En el proceso corto y atípico del 26 de enero, en el que se eligió al nuevo Congreso, solo el 60% de los votantes hábiles se inclinó por una opción de los partidos políticos. Mientras que el ausentismo en los comicios fue de casi 26%, una cifra histórica en los últimos veinte años. Al respecto, politólogos consultados por este Diario consideran que esos resultados terminan afectando el nivel de representación de los parlamentarios elegidos.
El nivel de desafección se puede medir con la suma del ausentismo y los votos en blanco, que en el proceso de enero fue del 27% (25,60% de ausentismo y 1,72% de votos en blanco). En total, más de seis millones de personas no quisieron participar en la elección de los nuevos legisladores.
No se han tomado en cuenta los votos nulos porque es difícil determinar si el elector vició su voto a propósito o si se trató de un error al marcar la cédula. De acuerdo con la encuesta de El Comercio-Ipsos publicada en diciembre del 2019, el 70% de peruanos pensaba que se podía sufragar por candidatos de distintas agrupaciones.
Si comparamos las cifras de los últimos veinte años, el 60,61% del proceso electoral de enero último es la segunda más baja de electores que se inclinaron por una opción. La más baja fue la del 2016, elección en la que el 54,24% de votantes decidió escoger una candidatura.
“Estamos un poco arriba del promedio de desafección, pero tampoco discrepa mucho de la tendencia de los últimos veinte años. El verdadero ganador fue el ausentismo y, en un sistema electoral que obliga al ciudadano a votar, puedes interpretar que no le da la gana de participar”, explica Omar Awapara, director de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Para la politóloga María Alejandra Campos, la tendencia al alza del ausentismo puede responder a dos factores: la desafección o el crecimiento de la clase media. Esto último debido a que no ha habido aumento de las multas y cada vez más gente estaría dispuesta a pagarla con tal de no participar en el proceso electoral.
“San Isidro y Miraflores siempre lideran el ránking [de distritos con mayor porcentaje de ausentes]. A escala nacional, el nivel socioeconómico A es el 2%. De ese universo, Miraflores, San Isidro, San Borja, Surco y La Molina concentran el 60%. Eso significa mayor poder adquisitivo”, sostiene Campos.
—Problemas de representación—
Omar Awapara no considera que las cifras de desafección deban generar alarma, pero sí cree que son un indicador de que existe gente que no se siente representada.
“Hay un porcentaje de gente que no quiere ser parte de esto y lo demuestra no asistiendo, viciando o dejando en blanco la cédula [de votación]. Esto deslegitima el sistema político”, afirma el politólogo.
A esto se suman la dispersión del voto y lo fragmentado que será el nuevo Parlamento con nueve bancadas.
De los 21 partidos políticos que quedaron en contienda, solo nueve lograron pasar la valla electoral.
“El Congreso termina representando al 25% del país, es lejano. No te sientes responsable porque no votaste por ellos. Por eso luego una gran parte de la población se queja y se pregunta cómo llegaron y quién eligió a esos congresistas”, advierte Campos.
Las cifras de representación que tendrán las nuevas bancadas sostienen lo dicho por Campos y Awapara.
La votación de Acción Popular (AP), el partido por el que más optó el electorado en los comicios del domingo 26, llega al 8,39% de votos emitidos. Ese mínimo porcentaje le alcanza para tener el 20% de representación en el Parlamento con una bancada de 25 miembros.
El partido de la lampa es la primera fuerza legislativa que registra el más bajo porcentaje de votos emitidos en los últimos 20 años.
Fuerza Popular llegó al 23,63% en las elecciones del 2016; Gana Perú al 19,43% en las del 2011; Unión por el Perú (UPP) al 15,55% en las del 2006; Perú Posible al 20,67% en las del 2001; y la Alianza Perú 2000 al 35,08% en las del 2000.
En Pucusana:
En el distrito de Pucusana (en Lima Metropolitana), se registró el caso de una mesa de sufragio en la que todos los votos fueron en blanco en las elecciones al Parlamento del domingo 26 de enero. Se trata de la mesa 042384, de la institución educativa Calvo y Pérez.
De los 334 electores hábiles registrados para esa mesa de votación, 258 devolvieron la cédula sin marcar ninguna opción, de acuerdo con el acta que se publicó en el portal de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).