con mejores velas. Dargent afirma que una característica de los últimos congresos ha sido la alta renovación y los saltos entre tiendas de campaña.

La suerte en los intentos de reelección también ha sido baja, pese a que no han sido pocos los que lo han intentado: estuvo entre el 18% y el 22%. A partir del 2021, la situación será diferente, pues entrará en vigencia, sin ninguna duda, la prohibición de reelección inmediata.

Por último, otra conclusión es que el Legislativo no ha sido una maquinaria de arrojar candidatos presidenciales. La única exparlamentaria que llegó hasta instancias decisivas de segunda vuelta ha sido ; el resto se quedó en primera vuelta.

—Disminución de elección de dirigentes partidarios—

La elección de dirigentes partidarios ha ido disminuyendo en los últimos diez años. Si en el 2006 el porcentaje de congresistas que antes habían asumido algún cargo en el partido por el que fueron elegidos era del 48%, en el 2016 la cifra apenas llegó al 20%. Los cambios de camiseta pueden estar afectando esta situación.

Radzinsky hace otro apunte: más experiencia política puede tener aquel que militó en un partido –y tuvo labores organizativas– pero no postuló a un cargo, que aquel que llega como invitado para ser candidato.

En ninguno de los cuatro últimos procesos las mujeres han alcanzado el 30% de representantes en el Parlamento.

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